Cada vez más gente se gana la vida en las ferias neuquinas
La Municipalidad recibe unas 5 solicitudes semanales para habilitar nuevos puestos. Una salida a la crisis.
La Municipalidad recibe unas 5 solicitudes semanales para habilitar nuevos puestos. Una salida a la crisis.
Ya sea para poder comercializar productos de elaboración propia, despuntar un hobby o generar un ingreso ante la necesidad económica, más de 1400 personas trabajan en las distintas ferias de compra y venta que se realizan en la ciudad y cada semana unos cinco vecinos hacen consultas para sumarse como vendedores.
La más representativa de las ferias de la ciudad es la que se lleva adelante todos los sábados en el Parque Central, y a la que algunos aún conocen como la de Vuelta de Obligado, por su anterior ubicación. Pero no es la única. En Neuquén, hay al menos otras cuatro ferias que concentran a una gran cantidad de vendedores, artesanos y emprendedores que se ganan la vida gracias a la compra y venta.
Según explicó Rocío Martínez, directora de Economía Social de la Municipalidad, unos 500 feriantes trabajan en el Parque Central y unos 800 lo hacen en el predio del barrio Unión de Mayo.
A ellos se les suman los tradicionales artesanos de la Avenida Argentina, unos 40 emprendedores que exponen una vez por mes en los Arcos Romanos y unos 60 diseñadores que se instalan los fines de semana en la diagonal Alvear.
Cada mes, entre 15 y 20 personas se interesan en formar parte de las ferias y la dirección evalúa sus solicitudes.
“Si son emprendedores o diseñadores, les pedimos una foto de su trabajo; en las otras ferias no se evalúa el puesto, pero se pide que presenten la documentación formal”, dijo Martínez.
La funcionaria municipal detalló que la documentación que se solicita incluye un certificado de domicilio y de antecedentes penales, así como una libreta sanitaria en caso de que manipulen alimentos.
La funcionaria aseguró que las motivaciones que impulsan a los vecinos a convertirse en feriantes son muy variadas. Mientras que para algunos se trata de un modo de vida que llevan desde hace décadas, otros se suman a la actividad cuando se quedan sin trabajo o se jubilan y necesitan un ingreso extra.
En algunos casos, la participación surge por su espíritu emprendedor y la necesidad de visibilizar su producción.
Para Martínez, la vida de las ferias tiene su repunte en esta época, cuando las temperaturas agradables empujan a los vecinos a comprar al aire libre.
“Pero la mayoría estuvo igual durante el invierno, y eso habla del compromiso que tienen con la actividad”, aseguró.
Evidentemente, esto es posible también porque una considerable cantidad de público acude a las ferias en procura de productos o artículos que no encuentra en otros comercios, o simplemente porque en estos lugares siguen atrayendo por los precios.
5 ferias funcionan actualmente los fines de semana en la ciudad.
Incluyen venta de frutas y verduras, ropa, alimentos, artesanías y otros artículos de elaboración propia.
Frutas y verduras, las más buscadas
Entre los rubros más solicitados dentro de las ferias del Parque Central y del barrio Unión de Mayo, las frutas y verduras lideran las ventas.
Sólo en el Parque Central, esta rama del comercio concentra a casi el 25% de los puestos actuales.
En segundo lugar se posiciona la venta de ropa nueva, que sólo en el Parque Central cuenta con unos 90 puestos. Más abajo en la lista se ubican la venta de ropa usada o la de productos comestibles elaborados, como panificados, conservas y licuados.
Aunque a veces surgen disputas entre los propios puesteros, las ferias cuentan con un consejo de administración y un reglamento interno que fija normas de convivencia. Cuando estas normas se rompen, el Municipio los sanciona con suspensiones de uno o más días sin poder vender en su stand.
Aunque no se les cobran multas por dejar residuos o por mala conducta, la directora de Economía Social del Municipio, Rocío Martínez, explicó que la falta de permiso para asistir a vender les significa un perjuicio económico porque no pueden generar nuevos ingresos.
