Diez ordenanzas insólitas están vigentes en la ciudad de Neuquén
Una obliga a construir baños para perros. Ninguna norma se aplica.
21/11/2017 MUNICIPIOSUna obliga a construir baños para perros. Ninguna norma se aplica.
Cada año, los concejales aprueban decenas de ordenanzas nuevas, que se suman a las existentes. Dentro de esa extensa lista, hay diez normas insólitas que siguen vigentes. Todas se crearon para solucionar un problema puntual pero, en el tironeo legislativo, el texto perdió sentido común o resultó muy difícil de aplicar.
Una de las más llamativas es la 11569 de 2009, que ordenó construir “areneros sanitarios” en las plazas para “la defecación de canes”. Los baños perrunos debían tener un “poste sostenedor” para estimular a los machos a evacuar.
La norma complementa otra de 2008, que les ordena a los dueños de los pichichos “recoger las heces de sus mascotas” y tirarlas a un cesto o llevárselas a casa. Tampoco se cumple.
Otra ordenanza curiosa del mismo rubro es la 12072, de 2010, que obligó a poner un cartel en la vereda de todos los edificios públicos que avise que adentro hay baños disponibles. Además, le ordenó a la comuna hacer “una campaña masiva” con el mapita de inodoros para todos.
La ordenanza 1803 de 1976 reguló la venta de alimentos de mar y agua dulce en la ciudad. Como los ediles quisieron ser amplios, incluyeron pescados, crustáceos y moluscos así como batracios, reptiles, algas y “flora acuática”. También detallaron los requisitos para ofrecer aletas de tiburón “blancas y negras” y prohibieron los productos con “aspecto repugnante”.
La ordenanza 12778, de 2013, estableció que los mercados grandes y chicos deben exhibir los insecticidas, artículos de limpieza y lubricantes a más de 1,5 metros de altura, con un cartel que advierta “Productos peligrosos para niños”. También, para evitar confusiones, que esos productos estén lejos de los alimentos.
En 2016, la ordenanza 13456 sumó otra prohibición en las góndolas. Impide a los comercios exhibir réplicas de armas y juegos bélicos. Tampoco se aplica.
La ordenanza 13631 de este año “agilizó” la extracción de plátanos históricos del centro neuquino. Antes, sólo se podía tocar esos árboles con el permiso de una “comisión de rescate”, que no funcionaba. Tras discutir el asunto, se cambió el método de autorización y destrabaron la remoción de siete árboles que causaban problemas.
En 2012, la ordenanza 12535 dispuso que todos los edificios, públicos y privados, deben exhibir una obra de un artista local. La idea quedó en la nada.
Otra norma de 2010, la 11776, creó el Registro Municipal de Jugadores Compulsivos y dispuso que cada vecino se inscriba a voluntad para que no lo dejen entrar al casino. O sea, dejó el control en manos de quienes tienen la adicción.
La reciente ordenanza 13697, de monitoreo ambiental, ordenó instalar cámaras por toda la ciudad que filmen “24 horas los 365 días del año” para detectar “situaciones ilícitas de arrojo de basura”. Un Gran Hermano de los residuos.
Armas: Existe una prohibición a las jugueterías de exhibir juegos bélicos. Tampoco se cumple.
Otras cinco que se discutieron y no se aprobaron
Hay al menos cinco iniciativas que estuvieron a punto de engrosar la lista de ordenanzas insólitas pero no alcanzaron a quedar firmes. La más reciente es la propuesta del Frente Neuquino para cobrarles a los dueños de drones alrededor de 500 pesos por volar sus equipos dentro de la ciudad. El proyecto generó un fuerte rechazo de los droneros de la región y quedó en la nada.
También hubo polémica en 2012 por una ordenanza “anti-Grido”, impulsada por heladerías artesanales de la zona. La norma, con el número 12522, prohibía que una empresa tuviera más del 30% del mercado. El intendente la vetó.
El MPN sorprendió con otros dos proyectos que dieron que hablar. Uno buscaba reducir hasta un 30% los impuestos municipales a quienes adoptaran mascotas y otro preveía la instalación de “semáforos de piso” para peatones que no sacan la vista del celular.
En 2015, hubo otra iniciativa muy discutida, que apuntaba a obligar a los vendedores de ropa a ofrecer talles especiales y que también quedó en la nada.