Adjudican las inundaciones a la falta de sistematización de las cuencas

Bell-ville

Profesionales de la UNRC analizaron las de las lagunas Riveros y Baigorria. Señalan que al problema generado por las lluvias se suma el mal manejo de las tierras y la no retención de los excesos hídricos.

Un relevamiento realizado por las cuencas que en el último mes han provocado serios daños en la zona vuelven a exponer la problemática general de la región cual es la falta de ordenamiento de las cuencas y de un trabajo a conciencia en las producciones agrícolas para evitar los problemas que hoy se observan en caminos, rutas y hasta poblaciones afectadas por las inundaciones.

Un equipo de profesionales del  Servicio de Conservación y Ordenamiento de Tierras, de la Facultad de Agronomía y Veterinaria (UNRC) realiza un estudio exhaustivo sobre el comportamiento de las cuencas en toda la región, y en este caso puntual están profundizando sobre las cuencas de la laguna Riveros (Gigena) y de Baigorria, las que comprometen a estas dos poblaciones, pero además han generado serias complicaciones en la ruta Nº 36.

José Cisneros, integrante del equipo de trabajo, explicó a PUNTAL la situación de esta zona, así como el comportamiento de la cuenca río Cuarto, señalando que en ambos la problemática -aunque en escalas diferentes- responden a las mismas causales. “El desencadenante de estas inundaciones y crecidas de lagunas y ríos fueron las intensas lluvias, pero hay otra suma de factores a tener en cuenta como la falta de ordenamiento en la cuenca y la falta de trabajo en los campos pensando en la retención del agua, más que de su expulsión”, precisó.

Cisneros integra el equipo de trabajo que conforman además Américo Degioanni, César Núñez, Jorge De Prada y Alberto Montesano (del Inta). Con una vasta experiencia en el análisis de estas situaciones, ya que fue el que investigó y trazó acciones cuando era el sur cordobés el que se encontraba bajo agua décadas atrás, los profesionales realizan un estudio de situación al tiempo que sugieren algunas alternativas de trabajo.

La laguna Riveros

Una de los problemas más graves que se presentó en la región en las últimas semanas fue el desborde de la laguna Riveros que anegó el trazado nacional, y aún hoy el sector de banquinas sigue con agua.

Al respecto Cisneros señaló que del relevamiento hecho han observado que la laguna cuadruplicó sus dimensiones en los últimos tiempos. “De tener 35 a 37 hectáreas, pasó a 120 hectáreas, y es producto de receptar  los excesos hídricos de 1.300 hectáreas agrícolas”, detalló. Y agregó que en esta zona se han formado cárcavas que son  producto de los escurrimientos de los campos y que entran a la laguna: “Con el  agravante  de que toda ese agua arrastra tierra de los campos y va sedimentando el fondo de la laguna, lo que hace que pierda profundidad y termine escurriendo para los terrenos lindantes”. Además de llevar consigo también excedentes de agroquímicos y basura que son agentes contaminantes. (ver aparte)

Y precisó: “El agua de lluvia en los campos tiene dos destinos, o se filtra en el suelo o se escurre. la relación entre el área de la cuenca y el área que hoy tiene la laguna que son unos 120 hectáreas es de uno a 10. Es decir que cada milímetro de escurrimiento que se genera en la cuenca, la altura de la laguna aumenta un centímetro en su nivel. Los milímetros caídos últimamente la aumentaron en unos 30 a 40 centímetros, pero además como llevó sedimentos en el arrastre perdió profundidad entonces se producen estas situaciones de volcamientos”.

Este “barrido” de la tierra de los campos es causado además, por la falta de un trabajo sistemático en los cultivos, donde -según Cisneros.- se prioriza el beneficio inmediato por sobre la conservación  de las tierras.

“Esto produce toda una degradación en la cuenca que se refleja en la laguna luego que al perder capacidad de contención termina provocando estos daños”, señaló el investigador universitario.

Consultado sobre los trabajos que se vienen realizando para descomprimir la laguna, Cisneros sostuvo que es un paliativo en lo inmediato puesto se actúa sobre la emergencia. No obstante indicó que “lo correcto es trabajar siempre, no esperar ocurran estas cosas y luego actuar. Es necesario plantear una sistematización de la cuenca, conservar el agua en el lugar donde cae, trabajar las tierras en terrazas, o lonjas. “Pero para todo ello debe estar la decisión política y el convencimiento de los productores”, agregó Cisneros.

Y sostuvo que teniendo en cuenta que se trata de una cuenca no muy grande si un 60% de ésta trabaja con técnicas de cultivos apropiadas se reduce a cero el riesgo de estos acontecimientos.  “Se deben poner de acuerdo los productores, la comunidad en generar y las intendencias tienen que estar presentes porque son las que ejercen el poder, también la provincia y nosotros aportar el lado científico para encontrar soluciones globales no paliativo. Hoy se está actuando sobre la emergencia y se hace lo que se puede”.

Trabajo en conjunto

Al tiempo que sostuvo Cisneros: “Los productores son los responsables en el manejo sustentable de los campos, y para ello deben mejorar en las tecnologías de conservación, mejorar la infiltración, hacer pasturas permanentes para evitar daños en las tierras, hacer rotación en los campos. Pensar en trabajos en lonjas o mixtos, porque más allá que se habla de los beneficios de la siembra directa, trae sus problemas. Si todo ello se hace se corta el flujo de sedimentos y el agua se retiene en los campos”, insistió.

Indicó que también se debe realizar un profundo estudio de la zona porque si en 50 años no ocurrieron problemas como el actual, pero sí hubo lluvias de estos milimetrajes, seguramente ha habido cambios que alteraron el equilibrio de esta cuenca.

El trabajo que encararon los profesionales universitarios, con las sugerencias de obras y acciones a tomar será disposición sea de la Provincia, municipios u organismos que así lo requieran.

Fuente: Puntal