El nacionalismo catalán realizó una multitudinaria marcha
En la fiesta de la "Diada", cientos de miles de catalanes coparon Barcelona a sólo 20 días del referéndum sobre la independencia de España
12/09/2017 EL MUNDOEn la fiesta de la «Diada», cientos de miles de catalanes coparon Barcelona a sólo 20 días del referéndum sobre la independencia de España
Los independentistas catalanes sacaron músculo con una multitudinaria marcha celebrada en Barcelona en medio de la tensión con Madrid y a 20 días del referéndum soberanista que impulsa de forma unilateral el gobierno de la región española.
Entre 350.000 personas—según cifras de la delegación del gobierno español en Cataluña— y un millón —según la Guardia Urbana de Barcelona— salieron a la calle en la capital catalana coincidiendo con la «Diada», la fiesta oficial de la región.
Desde el mediodía, y en un ambiente festivo, las calles del centro de Barcelona se llenaron de banderas independentistas catalanas (las conocidas «esteladas») y de camisetas amarillas con el lema «Sí. Referéndum es democracia». Los asistentes corearon consignas como «Votarem, votarem» («Votaremos, votaremos», en catalán) o «¡Independència!».
El multitudinario acto tuvo su momento cumbre a las 17.14, en homenaje al 11 de septiembre de 1714, cuando tuvo lugar la caída de Barcelona a manos de las tropas borbónicas en la Guerra de Sucesión española. Los participantes desplegaron cuatro grandes pancartas para crear un símbolo de suma ( ) gigante en pleno centro de la ciudad.
«Nos encontramos en un momento histórico: democracia o represión. Lo que queremos es una república de ciudadanos libres», expresó sobre el escenario Jordi Cuixart, presidente de Omnium Cultural, una de las organizaciones civiles independentistas que impulsan las marchas separatistas cada 11 de septiembre. «Es la hora de la gente, es nuestra hora», dijo también durante el acto Jordi Sánchez, presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), otra de las entidades organizadoras. En el inicio, se guardó un minuto de silencio por las víctimas de los atentados yihadistas perpetrados en Cataluña el 17 de agosto.
A la marcha acudieron los miembros del gobierno regional, entre ellos su presidente Carles Puigdemont, así como otros responsables públicos, como la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell. «No sabemos qué pasará el 1º de octubre, si ganará el ‘sí’ o el ‘no’, pero pase lo que pase, Cataluña habrá ganado», dijo la dirigente. La ANC ha asegurado que había vendido más de 300.000 camisetas para la concentración y que se habían inscrito cerca de medio millón de personas para saber en qué lugar de la marcha habían de colocarse. La concentración transcurrió en un ambiente festivo con pancartas de todo tipo a favor de la secesión y críticas al gobierno de Mariano Rajoy. Jordi Sánchez ha iniciado los discursos. «Hemos ganado de nuevo la calle a pesar de las amenazas», empezó diciendo, después de agradecer a Puigdemont, Forcadell, el gobierno catalán y los grupos parlamentarios del separatismo, Junts pel Sí y la extremista CUP. «Gracias, no nos han fallado», dijo el nacionalista, antes de proclamar que el independentismo solo reconocía «la legalidad catalana». «Nuestra ley es la ley de nuestro parlamento y nuestra obediencia es la de nuestro gobierno y la del 1º de octubre votaremos», ha insistido, antes de reclamar la desobediencia a la justicia española. «Nos hemos de declarar insumisos a todos los tribunales y las leyes que solo buscan la indivisible unidad de su patria», ha insistido. El Tribunal Constitucional español ha suspendido la consulta, por lo que no debería realizarse, al menos si los catalanes se atuvieran al orden constitucional vigente. El argumento español y constitucionalista es que la Carta Magna otorga un amplio régimen de autonomía a las regiones, de las que Cataluña es la más beneficiada en cuanto a la cesión de poderes. Si se desea la independencia, debería hacerse una consulta en toda España, que es la unidad nacional y estatal reconocida por la ordenación legal vigente.
Además de los organizadores, durante el acto final intervinieron varios premios Nobel de la Paz, entre ellos el argentino Adolfo Pérez Esquivel, quien en un mensaje de vídeo hizo un llamamiento a las autoridades españolas. «Todo pueblo tiene derecho a la autodeterminación», aseguró.
Las organizaciones civiles independentistas pidieron a los asistentes dinero para sufragar las sanciones impuestas a los políticos y funcionarios procesados.
Por otra parte, miembros del colectivo izquierdista e independentista Arran quemaron banderas de España, Francia y Europa, según imágenes del canal español Antena 3.
Desde la primera marcha secesionista multitudinaria, en 2012, los independentistas han salido a la calle cada 11 de septiembre coincidiendo con la «Diada» para reivindicar su «derecho a decidir», es decir, para pedir la convocatoria de una consulta sobre la independencia de Cataluña de España.
La de este año es una marcha clave ya que tiene lugar tras el desafío lanzado al Estado español por el gobierno catalán, que el miércoles convocó a la consulta del 1º de octubre después de que el Parlamento regional diera luz verde a una ley para avalarlo.
El gobierno de Mariano Rajoy impugnó la convocatoria y el Tribunal Constitucional español la suspendió provisionalmente, prohibiendo la votación de hecho.