Cipolletti: La población de Las Perlas crece carente de servicios básicos

Los habitantes del paraje cipoleño aseguran que se suman por mes entre ocho y diez familias. Dicen que el Estado provincial y municipal tiene una deuda histórica con el sector.

Los habitantes del paraje cipoleño aseguran que se suman por mes entre ocho y diez familias. Dicen que el Estado provincial y municipal tiene una deuda histórica con el sector.

“En Las Perlas nuestros niños muchas veces se bañan con tachos de agua porque, a pesar de que somos una población de unos 15 mil habitantes, el lugar carece de agua potable de red. Muchos deben hacer la tarea con luz solar porque, a pesar de ser una población de unos 15 mil habitantes, el lugar carece de un servicio eléctrico regularizado”, relató hace pocos días, en una carta de lectores, Sandra Signorelli sobre los padecimientos de vivir cotidianamente sin servicios básicos. No es la única que lo sufre.

Ayer, los vecinos del sector Río Sol presentaron en la Municipalidad una nota porque, desde el 27 de julio, el camión que los proveía de agua potable no va al paraje cipoleño. Al reclamo lo ingresaron por Mesa de Entradas porque no logran que algún funcionario los atienda.

Mientras, la población del paraje ubicado sobre la margen sur del río Limay, en territorio rionegrino, continúa creciendo. Antes de que se inaugurara el puente, hace 17 años, los pobladores no llegaban a 1.000. Hoy son más de 15.000. Además, según relataron los mismos habitantes, por mes se instalan en el sector entre 8 y 10 familias. “En verano se nota más. Vemos los camiones con las mudanzas, la gente que llega con sus cosas”, aseguró Roque Manuel Sardá, que es presidente de la comisión vecinal de Río Sol, uno de los 13 barrios que conforman Las Perlas.

Fabián García, que tiene un comercio, coincidió: “Por día vez uno o dos camiones que llegan y por ahí uno que se va. Lotearon por allá arriba y la verdad es que estamos muy complicados con los servicios”, reconoció. Tanto él como otros vecinos hablaron de electrodomésticos quemados por los golpes de tensión y de la falta de agua potable. “Esa heladera que ves ahí se me quemó. Lo único que queremos son los servicios. Así como estamos no sirve porque me sale más caro arreglar una heladera que pagar la luz”, agregó Julio González.

La problemática de la falta de servicios es tan antigua como el nacimiento de Las Perlas, fundado por Miguel Lembeye en la década del 60. Hubo un tiempo en que tuvieron una comisión de fomento pero en 1987 la provincia decidió disolverla para anexar el paraje al ejido de Cipolletti. Desde ese momento le reclaman a la Municipalidad y a la Provincia tener los mismos derechos que el resto de los rionegrinos.

Además de la luz y el agua potable, no tienen gas natural, la recolección de residuos es irregular, las cloacas no existen, las calles no se riegan y el servicio de salud no cumple ni remotamente con las necesidades que tienen las 3.400 familias. “La lista de negaciones de derechos urbanos, ambientales y sociales es interminable”, relató Sardá junto a Laura Scribani.

“Las Perlas es un pueblo fantasma”, dicen. Y la imagen pareciera coincidir con la realidad: pertenece al Departamento del Cuy pero forma parte del ejido cipoleño ubicado dentro del departamento de General Roca. Las cerca de 350 hectáreas que conforman el núcleo urbano fueron transferidas por Forestadora del Limay (la expropietaria de esas tierras) al municipio cipoleño, en julio del año pasado. La mayoría de la gente compró su terreno pero no tiene posibilidad de acceder a una escritura. “Figuramos dentro del ejido pero solo como un punto geográfico”, cuestionaron.

