Mujeres Gobernando: más de cien funcionarias con altos cargos se organizaron en un grupo de whatsapp
Ministras, secretarias y subsecretarias del gobierno del Frente de Todos se reunieron para incorporar una perspectiva de género a las políticas públicas
27/01/2020 El PaísMinistras, secretarias y subsecretarias del gobierno del Frente de Todos se reunieron para incorporar una perspectiva de género a las políticas públicas, adaptar la demanda laboral específica de los varones funcionarios a la vida personal de las mujeres –que está muchas veces más cargada por las tareas domésticas– y tratar de que sean cada vez más las que quieran ocupar espacios de poder.
La ministra de Mujeres, Elizabeth Gómez Alcorta, la secretaria legal y técnica Vilma Ibarra, la vicejefa de Gobierno Cecilia Todesca y la titular de Aysa, Malena Galmarini, son algunas de las que forman parte del grupo.
En las altas esferas de la política las mujeres oficialistas también se están organizando. Agrupadas originalmente con el objetivo de conocerse y tejer lazos, más de un centenar de funcionarias nacionales con altos cargos jerárquicos comenzaron a reunirse con el objetivo de modificar las lógicas del ejercicio de poder dentro del Estado. Ministras, secretarias y directoras nacionales dialogan e intercambian ideas para incorporar una perspectiva de género al diseño de las políticas públicas y facilitar la llegada de más mujeres a espacios de poder, así como para disputar las formas en las que este mismo poder es ejercido.
Todo comenzó con el interés de conocerse, de buscar dónde estaban las otras funcionarias, de ubicarse en el mapa del Poder Ejecutivo y tejer vínculos entre sí. Especialmente a partir de la difusión de imágenes de reuniones de gobierno en las que aparecía Alberto Fernández en mesas compuestas mayoritariamente por hombres. Organizadas en un grupo de WhatsApp llamado «Mujeres Gobernando», decenas de funcionarias fueron sumándose y sumando a otras con el objetivo de intercambiar experiencias e impulsar una agenda de género que fuera transversal a todos los espacios que encabezan.
El grupo está integrado por varias ministras del gabinete nacional – como Elizabeth Gómez Alcorta (Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades), Vilma Ibarra (Secretaría Legal y Técnica), María Eugenia Bielsa (Ministerio de Desarrollo Territorial), Cecilia Todesca (Vicejefatura de Gobierno) -, así también como secretarias y subsecretarias de casi todos los ministerios. También hay titulares de importantes organismos, como Mercedes Marcó del Pont (AFIP), Malena Galmarini (AySA) y Victoria Donda (INADI). Desde el rango de ministras hasta de directoras nacionales, en total son más de 150 mujeres que ocupan altos espacios de poder, «es decir aquellas que están encargadas de la formulación de las políticas públicas», según indicaron las organizadoras del grupo. Hace una semana, una cincuentena de ellas se reunió por primera vez en un edificio anexo a la Jefatura de Gobierno y delinearon una política de acción con tres ejes claros.
El primer eje tiene que ver con «incorporar una perspectiva de género a las políticas públicas», indicó una de las integrantes y organizadoras del grupo que forma parte del equipo de asesores de Alberto Fernández. El objetivo es que esta perspectiva sea transversal a todas lás áreas de gobierno, ya sea en materia tributaria, de política exterior o de Salud. La implementación de capacitaciones y cursos para los trabajadores del Estado, englobadas en la «Ley Micaela», obedece también a este propósito.
El segundo eje tiene que ver con fomentar la paridad en los actos de gobierno. Uno de los principales problemas que las funcionarias observan es la ausencia de dirigentes mujeres en las reuniones de gabinete o en los encuentros con cámaras empresarias y sindicales. «Hay que llevar a las compañeras a las mesas de toma de decisiones y que tengan acceso a posiciones de conducción», indicaron funcionarias integrantes del grupo de «Mujeres Gobernando». Uno de las objetivos es, precisamente, impulsar protocolos que garanticen que haya presencia femenina en todos los actos oficiales que vaya a encabezar el presidente o algún miembro del gabinete.
Uno de los disparadores de este reclamo fue la reproducción mediática de varias «fotos no gratas» de mesas de trabajo en las que «de 48 personas, 46 son varones». Una de las primeras en hacer un reclamo público sobre este tema fue la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, cuando utilizó su cuenta de Twitter para denunciar la escasa presencia de mujeres en la reunión encabezaba por Alberto Fernández a fines de diciembre que terminó con la firma del «Compromiso argentino por el desarrollo y la solidaridad». «Para poner a la Argentina de pie somos imprescindibles las mujeres. Las distintas representaciones de la sociedad deben asumir que las mujeres somos una enorme parte del trabajo argentino, de la creación, del esfuerzo, de la solidaridad y también de las soluciones», tuiteó Ibarra, junto a una foto del encuentro en el que son casi todos hombres y el hashtag «#EsConTodas».
