Putin reprime marchas y hace detener al único opositor importante

Alexei Navalny, a quien se impide participar de las próximas elecciones presidenciales, fue detenido ayer en Moscú por encabezar una protesta contra esos comicios tan cuestionados.

Alexei Navalny, a quien se impide participar de las próximas elecciones presidenciales, fue detenido ayer en Moscú por encabezar una protesta contra esos comicios tan cuestionados.

A casi dos meses de las elecciones presidenciales en Rusia, la policía reprimió una manifestación y detuvo al más popular líder opositor, Alexei Navalny. Como es rutina en la Rusia de Vladimir Putin, la manifestación que no había sido autorizada, pero miles de opositores salieron igual a las calles a pesar de la prohibición. Putin se apresta a ser reelecto al frente de Rusia. Gobierna el país desde 1999, primero como primer ministro y luego como presidente y premier, alternativamente.

En un video difundido en internet se puede ver como la policía agrede a Navalny cuando se dirigía a la manifestación en el centro de Moscú. El líder opositor de 41 años cayó al suelo y los agentes lo llevaron a un furgón policial. Según el portal de derechos humanos OVD-Info, al menos 250 personas fueron detenidas en todo el país debido al llamado a protestar contra las elecciones lanzado por Navalny. Sin embargo, no se congregraron las multitudes que se vivieron durante las protestas en Moscú y San Petersburgo el año pasado.

Con estas acciones Navalny protesta contra su exclusión de las elecciones presidenciales del 18 de marzo. El opositor más popular al régimen de Putin se define como un combatiente de la corrupción. Intenta concurrir a los comicios para disputarle el cargo al presidente Putin, que aspira a una nueva reelección. Pero el régimen siempre construye cargos contra los políticos populares opositores. Ahora, el órgano electoral descartó a Navalny en base a una cuestionada condena en un caso de malversación de fondos.

Ayer, Navalny fue detenido por cuarta vez. Había organizado una serie de protestas en más de cien ciudades rusas _entre ellas Moscú y San Petersburgo_ en las que pedía el boicot a las elecciones presidenciales de marzo. Las protestas, como es norma en Rusia, no fueron autorizadas y de consecuencia fueron reprimidas. Terminaron con la detención de 250 personas, según el sitio OVD-Info. Navalny, líder del Fondo de Lucha contra la Corrupción (FLC), fue detenido instantes después de llegar a la céntrica calle moscovita de Tverskaya, donde se concentraban los manifestantes.

Minutos antes, el opositor se encontraba en la sede del FLC, que la policía evacuó con el pretexto de que habían recibido una amenaza de bomba. Los agentes irrumpieron por la fuerza en la sede de la organización opositora y detuvieron a estrechos colaboradores de Navalny como Dmitri Nizovtes, presentador de Navalny en Youtube. También confiscaron computadoras, servidores y cámaras que sirven para la retransmisión por la web de los mensajes del líder opositor y de las manifestaciones.

Con Navalny anulado, se da por descontada la victoria de Putin en marzo. Navalny asegura que con su exclusión de la carrera presidencial no hay ningún verdadero rival al mandatario.

Navalny organizó en 2017 multitudinarias protestas, en las que las fuerzas del orden detuvieron a cientos de personas. Los analistas consideran especialmente importante la cifra de participantes en las manifestaciones. Una gran asistencia ayer hubiese sido una señal de un amplio apoyo al boicot electoral impulsado por Navalny.
La policía rusa estimó la cifra de participantes en Moscú, donde el termómetro no supera los cero grados, en un millar, mientras que los analistas apuntaban entre 2.000 y 3.000 personas. Similar fue la estimación en San Petersburgo. En todo el país el Ministerio del Interior dijo que hubo unos 3.500 manifestantes. Más allá de que estas fuentes oficiales no tienen ningún valor, es cierto que la afluencia de ayer fue mucho menor a la de 2017.

Navalny convocó en unas 90 ciudades del país a la «huelga de los votantes». En Moscú y en San Petersburgo no se dieron permisos para la marcha. En varias de ciudades del interior sí se permitieron. En Moscú el llamamiento de Navaly encuentra eco entre la gente joven. Uno de ellos es Sergei, de 15 años, que acude a la protesta por segunda vez. «La primera vez tenía miedo de ser detenido. Ahora me da miedo que Rusia no tenga futuro», dijo durante la marcha en la que se podían ver muchas banderas rusas y motivos rojos de Navalny.

Fuetne: La capital Rosario