Río Colorado y Valle Medio: Las ferias se consolidan porque los sueldos rinden menos
En Río Colorado y Valle Medio es significativo su crecimiento. Están organizadas desde las comunas y brindan la chance de generar ingresos a familias humildes.
21/02/2019 MUNICIPIOSEn Río Colorado y Valle Medio es significativo su crecimiento. Están organizadas desde las comunas y brindan la chance de generar ingresos a familias humildes. Los vecinos concurren en busca de mejores precios y calidad en frutos de estación.
La feria de Río Colorado que funciona los fines de semana cumplió seis años y se consolida como alternativa para los vecinos que buscan defender sus bolsillos ante salarios que rinden menos y la inflación que crece. El fenómeno se repite en Valle Medio, con organizaciones similares en las siete localidades de la comarca.
Los precios son tentadores. Un kilo de tomates a 25 pesos y el de lechuga a 50, entre otros. Conseguir productos frescos, de calidad, sin intermediarios y a precios accesibles, es el objetivo de quienes las visitan. Más aún cuando el poder de compra del salario se ve afectado por la recesión y la suba de las tarifas.
De allí se van con verduras, frutas, hortalizas, miel, panificados, huevos, conservas, licores, verduras, legumbres, flores naturales, plantas vivas y semillas, productos de granja, dulces artesanales. “Desde aquí vemos que a la gente le cuesta mucho llegar a fin de mes. Antes de la devaluación compraban el doble de lo que se llevan ahora”, explicó María Ramírez, al frente de su puesto de panificados y acompañada por su hija.
Distintos artesanos de Río Colorado se suman a la feria “Nehuen”, con trabajos de herrería, carpintería, artesanía en madera, lanas, tela y distintas manualidades.
Aval municipal
Este tipo de emprendimientos organizados por los municipios de la región vienen fortaleciendo desde mediados del 2011 en el norte de la Patagonia. Tras la devaluación de inicios del 2018, el volumen de lo que comercializan se hizo más fuerte, pero no así los ingresos.
Es notoria la concurrida participación de vecinos que tienen las ferias en Lamarque, Choele, Luis Beltrán, Belisle y Río Colorado, que se transformaron en un punto de encuentro cada semana. En Río Colorado, cada sábado por espacio de 5 o 6 horas se reúne medio centenar de feriantes que arman sus espacios en el plazoleta céntrica –en cercanías de la estación ferroviaria de Río Colorado–.
Entre 2.500 y 3.000 personas pasan por el lugar para adquirir productos o dar un paseo en familia. En “Nehuen” están trabajando por un espacio propio cerca de de la estación, sobre Avenida Alberdi en el barrio de Villa Mitre. Esperan inaugurarlo este año.
El espíritu de estas ferias apunta a promover labores productivas y artesanales, además de fomentar e impulsar los pequeños emprendimientos individuales y familiares para mejorar los ingresos familiares, revalorizar la producción local en todas sus formas, incorporar a jóvenes en las tareas diarias de la chacra y mejorar los niveles de arraigo en el medio rural. Para muchos puesteros, lo que venden el fin de semana es el principal ingreso familiar.
Para otros, es un trabajo más que ayuda a sostener la economía del hogar.
Las hortalizas, verduras y frutas que se comercializan aquí son el producto del trabajo que se hace a lo largo del año en las chacras o en los invernaderos instalados en las zonas de chacras.
La Feria Nehuen de Río Colorado funciona desde 2013 y fue habilitada el 12 de noviembre de 2014, momento que se redactó la ordenanza 1657/14 donde se declaró de interés el proyecto diversificador de alimentos, el cual se implementa en conjunto con la Universidad de Río Negro.
La redacción y la aprobación de la ley habilitante causó duros choques entre los funcionarios de la época, la opción, de las que fueron partes también la Cámara de Comercio e Industria local y algunas de las Juntas Vecinales.
Desde su puesta en marcha el espacio fue ganando asistentes dentro de la comunidad, también generó “cortocircuito” con comerciantes del radio céntrico que manifestaron sentirse perjudicados por la “venta desleal de los distinto productos”.
Más allá de esa polémica, la feria convoca a miles de personas que concurren cada sábado a adquirir productos frescos o recientemente cosechados.
Su funcionamiento es posible gracias al trabajo en conjunto de la Secretaría de Agricultura Familiar, la UE y DT del INTA en Guatraché, la Feria Nehuén y los Municipios de Río Colorado y de La Adela.
Dónde funcionan en cada localidad
Feria Municipal de Luis Beltrán (Peatonal de la Plaza Principal, en calle Avellaneda).
Feria Municipal de Choele Choel, productores, artesanos y emprendedores. (Paseo de la Costa, entre calles Tello y 9 de Julio.)
Paseo Ferial Municipal de Lamarque (Avenida Sarmiento, entre calles San Martín y 25 de Mayo.)
Feria Municipal de Coronel Belisle (con participación de feriantes de Darwin y Chimpay).Ubicada en la plaza principal del pueblo.
Feria Nehuen, Río Colorado. (Plazoleta de calle San Martín, cerca de la vieja estación de trenes)
Margarita sonríe gracias a sus cactus
Margarita Delgado participa en la feria Nehuen desde su inicio. Junto a su marido y sus dos hijos producen en invernaderos. “Cada día le dedicamos a los trabajos en los invernáculos entre 10 y 12 horas para lograr traer mercadería de buena calidad y fresca que es lo que nos exige la gente. Sacando algún cajón que podamos vender en alguna de las verdulería del pueblo, todo nuestra producción la colocamos en la feria. Es la principal entrada de dinero para la familia” señaló la mujer, que explicó que sufre serios problemas de salud. Su situación la obliga a estar más horas en la casa que en la chacra, por eso este año comenzó a producir una variedad de especies de cactus, crasas y suculentas, que también comercializa en la feria.
“Son épocas muy difíciles que no nos permiten desperdiciar tiempo que para nosotros es muy valioso. Yo tengo problemas en los huesos y debo estar algunos días en casa sin poder ir al invernadero, por eso me capacité para hacer cáctus.
María hace la diferencia con sus panificados
María Ramírez tiene un puesto de panificados y junto a una de sus hijas amasa cada semana entre 70 y 90 kilos de harina para hacer facturas, pan, prepizzas y tortas. La mujer trabaja en una chacra de lunes al viernes al mediodía y por la tarde y el sábado a la mañana realiza los distintos panificados para llevar a la feria
“Ya tenemos un sello propio que la gente identifica. Se nota mucho que a la gente le cuesta llegar a fin de mes. De lo que compraban antes ahora solo pueden llevar la mitad y muchas veces regatean el precio. Pero nosotros estamos igual que ellos, vamos comprando las cosas con la plata que recaudamos los sábados, porque de otra forma es imposible. Es un trabajo sacrificado, pero el ingreso económico es una ayuda importante para sostenernos. Ojalá tuviera todas las maquinarias para que me ayudaran a hacer más fácil los trabajos, pero por ahora comprarla es un sueño imposible. Seguiré haciendo gran parte de los trabajos manualmente junto a mi hija”, concluyó María.