Los pueblos del Amazonas, «amenazados como nunca»

El papa Francisco se reunió hoy con 4 mil representantes de los pueblos del Amazonas, quienes, a su juicio, viven más amenazados que nunca

El papa Francisco se reunió hoy con 4 mil representantes de los pueblos del Amazonas, quienes, a su juicio, viven más amenazados que nunca, y aprovechó así la jornada en Puerto Maldonado para denunciar los peligros que corren las comunidades nativas y la biodiversidad del «pulmón» del planeta.

Uno de los momentos centrales del encuentro fue la entrega que le hizo el Papa a los pueblos amazónicos de su encíclica «Laudato Si», traducida en las lenguas locales, en presencia del presidente de Perú, Pedro Pabro Kuczynski. «Considero imprescindible -enfatizó Francisco- realizar esfuerzos para dar vida a espacios institucionales de respeto, de reconocimiento y de diálogo con los pueblos nativos, asumiendo y rescatando cultura, lengua, tradiciones, derechos y espiritualidad». «Un diálogo intercultural en el cual ustedes sean los principales interlocutores, sobre todo en el momento en el cual se procede con grandes proyectos que afectan sus espacios».

«En ustedes -declaró Francisco- quiero agradecer y saludar a todos los habitantes de la Amazonía. Veo que han venido de los diferentes pueblos originarios de la Amazonia», entre ellos, Harakbut, Esse-ejas, Matsiguenkas, Yines, Shipibos, Asháninkas, Yaneshas, Kakintes, Nahuas, Yaminahuas, Juni Kuin, Madijá, Manchineris, Kukamas, Kandozi, Quichuas, Huitotos, Shawis, Achuar, Boras, Awajún, Wampís. «Veo también que nos acompañan pueblos que vienen de los Andes y llegaron a la selva o se hicieron amazónicos», prosiguió. Es «imprescindible hacer esfuerzos para crear espacios institucionales de respeto, reconocimiento y diálogo con los pueblos originarios, asumiendo y rescatando su cultura, idioma, tradiciones, derechos y espiritualidad», afirmó el jefe de la Iglesia Católica.

«El reconocimiento y el diálogo serán la mejor manera de transformar las viejas relaciones marcadas por la exclusión y la discriminación», añadió. Un diálogo intercultural, insistió el Santo Padre, «en el que ustedes son» los principales interlocutores, sobre todo cuando emergen grandes proyectos que «interesan a sus espacios».

«Deseé mucho este encuentro. Gracias por su presencia y porque me ayudaron a ver más de cerca, en sus rostros, el reflejo de esta tierra. Un rostro plural, de una infinita variedad y de una enorme riqueza biológica, cultural, espiritual», aseveró Francisco.

«Quienes no habitamos en estas tierras necesitamos su sabiduría y su conocimiento para poder entrar, sin destruirlo, en el tesoro que encierra esta región. Y resuenan las palabras del Señor a Moisés: «Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde tú estás es tierra santa (Éxodo 3:5)».

«Permítanme repetir una vez más: que seas alabado, Señor, por esta maravillosa obra de los pueblos amazónicos y por toda la biodiversidad que contienen estas tierras», exclamó el Papa. Según Francisco, sin embargo, «este canto de alabanza se rompe cuando escuchamos y vemos las profundas heridas que lleva consigo el Amazonas y sus pueblos».

«Y quise venir a visitarlos y a escucharlos para estar juntos en el corazón de la Iglesia, unirnos a sus retos y con ustedes reafirmar una opción convencida para la defensa de la vida, para la defensa de la tierra y para la defensa de las culturas».

En ese sentido, el argentino Jorge Mario Bergoglio aseveró: «Probablemente los pueblos originarios de la Amazonía nunca han estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora». «La Amazonía es una tierra disputada en varios frentes -explicó-: por un lado, el neo-extractivismo y la fuerte presión de los grandes intereses económicos que dirigen su codicia sobre el petróleo, el gas, el oro, los monocultivos agro-industriales; por otro lado, la amenaza a sus territorios también proviene de la perversión de ciertas políticas que promueven la ‘conservación’ de la naturaleza sin tomar en cuenta al ser humano y, de hecho, a los hermanos amazónicos que viven allí».

«Esta problemática -añadió el Pontífice- asfixia sus pueblos y causa migraciones de las nuevas generaciones frente a la falta de alternativas locales». «Tenemos que romper el paradigma histórico que considera la Amazonía como una despensa inagotable de Estados sin tener en cuenta sus habitantes», concluyó.

Fuente: Tucumán Hoy