Su cercanía con Neuquén, a un puente de distancia, influye para bien y para mal. Así lo detalló Sardá: “La externalización del problema de Neuquén con el tema del acceso a la tierra es Las Perlas” y aseguró que “el Estado rionegrino y sus gobernantes deberían sentir también como propia” la “vergüenza” de que sea la capital de la provincia vecina la que “históricamente” los proveyó de “trabajo, educación, salud, aprovisionamiento, energía y hasta diversión”. Y agregaron: “Durante estos 30 años el abandono es tal que hay vecinos que ya murieron sin conocer la dignidad de vivir con los servicios mínimos y tener una buena atención médica, mientras tanto sigue, y sigue llegando gente, pero nos negamos a sentir que vivimos en un ghetto”.

“Los colectivos no entran cuando llueve por los hoyos que hay en las calles. El tema de la basura también es insoportable”,
relató Ana María Fontana mientras mostraba un montículo de residuos.

“Por día ves dos o tres camiones [de mudanza] y, por ahí, uno que se va. Llega mucha más gente de lo previsto. Estamos muy complicados”,
reconoció Fabián García, quien hace diez años vive en Las Perlas.

“No queremos que los funcionarios nos pidan perdón. Queremos que empiecen las obras para tener los servicios básicos”.
Roque Manuel Sardá, presidente de la comisión vecinal Río Sol.

En números
3.400
familias, que suman más de 15.000 personas, viven en un territorio de 374 hectáreas, con escasos servicios básicos.

“Queremos tener mayor presencia”
Eduardo Martínez es el nuevo delegado municipal en Las Perlas. Asumió el 1 de agosto. Consultado por “Río Negro” sobre las gestiones que realiza el Municipio para mejorar la prestación de servicios aseguró que se está trabajando para contratar durante el verano un camión regador y otro para agua potable.

Reconoció que el vehículo que realiza la recolección de residuos “está en reparación” pero explicó que se envía uno desde Cipolletti. Aseguró que la gestión del intendente Aníbal Tortoriello tiene como objetivo “tener mayor presencia en Las Perlas. La gente tiene que tener paciencia porque las cosas no se pueden hacer de la noche a la mañana”, pidió.

Edersa informó sobre las obras que ejecuta en el sector
El servicio eléctrico es una de las grandes demandas de los habitantes de Las Perlas. De las cerca de 3.400 viviendas que hay en el paraje solo unas 400 tienen el servicio de luz regularizado, según la información que suministraron desde Edersa que tiene a su cargo el servicio desde abril de 2015. Antes lo prestaba la cooperativa CALF de Neuquén.
Desde la distribuidora rionegrina aseguraron que anualmente tiene una pérdida del 75% de la energía que ingresa cuando el promedio ronda el 12%. En términos comparativos, informaron, es similar a lo que consume alrededor del 10% de Cipolletti o el 50% de Fernández Oro.
En la zona histórica del paraje, las primeras 33 hectáreas ocupadas, todas las familias están regularizadas lo mismo que en Santa Mónica.
De acuerdo al detalle que brindó Edersa la obra en Río Sol está terminada lo mismo que en Vista El Valle. En Muten existe un medidor cooperativo (se mide en bloque), pero se encuentra muy avanzado el convenio de traspaso de redes de baja tensión a la órbita de la distribuidora.
Uno de los sectores con mayores dificultades es el barrio Costa Esperanza. Allí, informaron, la primera etapa de la obra eléctrica está terminada hace cerca de un año y medio aunque restan los trámites de regularización individual. Para la segunda etapa, el proyecto está concluido pero hubo un conflicto entre el Municipio y los vecinos por la compra de los pilares por lo que no se ha podido avanzar. Beneficiaría a unas 1.500 familias.
Las Perlas está ubicado sobre la margen sur del río Limay. Su conexión más cercana es Neuquén porque la ruta directa a Cipolletti está en pésimo estado.
La falta de servicios afecta también a las instituciones. Un padre aseguró que la escuela tiene que suspender muchas veces las clases por falta de agua o luz.

Fuente: Río Negro