Los consorcios en Rosario podrán sumarse a la separación de residuos en origen

Enseñando. La escuela Urquiza, de Santa Fe y Oroño, es una de las 200 que funcionan como centros de recepción y promueven el hábito de la separación. (foto: Héctor Rio)

Enseñando. La escuela Urquiza, de Santa Fe y Oroño, es una de las 200 que funcionan como centros de recepción y promueven el hábito de la separación. (foto: Héctor Rio)

Por Silvina Dezorzi / La Capital (sdezorzi@lacapital.com.ar)

 

En Rosario ya hay 430 instituciones comprometidas con la separación de residuos y que de hecho funcionan, abiertas a la comunidad, como centros de recepción de materiales reciclables. Para eso albergan un contenedor naranja dentro de sus instalaciones y acuerdan con la Municipalidad cuántas veces por semana pasarán a vaciarlo. Pero ahora la novedad es que esa modalidad del plan Separe (ver aparte) irá por más: en unas dos semanas, la Secretaría de Servicios Públicos convocará a consorcios del centro y macrocentro de la ciudad para que se sumen a la recolección diferenciada dentro de sus propios edificios o se propongan como nuevos «hogares verdes». Y esa será solo una primera etapa.

Como la conciencia social sobre la importancia de recuperar y reutilizar residuos viene in crescendo, Servicios Públicos decidió ampliar la convocatoria a la que ya respondieron 430 instituciones públicas y privadas de la ciudad e incorporar a consorcios y administraciones de edificios para ofrecerles que se sumen a la separación domiciliaria.

«La idea, al menos en una primera etapa, es interesar a consorcios y administraciones de la zona comprendida entre Oroño, Pellegrini y el río Paraná para ver qué posibilidades tienen de multiplicar la separación de residuos», adelantó la subsecretaria de Medio Ambiente municipal, María Cecilia Mijich. La estrategia incluye también «escuchar con qué otras propuestas llegan».

Para eso, en una reunión prevista para dentro de 15 días a los consorcios que dispongan de espacio se les ofrecerá albergar un contenedor anaranjado para sumarlos a los que ya están recogiendo residuos reciclables dentro de instituciones.

Si no cuentan con esa posibilidad, existen otras ofertas disponibles. Por ejemplo, la de convertirse en «edificios verdes».
La categoría, explicó la funcionaria, incluye la adopción de una serie de conductas amigables con el medio ambiente.

Aparte de la separación de residuos, figuran entre ellas el cuidado del consumo energético y del agua, la opción por una movilidad sustentable y hasta la confección de compost domiciliario (por ejemplo, con restos de yerba, fruta y verdura) para usarlo como abono en pequeñas huertas caseras, maceteros o canteros.

«El 13 de mayo, a las 18, vamos a estar comenzando un taller de ingreso libre y gratuito sobre este tema en el Distrito Centro (Wheelwright 1486), y allí algunas familias que integran la Red de Hogares Verdes van a contar su experiencia sobre el cuidado del medio ambiente», anticipó Mijich.

La posibilidad de sumarse a estas movidas o de lanzar otras propuestas a favor del medio ambiente está abierta. Los interesados (tanto particulares como consorcios) pueden escribir a separe@rosario.gob.ar o rosariomaslimpia@rosario.gob.ar.

Club de fans

Los 430 centros de recepción de materiales reciclables que ya se encuentran funcionando tienen una distribución homogénea en el ejido urbano dentro de clubes, polideportivos, vecinales, escuelas, universidades, empresas y edificios públicos.

Cada una de las entidades cuenta con al menos un contenedor anaranjado como los que se ven en algunas esquinas y barrios de Rosario.
Los recipientes tienen capacidad para almacenar un metro cúbico de residuos, entre los que se pueden depositar papeles, cartones, envases y botellas plásticas, metálicas y de vidrio, tetrapack y telgopor, a condición de que estén limpios.

«Y como lógicamente ninguna institución quiere convivir con basura que genere malos olores, existe un compromiso mayor para que los materiales lleguen secos y limpios», explicó.

Esa no es la única ventaja: como están ubicados en predios cerrados o al menos cercados, quedan a salvo de los actos vandálicos que, según afirmó la secretaria de Servicios Públicos, Clara García, sólo durante abril pasado causaron la destrucción de 70 contenedores. Anualmente, calculó la funcionaria, reponerlos le cuesta a la ciudad cuatro millones de pesos.

Segunda oportunidad

Cada una de las instituciones que junta residuos reutilizables acuerda con el municipio la frecuencia de recolección.

Por eso, según las zonas de la ciudad, camiones de las empresas Lime, Limpar y Sumar pasan una o dos veces por semana a retirar los residuos que luego clasifican, separan y revenden unas 20 familias nucleadas en tres emprendimientos sociales: uno en el distrito sur, otro en el oeste y el tercero en el noroeste.

Se sabe que los rosarinos producen diariamente unas 800 toneladas de basura, pero no qué porcentaje de ese total ya está siendo separado en origen de manera metódica o a través de la simple recolección informal que representa el cirujeo.

Para salvar ese bache de información, adelantó Mijich, el área a su cargo ya se encuentra realizando un cálculo. La semana próxima, prometió, podría conocerse la cifra.


Un programa municipal que ya cumplió 20 años

El Programa Separe, que ya lleva veinte años de desarrollo en la ciudad, no concibe a los residuos domiciliarios sólo como desechos, sino también como «recursos materiales y energéticos que se abandonan», lo que es peor, muchas veces producidos incluso con materias primas de naturaleza agotable.
Tres son las modalidades de recolección previstas por ese plan: a través de las llamadas islas de separación en la vía pública (básicamente en el centro y macrocentro, cada dos cuadras), la recolección puerta a puerta (zonas norte y sur) y los centros de recepción en instituciones (430 en los seis distritos de la ciudad)

Fuente: La Capital de Rosario