La economía rosarina se derrumbó un 9,24 por ciento en noviembre de 2018
Desde septiembre la actividad profundiza todos los meses su caída. Industria, construcción y comercio desbarrancan. Se sumaron los servicios.
29/01/2019 ECONOMÍADesde septiembre la actividad profundiza todos los meses su caída. Industria, construcción y comercio desbarrancan. Se sumaron los servicios.
La actividad económica de Rosario cayó 9,24 por ciento interanual durante el mes de noviembre y 1,86 por ciento respecto de octubre. La industria, el comercio y la construcción mostraron las bajas más fuertes. Los números provisorios para el mes de diciembre son peores: la baja sería del 9,76 por ciento.
El Centro de Información Económica (CIE) de la Municipalidad de Rosario presentó ayer el informe mensual de facturación correspondiente a noviembre de 2018. El indicador se elabora en base a la recaudación del Derecho de Registro e Inspección (Drei) y permite medir la evolución de las distintas actividades económicas de la ciudad.
La medición de noviembre muestra una caída en todos los sectores, con la industria manufacturera y el comercio mostrando los peores desempeños, de 12,3 por ciento y 11,3 por ciento para abajo, respectivamente. La construcción bajó un 10,3 por ciento y los servicios privados, único rubro que aún mostraba datos positivos, cayeron 4,9 por ciento.
El acumulado de enero a noviembre de 2018 muestra todavía un crecimiento de 1,16 por ciento respecto del mismo período del año anterior. Fue producto de que los primeros meses del año registraron una evolución positiva, sobre todo debido al efecto amortiguador de la obra pública local. Por otro lado, el impacto de la crisis cambiaria se notó en la economía rosarina con unos meses de retraso respecto de los números nacionales.
De todos modos, el diferencial positivo en el acumulado tiende a achicarse aceleradamente. En las cifras provisorias, se indica que al final de 2018 habría sido de apenas 0,36 por ciento.
Si bien el indicador de la actividad económica comenzó a desacelerar en su medición interanual desde mayo, recién en septiembre se empezaron a ver números negativos. El tobogán es abrupto. En el noveno mes del año la caída fue 2,34 por ciento, un mes después de 6,91 por ciento y en noviembre 9,24 por ciento.
El secretario de Producción, Empleo e Innovación, Germán Giró, analizó el padecimiento local en un contexto de «inestabilidad muy grande en la economía a nivel nacional, alta inflación, altísimas tasas de financiación que impiden a las pymes invertir y pérdida del poder adquisitivo del salario que se traduce en una baja de la capacidad de compra».
«Son todos factores que se combinan y muestran una caída de la actividad de la economía real», dijo.
Todos los rubros cayeron. La industria manufacturera encabezó el derrape interanual con un 12,3 por ciento, el comercio le siguió con un 11,3 por ciento y la construcción con un 10,3 por ciento. Los servicios privados declinaron un 4,9 por ciento.
Al igual que lo reflejó a nivel nacional el Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae) de noviembre, la malaria también impacto en el rubro de intermediación financiera, que bajó 7 por ciento en noviembre, probablemente por la contracción del crédito.
La crisis del sector automotor y la industria carrocera se siente en la región en toda la línea. En noviembre cayó 32,2 por ciento la producción de vehículos y equipo de transporte. La venta, mantenimiento y reparación de vehículos bajó 31,1 por ciento.
En el sector manufacturero, los derrumbes son de dos dígitos. La fabricación de componentes electrónicos y equipo eléctrico, un sector muy importante en la estructura productiva de la ciudad, bajó 21,9 por ciento, mientras que las de textiles, confecciones y cuero bajaron 22,5 por ciento.
El comercio minorista cayó 8,9 por ciento, mientras que la venta al por mayor disminuyó 8 por ciento.
El secretario de Producción municipal afirmó que desde la administración local se trata de aportar herramientas para contener al sector productivo. Mencionó, por ejemplo, las líneas de créditos a tasa subsidiada del Banco Municipal, que el año pasado volcaron más de 18 millones de pesos. También mencionó las prórrogas de las habilitaciones municipales, el programa Precios Justos y acciones en centros comerciales.
«No es lo que mueve la economía, pero sí es quitar restricciones, ayudar, ponernos del lado de quien está levantando la persiana de un negocio», aclaró.
En ese sentido, apuntó: «Esperamos medidas que tengan que ver más con la economía real y no tanto con el sector financiero, que se pueda abrir un escenario de competitividad y de trabajo para los distintos sectores».
El Indicador Mensual de Facturación es elaborado por el Centro de Información Económica y se calcula en base a la facturación total a valores constantes de los locales habilitados en la ciudad.