El déficit comercial de agosto fue el segundo más grande de la historia

Las exportaciones caen pero vuelan las importaciones, tanto en cantidades como en valor. Advierten sobre las cuentas externas

Las exportaciones caen pero vuelan las importaciones, tanto en cantidades como en valor. Advierten sobre las cuentas externas

La balanza comercial sumó en los primeros ocho meses del año un déficit de 4.498 millones de dólares, informó ayer el Instituto Nacional de estadística y Censos (Indec). Las exportaciones cayeron 0,1 por ciento mientras que las importaciones volaron con un aumento del 16,8 por ciento.

En agosto el déficit trepó a los 1.083 millones de dólares, como consecuencia de exportaciones por 5.228 millones e importaciones por 6.311 millones. Es el mayor rojo comercial del año y el segundo más grande de la historia.

En el balance negativo del comercio exterior de los primeros ocho meses del año impacta fuerte el déficit que la Argentina mantiene con el Mercosur, mayoritariamente con Brasil, que en ese período alcanzó a los 5.117 millones.

Las exportaciones acumuladas hasta agosto alcanzaron los 38.528 millones de dólares y cayeron 0,1 por ciento respecto de igual período del año pasado.

Las importaciones en el mismo período totalizaron los 43.026 millones de dólares y crecieron 16,8 por ciento, también comparado con el año anterior.

Derrumbe exportador

En agosto las exportaciones cayeron 9,2 por ciento interanual, mientras que las importaciones crecieron 24,9 por ciento, también en la misma medición.

Además de ser deficitario el intercambio con el Mercosur, el país mantiene también altos niveles de déficit con China por 4.368 millones de dólares, con el Nafta (Estados Unidos, México y Canadá) por 2.669 millones y la Unión Europea por 1.863 millones.

Unicamente mantiene saldos positivos importantes en el intercambio comercial con países asiáticos del grupo Asean por 1.683 millones de dólares, con el grupo Magreb de países africanos por 2.240 millones, con medio oriente por 1.225 millones, la India por 1.103 millones y la Aladi por 1.138 millones.

Mientras el rojo comercial acumulado entre enero y agosto fue de 4.498 millones de dólares, en el mismo lapso de 2016 había sido superavitario en 1.728 millones de dólares. Una cifra, de todos modos, bastante magra teniendo en cuenta que el gobierno de Mauricio Macri arrancó su gestión con una devaluación superior al 40 por ciento.

El aumento de las importaciones en el octavo mes del año se explica por un crecimiento 19,7 por ciento en las cantidades, mientras que los precios subieron 4,4 por ciento.

El alza estuvo impulsada por una mejora de 42 por ciento en bienes de capital y 37,7 por ciento en automotores. En tanto, la compra de bienes intermedios aumentó 28,1 por ciento, la de bienes de consumo 23,6 por ciento y las de piezas y accesorios para bienes de capital 12,6 por ciento. A su vez, las importaciones de combustibles y energía disminuyeron 0,6 por ciento.

Por su parte, la caída de 9,2 por ciento en las exportaciones durante agosto es producto de bajas de 4,7 por ciento en los precios y de 4,8 por ciento en las cantidades enviadas al exterior.

Se destacó la merma de 28,1 por ciento en las ventas de productos primarios, que se sumaron a un retroceso de 2,4 por ciento en las manufacturas de origen agropecuario (MOA). Los despachos de combustible y energía subieron 48,7 por ciento y los de manufacturas de origen industrial mejoraron apenas 0,3 por ciento.

Crisis externa

Pese a la insistencia de los funcionarios del Ministerio de Producción en rechazar la existencia de una apertura indiscriminada de importaciones, lo cierto es que el crecimiento en unidades y valores de la mercadería ingresada desde el exterior agranda la brecha comercial. Para muchas actividades industriales, como la textil, esta política es el ariete para una crisis sectorial profunda. Así lo denunciaron el lunes en el congreso de Protejer.

Desde el punto de vista de la macroeconomía, el agujero comercial profundiza la vulnerabilidad externa, sobre todo en una administración que tomó 100 mil millones de dólares de deuda desde que asumió y que promovió la fuga de 20 mil millones de dólares. En ocho meses, el déficit de cuenta corriente superó los 8 mil millones de dólares.

Peligro de shock

Al disertar en las jornadas monetarias y financieras organizadas por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la economista estadounidense Carmen Reinhart advirtió que el país no puede convertir a la toma de deuda externa en «una disciplina» permanente. Dijo que nunca se sabe cuáles son los shocks temporarios y cuáles son los shocks permanentes en la economía global, por lo que la emisión de deuda externa debe ser manejada con cautela por parte de los países.

«El argumento que a menudo escucho de que una estadística suficiente para la deseabilidad de tomar deuda externa es que la deuda es baja es, en mi opinión, no suficiente porque no sé qué significa bajo y sabemos además que los cambios bruscos en la moneda pueden cambiar algo bajo en algo alto», expresó.

Fuente: La Capital Rosario