El aeropuerto de Villa María ya no tiene vuelos de línea

Inaugurado en 2011, el servicio a Buenos Aires duró mientras el municipio lo subsidió, a razón de un millón de pesos por mes. La ciudad se hacía cargo de parte de los pasajes. En marzo pasado, optó por retirar ese aporte.

Inaugurado en 2011, el servicio a Buenos Aires duró mientras el municipio lo subsidió, a razón de un millón de pesos por mes. La ciudad se hacía cargo de parte de los pasajes. En marzo pasado, optó por retirar ese aporte.

El Aeropuerto Regional Presidente Néstor Kirchner es hoy como un avión que carretea por una pista sin poder levantar vuelo. Anunciada como una estación aérea de alto impacto para el centro cordobés, sin vuelos comerciales regulares se parece más a un aeroclub de lujo.

Sin el subsidio del municipio local, que se acercaba al millón de pesos por mes, los vuelos de líneas comerciales desaparecieron y la actividad se concentra en eventos deportivos, requerimientos sanitarios o, en todo caso, el aprovechamiento que algunas grandes empresas radicadas en la ciudad puedan darle a través de aeronaves privadas.

En la presidencia de Cristina Fernández se destinaron 30 millones de pesos para inaugurarlo en 2011. A principios de 2017 entró en una zona de turbulencias que lo dejaron sin actividad comercial. Coincidió con la venta de la empresa Mac Air Jet, de la familia Macri, a la firma Avianca.

En la gestión del exintendente Eduardo Accastello, esa firma aérea era la encargada de explotar un servicio que llegó a tener tres frecuencias semanales a Buenos Aires ida y vuelta, pero siempre con subsidio municipal. El aporte estatal local era una condición para garantizar la rentabilidad del servicio.

Un cambio

En marzo pasado, el actual intendente, Martín Gill, decidió dar de baja el Ente para el Desarrollo Productivo y Tecnológico que tenía casi como única función administrar los vuelos comerciales. Todo pasó a depender de la Jefatura de Gabinete municipal.

En octubre de 2016, según el decreto 1566/16, se pagó un subsidio de 975 mil pesos. Fue el último. El desembolso mensual de cifras como esta fue lo que la actual gestión decidió cortar.

Un año y medio atrás, Gill consideró “fundamental garantizar las condiciones de vuelos regulares”, consolidando un servicio “que no hay en otra ciudad del interior”. Pero en el último verano las frecuencias se redujeron a una por semana. En marzo esperaban reacomodar los vuelos, pero las conversaciones no llegaron a buen puerto. Y se cortó.

“Empezamos a negociar con Avianca con la pretensión de reanudar los vuelos, pero sin subsidiarlos como antes. Podíamos seguir algunos meses, apuntando a mejorar frecuencias y con venta de pasajes en todas las plataformas. Pero en medio de reuniones y llamados, cambiaron las reglas de juego de los vuelos de cabotaje”, explicó Héctor Muñoz, a cargo del aeropuerto desde la Jefatura de Gabinete municipal.

Hubo una posibilidad de asociarse con la ciudad de Marcos Juárez, que también tiene una pista asfaltada, y compartir gastos. Pero no prosperó. Algunos dicen que no convenía comercialmente, otros que ese municipio desistió de aportar fondos.

Desde Villa María aseguran que insisten en las gestiones para recuperar los vuelos para tener al menos uno de ida y vuelta en el día a Buenos Aires. Pero la condición es que sea ya sin subsidios municipales. “Empezamos a considerar más los intereses de la ciudad, y no tanto los de los usuarios, que no son muchos”, apuntó Muñoz. El funcionario opinó que, a seis años de inaugurado, el aeropuerto debería ingresar ya en una etapa de autosustentarse.

Hoy por hoy

Más allá de festivales aéreos y vuelos de recreación, es utilizado por empresas que se radicaron en la ciudad, como MSU, Aca Bío y Osde, que llegan a tener hasta tres vuelos en una semana con aviones propios o rentados. Pero este movimiento no deja dinero para la estación, y son el municipio y la Nación, por pago de sueldos, mantenimiento y capacitaciones, los que corren con el costo operativo de sostener el aeropuerto abierto y operable.

El tramo ida y vuelta a Buenos Aires se vendía a principios de año a 3.400 pesos.

En los últimos meses se barajaron otras alternativas, con empresas que ofrecían vuelos a pistas de la provincia de Buenos Aires, sin llegar al Aeroparque porteño. Pero los empresarios locales, principales usuarios del servicio, no muestran interés en esa ruta. Argumentan que el servicio es interesante sólo si los deja en el corazón de la Capital Federal.

“Si estamos obligados a otros traslados es preferible irse en auto”, apuntó uno de ellos. Villa María está a 570 kilómetros de Buenos Aires, todo por autopista.

La Administración Nacional de Aviación Civil (Anac) receptó el pedido de concesión de una nueva ruta Buenos Aires-Sunchales-Villa María por parte de la empresa Just Flight SA, cuyo nombre comercial es Royal Class. La propuesta es por cuatro frecuencias mensuales. En septiembre se hará una audiencia por este tema.

Desde sectores locales ligados al Gobierno nacional consideran “casi un fracaso” la experiencia y sostienen que si el municipio no adelanta pagos, difícilmente funcione con algún éxito.

Fuente: La voz