El tercer (y más importante) eje consiste en «transformar el rol masculino del ejercicio de poder». «El objetivo no es sólo que las mujeres accedan a cargos de poder, ni visibilizar esa llegada, ni siquiera es sólo colocar una perspectiva de género a las políticas que formulemos. Lo que queremos también es modificar la manera misma en la que se ejerce el poder», declaró una de las integrantes del grupo. Según comentaron todas las funcionarias que dialogaron con Página 12, resulta «muy difícil» que las mujeres puedan o quieran acceder a cargos de conducción política si eso implica «reventar la vida privada». «El varón esta siempre autorizado a colocar el mundo de lo público por encima del mundo de lo privado, porque ese es el rol que el patriarcado le ha entregado históricamente. Así que si armás una reunión a las 8 de la noche difícilmente el hombre diga ‘no puedo porque tengo que ir a casa a hacer la comida’”, denunciaron las integrantes y agregaron: «Si pueden hacer estas cosas es porque ahí detrás hay otra persona que se hace cargo, que es una mujer».
En este sentido, el reclamo por una mayor conciliación laboral respecto a los horarios es un eje que atraviesa a todas a las funcionarias. Y es que «Mujeres Gobernando» es un grupo muy numeroso de dirigentes políticas que, si bien está compuesto por varias referentes feministas, no es homogéneo en su interior. Las mujeres que lo integran provienen de diferentes espacios de poder: movimientos sociales, sindicatos, administraciones públicas provinciales, el mundo empresario. Ni siquiera se podría afirmar que estén todas a favor de la legalización del aborto (aunque sí la amplia mayoría). No es la militancia feminista lo que las aúna, si no una serie de experiencias compartidas en calidad de «mujeres funcionarias» (entre las que se encuentra, de manera muy visible, la tensión que se genera entre la esfera pública con la privada).
«La base de todo esto fue la discusión por la presencia de mujeres en el gabinete y en los lugares en general donde se toman decisiones. A mi lo que me impulsó fue el interés de conocer a mis pares, es decir a todas las otras mujeres que trabajan en el gabinete del Poder Ejecutivo Nacional, porque me parecía que desarrollar relaciones de confianza hacía mucho al laburo cotidiano», cuenta la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, quien advierte que ella tampoco «es muy activa» en el grupo. Todesca, sin embargo, también identifica que uno de las mayores trabas a la hora de acceder a los «lugares de privilegio» que ellas «tuvieron la suerte» de ocupar se origina, precisamente, en las reglas de juego de la política que «al fin y al cabo, las ponen los hombres». «No todas pueden reunirse todos los días desde las 8 de la mañana hasta las 11 de la noche. Para las que tenemos familia, eso supone que tiene que haber alguien más que se ocupe de todo lo familiar que no seas vos», coincide.
Por este motivo, la mayoría de las integrantes insiste en que resulta imprescindible modificar «el ejercicio de poder en las posiciones de elite, las cuales están pensadas en función de que han sido ejercidas mayoritariamente por hombres durante muchos años». Estos reclamos, tal como ellas mismas reconocen, pueden llegar a generar cierta «incomodidad» entre sus pares masculinos: «No es gratuito disputar ciertos privilegios, va a haber reacción del otro lado. Los privilegios que tienen los hombres son socialmente construidos, pero los tienen muy naturalizados», explica la secretaria de Coordinación Militar en Emergencias del Ministerio de Defensa, Ines Barboza. «Va a ser incómodo. De la misma manera que es incómodo para los sindicatos y es incómodo en los grupos empresarios», afirma Barboza.
A pesar de los cuestionamientos, la funcionarias albertistas de «Mujeres Gobernando» advierten que la creación del grupo fue sólo posible «porque hay un gobierno nacional que habilitó la perspectiva de género como una política de Estado». En este sentido, las funcionarias sostienen que el contexto político – marcado por la lucha «del movimiento de mujeres organizado» y la promulgación de varias políticas de género desde el gobierno – «habilitaron» la formación del grupo: «La creación del Ministerio de la Mujer, la implementación de la Ley Micaela, el consejo de asesores con Dora Barrancos: es un momento de cambio. Y ahora nosotras le sumamos la profundización del debate sobre cómo modificar la configuración histórica de los lugares de poder».