La observación astronómica posiciona a Tolar Grande como la «niña mimada» del turismo en Salta

En medio del departamento Los Andes surge una alternativa turística traccionada por la instalación de telescopios y bases científicas.

En medio del departamento Los Andes surge una alternativa turística traccionada por la instalación de telescopios y bases científicas.

El desarrollo de proyectos científicos que tienen que ver con la astronomía y la investigación espacial ha posicionado a la Puna salteña como un lugar de privilegio entre los puntos de observación más importantes del planeta. Para el caso, el proyecto LLAMA, que se desarrolla en Abra de Chorrillos, a 25 kilómetros de San Antonio de los Cobres y a unos 5.000 metros sobre el nivel del mar, avanza sobre la instalación de una de las tres bases astronómicas más importantes de Sudamérica, después de Chile y Brasil.

El proyecto, solventado con capitales europeos, se encuentra en plena expansión y la llegada de los componentes vitales hace pocas semanas al puerto de Zárate anticipa su pronto funcionamiento en tierras salteñas.

Pero más allá de la investigación puramente científica, esta novedad viene siendo aprovechada hábilmente en otros lugares de la Puna para generar una alternativa al clásico movimiento turístico: el astronómico.

Así lo entienden en Tolar Grande donde en poco tiempo estará funcionando un observatorio de acceso público que incluye un telescopio de avistaje nocturno de alta definición, que permitirá ver los planetas más alejados del sistema solar e incluso las nebulosas de otras galaxias.

Esto, según los planes, será otra de las atracciones turísticas para el pueblo.

El observatorio ya emplazado con una cúpula superior está listo y a pleno funcionamiento en el techo del Centro de Interpretación Ciudadana, ya concluido y que se destaca como el edificio más moderno en el pueblo.

Allí funcionarán oficinas de minería, turismo, biblioteca, información publica y banco, entre otros servicios.

En la planta superior se observa la cúpula que solo se abre en horas de la noche por la sensibilidad de los componentes. El telescopio ya fue calibrado y envía las imágenes a una pantalla de visualización en colores. Para ello, la tecnología complementó una antena de recepción ubicada muy cerca de la Iglesia, al oeste del pueblo, que también trabaja en combinación con la información que envía el otro telescopio ubicado en el cerro Macón, y que ya está en operaciones científicas desde hace algún tiempo.

Esta triangulación da como resultado la ubicación exacta y la observación plena de lugares lejanos de la galaxia. La visión, más allá de lo astronómico, es una veta inimaginable como una alternativa para el turismo astronómico.

Observar el cielo de Tolar Grande es un placer por sí mismo. La nitidez con la que se puede apreciar el firmamento es el resultado de una particularidad física entre la altura, la falta de oxígeno y la ausencia de partículas y contaminantes. Esto da como resultado un cielo incomparable para la observación incluso a simple vista. Pero para que la experiencia sea mucho mejor, las autoridades del pueblo, siguiendo las recomendaciones científicas optimizarán el alumbrado público para lograr mejores resultados. Las luminarias se colocarán a un nivel inferior y todas apuntarán direccionalmente hacia el suelo, para evitar irradiaciones al ambiente.

Para Hugo Peyret, secretario de Turismo de la Municipalidad de Tolar Grande, esta alternativa terminará por posicionar al pueblo con una interesante variedad. «Tolar tiene la oferta de turismo paisajístico, de arqueología, el minero y ahora el astronómico».

Para Aldo Martínez, secretario de Gobierno de la Municipalidad, el esfuerzo puesto de manifiesto para el despegue del turismo está dando sus frutos. Muchos de los paisajes que aparecen en las ofertas de turismo han logrado convencer sobre todo a visitantes europeos.

Fuente: El tribuno