Cachetazo a la Casa Blanca por Jerusalén
La Organización de Naciones Unidas desafía a Donald Trump y condena por amplia mayoría la decisión de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como capital de Israel y de trasladar su embajada hacia la Ciudad Santa.
22/12/2017 EL MUNDOLa Organización de Naciones Unidas desafía a Donald Trump y condena por amplia mayoría la decisión de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como capital de Israel y de trasladar su embajada hacia la Ciudad Santa.
Una real y propia cachetada al presidente norteamericano de parte de la comunidad internacional, y en el escenario más importante de la diplomacia, la Asamblea General de la ONU.
Sobre un total de 193 países, 128 votaron a favor d ela resolución presentada por Turquía y Yemen, apoyada en masa por los países árabes, musulmanes y europeos. Nueve las naciones que votaron en contra, además de Israel y Estados Unidos, Togo, Micronesia, Nauru, Palau, Islas Marshall, Guatemala y Honduras, y 35 se abstuvieron, entre ellos Canadá, Australia, Argentina, Colombia y Haití. En el texto no vinculante pero de valor altamente simbólico, la decisión de Trump es considerada -como explicaron los relatores- «una amenaza para la estabilidad de Medio Oriente y para la paz y la seguridad internacional».
También Italia se expresó a favor, junto con los 25 Estados miembro de la Unión Europea, entre ellos Francia, Alemania y el Reino Unido. TAmbién se sumaron países aliados de Estados Unidos como Japón y Corea del Sur.
Nunca como hoy, Trump parece aislado del mundo. Y la grieta parece destinada a extenderse cada vez más, con una evolución imprevisible. En tanto, la ira de la Casa Blanca se reflejó en las palabras durísimas pronunciadas por la embajadora estadounidense en el Palacio de Cristal, Nikki Haley: «Lo recordaremos».
Su amenaza no tan velada le siguió a lo dicho el miércoles por el propio Trump, que agitó el fantasma del recorte de fondos a la ONU, a sus agencias y a los países que apoyaran la resolución.
«Estados Unidos trasladará su embajada a Jerusalén porque es la decisión justa. Y ninguna votación nos hará cambiar de idea.
Pero esto es un voto que Estados Unidos recordará muy bien», advirtió Haley, que habló de «falta de respeto» hacia Estados Unidos, el principal aportante a la ONU.
«Si nuestras inversiones fracasan, no dan resultados, entonces tenemos la obligación de destinar nuestros recursos a otros objetivos más productivos», agregó.
Un futuro cargado de nubarrones, que marca la distancia cada vez más clara entre la administración Trump y las Naciones Unidas ya blanco del magnate desde la campaña electoral.
Una distancia que corre el riesgo de no acortarse. Así como es difícil en este momento ver una apertura hacia la reanudación del diálogo entre israelíes y palestinos. La votación de hoy en la ONU para Israel está destinada «al cesto de la basura de la historia», con el premier Benyamin Netanyahu que acusa al organismo multilateral de ser «la casa de las mentiras».
En cambio, para los palestinos, la decisión del gobierno Trump es «un ataque a la paz» y «una agresión a la nación árabe y a los musulmanes del mundo».
Paciencia si la embajadora estadounidense ratificó con fuerza que la decisión de trasladar la embajada de su país a Jerusalén «no perjudica el estatus final de la ciudad, no perjudica la solución de los dos Estados y no daña los esfuerzos de paz».
«Es nuestro derecho elegir donde tener una embajada», agregó Haley. Aunque el mundo no parece pensar lo mismo.