Cada vez más dependiente del financiamiento externo

La estabilidad cambiaria no está garantizada en el mediano plazo y podría haber una nueva devaluación del peso frente al dólar si el Fondo Monetario Internacional (FMI) no confirma rápido un crédito que blinde al país hasta fines de 2019.

La estabilidad cambiaria no está garantizada en el mediano plazo y podría haber una nueva devaluación del peso frente al dólar si el Fondo Monetario Internacional (FMI) no confirma rápido un crédito que blinde al país hasta fines de 2019.

Así lo advirtió un análisis del Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala, que subrayó la dependencia del país de una fuente de financiamiento del déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos, que el año pasado rozó el 5 por ciento del PIB.

La virulencia de la reciente crisis cambiaria y la entrada en escena del FMI cambiaron en pocos días el panorama macroeconómico de la Argentina.

Más allá de los disparadores de corto plazo de la crisis, las causas de fondo son las que el Instituto Germán Abdala viene remarcando desde hace dos años: la desregulación del mercado financiero y el endeudamiento externo a gran escala.

«Esta situación tiene como agravante el carácter errático de la política de administración cambiaria ejecutada por el Banco Central, que prácticamente la totalidad del arco ideológico ha criticado», dice el análisis difundido este lunes, según la agencia NA.

El mismo informe señala que la «actitud dubitativa» de la autoridad monetaria terminó precipitando el «regreso prematuro» del FMI a la escena económica local.

De cara al 2019, el informe advierte que el Gobierno nacional no podrá mostrar la desaceleración de la inflación (antes de la corrida ya se descontaba el incumplimiento de la meta del 15 por ciento) y un crecimiento del PIB que no sea meramente estadístico.

«Lo cierto es que en el mediano plazo la estabilidad cambiaria no está garantizada. La apuesta del Gobierno es clara: la combinación del reaseguro del FMI (cuyos fondos supuestamente cubrirían las necesidades financieras hasta 2019) y el hecho de ‘atarse las manos’ respecto de la reducción del déficit (implícito en cualquier acuerdo con el organismo) es un intento por sostener el financiamiento del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos», señala el análisis.

Si el FMI demuestra estar dispuesto a financiar este desequilibrio transitoriamente, el Gobierno habrá ganado tiempo.

Si no es así, la sobreexposición de los inversores exranjeros a los papeles argentinos llevará a una mayor devaluación, y la crisis cambiaria tenderá a recrudecer, advirtió el Instituto.

Fuente: Página 12