Fracasó en Alemania el diálogo político

Los liberales se retiraron y Angela Merkel no descartó ir nuevamente a elecciones. Las del 24 de septiembre las ganó, pero sin mayoría propia.

Los liberales se retiraron y Angela Merkel no descartó ir nuevamente a elecciones. Las del 24 de septiembre las ganó, pero sin mayoría propia.

El fracaso de las negociaciones para formar un gobierno de coalición en Alemania desató el nerviosismo en Berlín y en toda Europa y llevó al presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, a llamar al diálogo a los partidos políticos en un intento por evitar nuevas elecciones. Es que luego de semanas de encuentros maratonianos, el Partido Liberal (FDP) sorprendió dando por finiquitada las negociaciones para formar un gobierno de coalición con los democristianos de la canciller Angela Merkel y los Verdes. Merkel ganó las elecciones del 24 de septiembre, pero su formación necesita de los otros partidos para lograr la mayoría en el Parlamento. Merkel no descartó volver a las urnas, segura de volver a vencer.

«Estamos ante una situación que nunca se ha dado en la historia de la República Federal de Alemania en casi 70 años», declaró el jefe del Estado después de reunirse con la canciller. «Formar gobierno siempre fue un proceso difícil», en el sistema alemán, recordó Steinmeier, y señaló que el electorado depositó en los partidos políticos la responsabilidad para formar gobierno, «una responsabilidad que no se puede descartar sin más». «No se puede devolver al electorado sin más», afirmó descartando así por ahora volver a convocar elecciones. «Es el momento en el que todos los implicados deberían detenerse y volver a reflexionar sobre sus posturas», comentó. Pero en el sistema político alemán el presidene tiene un poder apenas figurativo. No posee ninguna palanca de poder real para forzar a los partidos a cumplir sus deseos.

Tras cuatro semanas de encuentros y días de reuniones maratonianas, el liberal FDP dio por finiquitada la interminable ronda de contactos para entablar formalmente las conversaciones para formar un gobierno de coalición. «Mejor no gobernar, que gobernar mal», sentenció el líder del FDP, Christian Lindner, alegando falta de confianza con el resto de los potenciales socios durante la ronda de primeros contactos.

Poco después, Angela Merkel compareció ante los medios para lamentar el fracaso. «Hoy es un día de profunda reflexión acerca de cómo seguir adelante», declaró. «Sin embargo, quiero decirles que yo, como canciller de Alemania, como canciller en funciones de Alemania, haré todo lo que esté en mi mano para liderar de la mejor manera al país a través de estas semanas difíciles». Merkel dijo que no descarta de plano la alternativa de volver a votar.

Desde el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), tercera fuerza política del país tras las elecciones, aprovecharon la interrupción de las negociaciones para exigir que Merkel no pueda ser la próxima canciller. «Merkel ha fracasado», afirmó el presidente de la fracción parlamentaria de AfD, Alexander Gauland.

Sin embargo, Merkel no ve motivo alguno para dar un paso al lado, sino todo lo contrario: se mostró dispuesta a liderar de nuevo al partido en campaña electoral en caso de que se deban celebrar nuevas elecciones, declaró la canciller. Más aún, la descalificación de la ultraderecha podría reforzar la imagen de Merkel entre los electores.

El fracaso de la conocida como alianza «Jamaica» —por los colores de los partidos: negro para los democristianos, amarillo de los liberales y los Verdes—, volvió a situar al Partido Socialdemócrata (SPD) en el centro del escenario. Esto obligó al líder del SPD, Martin Schulz, a dejar claro que mantienen su decisión de volver a la oposición tras cuatro años de gobierno con Merkel. El resultado del 24 de septiembre fue el peor de la historia del SPD. Fue «una tarjeta roja» de los ciudadanos, indicó Schulz. «Una negativa clara», agregó sobre el 20,5 por ciento que obtuvieron.

Si a pesar de los esfuerzos de Steinmeier por llamar a la responsabilidad política de los partidos, estos no dan su brazo a torcer y si el SPD no da marcha atrás en su decisión, sólo quedarían dos escenarios posibles. Por un lado, un gobierno en minoría, algo rechazado hasta el momento por Merkel por la inestabilidad que conlleva para la mayor economía de Europa y para evitar depender de los votos de AfD. En un caso así sería mejor convocar nuevos comicios, indicó la mandataria. Este sería el segundo escenario. Las elecciones del pasado 24 de septiembre dieron como resultado el Parlamento alemán más fragmentado de la historia del país. La irrupción de los ultraderechistas de AfD como tercera fuerza política provocó una nueva realidad política en la que las coaliciones entre aliados tradicionales como democristianos y liberales o Verdes y SPD ya no son posibles para lograr la mayoría.

Un sondeo indicó ayer que la mayoría de los alemanes es partidaria de nuevas elecciones, después de que fracasaran las negociaciones.

El sondeo, elaborado por el instituto Forsa, indica que el 45 por ciento apoya la eventual convocatoria a nuevas elecciones. El 27 por ciento prefiere una reedición de la «Gran Coalición» entre democristianos y socialdemócratas y el 24 por ciento por ciento se decanta por la formación de un gobierno en minoría. Pero de votar de nuevo los alemanes casi no cambiarían sus opciones de septiembre pasado.

Fuetne: La Capital