Agua potable para Santo Tomé, Desvío Arijón y Sauce Viejo

La eventual conexión fue motivo de anuncios recurrentes. Según el ministro José Garibay, en diciembre estaría todo listo para empezar a abastecer a los vecinos.

La eventual conexión fue motivo de anuncios recurrentes. Según el ministro José Garibay, en diciembre estaría todo listo para empezar a abastecer a los vecinos.

Si los plazos se cumplen como las autoridades estiman, a fines de año, las localidades de Desvío Arijón, Sauce Viejo y Santo Tomé estarían en condiciones de empezar a consumir agua potable producida por el acueducto que tiene su toma sobre el río Coronda.

“La obra está completa. Las plantas potabilizadoras están operativas y en pruebas; sólo están faltando algunas obras de interconexión. Esperamos que antes de fin de año podamos estar habilitando el sistema, y entregando agua potable a estas tres localidades”, dijo a El Litoral el ministro de Infraestructura, José Garibay.

En rigor, los tres distritos poseen agua potable ya en algunos sectores, pero de perforación. De hecho, parte de las instalaciones que hoy se emplean para esa distribución se seguirán utilizando con el nuevo sistema.

Conexiones

Mientras siguen los meses de prueba del proceso de potabilización a partir de la finalización de la obra de la toma y planta, los detalles que se ajustan ahora tienen que ver con la conexión de los diferentes “eslabones” que permitirán llevar el agua a los usuarios. Para ello, el proyecto incorporó la ejecución de cisternas que, según precisó Garibay, “ya están construidas” y eran parte del plan original de obras que debía desarrollar la empresa que construyó el acueducto. Se previeron dos cisternas en Santo Tomé (barrio El Tanque y barrio Luz y Fuerza) con una capacidad total de almacenamiento de 13 mil millones de litros de agua; una en Desvío Arijón y una en Sauce Viejo, donde se dejará todo previsto para que se instale una segunda que abastecerá a los barrios del norte. En el caso de Santo Tomé se dispusieron, además, tres centros de distribución para alimentar la red domiciliaria. Entre la cisterna y los centros de distribución se debe realizar una obra de impulsión (instalación de bombas), con una inversión estimada en 15 millones de pesos.

Concluidos esos enlaces, queda en manos de municipios y comunas la tarea de continuar la red domiciliaria para que efectivamente el agua llegue a los vecinos. “Desde las cisternas, son las localidades las que administran y distribuyen el agua”, clarificó Garibay.

En la práctica, ello significa que los sectores ya servidos en los tres distritos tendrán agua potable ni bien se habilite el sistema. En cambio, el resto de los barrios y sectores de las mismas localidades que hoy no tienen servicio deberán esperar que la gestión comunal o municipal -según el caso- se haga cargo de desarrollar las conexiones secundarias.

Quién factura

La planta del acueducto, al igual que las ya construidas y a construir, será operada por Aguas Santafesinas S.A. Dicha empresa será quien facture el agua producida para las tres localidades, que serán las “distribuidoras” y con las que se firmarán los respectivos convenios.

“A partir de allí, el municipio o comuna en vez de tener un costo por la perforación y toma de agua, va a tener otro costo que será facturado por Assa por la potabilización del agua a partir del acueducto”, explicó Garibay. En el caso de Santo Tomé, el administrador del servicio es el municipio; en Desvío Arijón, una cooperativa que integra la comuna, y en Sauce Viejo, la administración es también comunal.

“Assa no le facturará al usuario -aclaró el ministro-; el usuario va a seguir recibiendo una factura como hasta ahora de la comuna, del municipio o de la cooperativa. La factura será la misma -insistió-. Y la comuna deberá ver de qué manera absorbe este costo que le va a generar la provisión de agua potable desde el río Coronda”.

