El Brexit, lleno de recovecos
Para la UE, el Reino Unido tiene que revisar la cuestión de la frontera irlandesa y el marco de la cooperación económica; para el gobierno británico, el bloque debe flexibilizar su posición en esta etapa.
Para la UE, el Reino Unido tiene que revisar la cuestión de la frontera irlandesa y el marco de la cooperación económica; para el gobierno británico, el bloque debe flexibilizar su posición en esta etapa.
El Reino Unido tiene que revisar su propuesta para una futura relación con la Unión Europea (UE) tras su salida del bloque. Eso dijo ayer el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, antes de la cumbre informal que celebra la UE en Salzburgo, Austria. Específicamente, el político polaco hizo referencia a la cooperación económica y a la cuestión de la frontera irlandesa. La primera ministra británica, Theresa May, pidió a Bruselas, por su parte, flexibilidad en las negociaciones.
Tusk saludó la evolución positiva de la posición británica en algunas cuestiones, sobre todo en seguridad y cooperación en política exterior, una vez que el Brexit sea efectivo. “En otros temas, como la cuestión irlandesa o el marco para la cooperación económica, la propuesta del Reino Unido tiene que ser revisada y negociada”, señaló.
Las declaraciones de Tusk llegaron poco después de que la primera ministra británica, Theresa May, pidiese flexibilidad a la UE en las negociaciones del Brexit. En un artículo publicado en el diario alemán Die Welt, May pedía a Bruselas y a los países miembros de la UE que traten a Londres de la misma manera que a otros terceros países en las conversaciones sobre un futuro acuerdo de libre comercio.
May presentó su posición ante los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE durante una cena anoche en Salzburgo e instó al bloque a avanzar en su posición sobre la negociación. “Si queremos llegar a una conclusión exitosa, entonces, del mismo modo que el Reino Unido ha avanzado en su posición, la Unión Europea deberá avanzar en la suya”, declaró la mandataria. Además, May aseguró confiar en que con buena voluntad y determinación se podrá alcanzar un buen acuerdo para ambas partes.
Bruselas y Londres llevan más de un año negociando una salida ordenada de Reino Unido de la UE en marzo de 2019, pero aún quedan puntos hasta ahora insuperables. Uno de ellos es la futura relación comercial que mantendrán ambas partes. May aboga por mantener una zona de libre comercio para mercancías a ambos lados del Canal de la Mancha, algo que choca con el principio de mercado único europeo: no hay libertad de circulación de bienes, sin la de personas, capitales y servicios.
El otro se refiere a la frontera entre la región británica de Irlanda del Norte, que quedará fuera de la UE, e Irlanda, que seguirá dentro del bloque. En un primer momento, Bruselas abogaba por mantener a Irlanda del Norte en la unión aduanera y el mercado único europeo, a falta de una solución mejor. Pero Londres teme que esto comprometa la integridad territorial de su país.
Sin la presencia de May, los 27 Estados restantes discutirán hoy la postura de Londres para la fase final de las negociaciones y probablemente también traten la propuesta de Tusk para una cumbre especial que tendrá lugar, previsiblemente, en noviembre.
El otro tema fuerte que se trató durante el primer día de la cumbre informal de la UE fue la cuestión migratoria. En un cambio de actitud, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se apartó de su posición según la cual todos los países de la Unión debían involucrarse en el reparto de refugiados. En cambio, el luxemburgués reclamó a las naciones que no quieran acoger migrantes que realicen otros aportes a la política migratoria europea. “Algunos reciben refugiados. Otros, que no quieren hacerlo, o no pueden, aunque deberían, deben moverse en materia de solidaridad”, dijo Juncker. De esta manera realizó un acercamiento a los estados de Europa del Este, que desde hace años claman por lo que llaman una solidaridad flexible, o sea aportes financieros en lugar de la acogida de refugiados.