Mensualmente, la comuna deberá pagarle a Assa el costo que demande la producción del volumen de agua potable que consuma su localidad. “Entendemos que Assa poco a poco va a ir absorbiendo lo que es la administración de los acueductos. No es que se suman ciudades servidas por Assa -aclaró Garibay-, sino que Assa opera y administra los acueductos, mientras que sigue dejando en manos de municipios y comunas la distribución. Lo único que cambie es la procedencia del agua, que será de mejor calidad”, aseguró.

A qué precio

Consultado sobre quién y cómo establecerá el cuadro tarifario para las localidades servidas con el nuevo servicio, el ministro dijo que se aplicarán los valores autorizados por Aguas Santafesinas.

“La comuna o municipio no podrá imponer su precio -advirtió-. Assa establece un costo del agua y la administración comunal o municipal deberá acatarlo”. Garibay aclaró que no existirá “un precio operativo de esa planta potabilizadora” en particular. “Lo que haremos -explicó- es trabajar con un mismo valor para el metro cúbico del agua en toda la provincia (costo del agua en bloque), sea cual fuere el lugar de la provisión y la distancia que haya que recorrer”.

La tarifa, como en la actualidad, será propuesta por Assa y autorizada por el Ministerio de Infraestructura, que tendrá la última palabra. “Es el Ministerio el que define el precio final. La comuna o municipio no puede interferir en la tarifa del agua, tal como es hoy en el esquema energético. Allí, Cammesa (la distribuidora mayorista) provee energía a la EPE y dice ‘sale tanto’. Lo mismo sucederá con el agua en las ciudades servidas por el acueducto”, concluyó.

Abastecer con agua potable a Desvío Arijón, Sauce Viejo y Santo Tomé es, en realidad, el objetivo de la primera etapa del acueducto. En el futuro, su meta más ambiciosa es llegar hasta Rafaela. Foto: Archivo El Litoral

El dato:  Demoras

El abastecimiento real con agua potable producida a partir del acueducto de Desvío Arijón encontró varios anuncios incumplidos en los últimos años. En enero de 2015, el por entonces ministro de Aguas, Antonio Ciancio, estimaba que “en julio o agosto” de ese año, las localidades ya tendrían el servicio. No pudo ser. En diciembre pasado, a sólo un día de terminar su mandato, el por entonces gobernador Antonio Bonfatti participaba de la puesta en marcha de las bombas en la planta ya terminada, y decía que “después de dos meses de prueba”, el agua comenzaría a llegar a los vecinos. Volvió a pasar el tiempo. Llegó agosto y una nueva promesa: “Fines de 2016”.

Traza hasta Rafaela

Abastecer con agua potable a Desvío Arijón, Sauce Viejo y Santo Tomé es, en realidad, el objetivo de la primera etapa del acueducto. En el futuro, su meta más ambiciosa es llegar hasta Rafaela.
Para ello, la provincia espera acceder a recursos procedentes de los fondos petroleros de Abu Dhabi. Las gestiones ya fueron iniciadas por el Ministerio de Economía, pero el propio ministro José Garibay advirtió que la actual coyuntura económica conspira contra los tiempos.

“Los trámites están iniciados, pero por un lado, se espera la autorización de Abu Dhabi del financiamiento, y por el otro, de la Nación. Después, necesitamos también la autorización de nuestra Legislatura. Son varios trámites -lamentó-, por eso no podemos traducir todo esto en tiempos. A ello debemos sumarle todo el proceso licitatorio, que también es extenso, porque cada etapa tiene que estar validada por el organismo internacional”.

Aun así, sostuvo que la expectativa es poder comenzar con la obra en 2018. “La obra demandará unos 18 meses de trabajo. Si a mitad del año que viene podemos licitar, hacia fines de 2018 o principios de 2019 ya estaríamos llevando agua a Rafaela. Pero la coyuntura económica no ayuda demasiado ahora”, admitió.

La inversión demandaría unos 1.700 millones de pesos; el 55% sería financiado por el fondo internacional y el resto con aportes del tesoro.

Fuente: El Litoral Santa fe