Al rescate de los pueblos Entrerrianos
10/06/2014 MUNICIPIOSLas Moscas, Irazusta, Estación Parera y Enrique Carbó ya fueron protagonistas de los proyectos de la entidad no gubernamental. Ahora, Colonia Hocker y Puerto Alvear están siendo transitados. Pronto será el turno de La Clarita. Se trata de intervenciones para promover el desarrollo de los pueblos de la mano de sus habitantes.
Ya suman siete los pueblos entrerrianos que fueron o serán intervenidos por la ONG Responde, entidad que se dedica a promover el desarrollo social, cultural y económico de los poblados rurales de la Argentina; investigar sobre ellos para revelar al mundo su potencial natural y cultural; e impulsar proyectos que permitan a las comunidades aprovechar sus recursos existentes y encontrar un futuro posible en su pueblo.
La lista de los pueblos entrerrianos incluye a Las Moscas, Irazusta, Estación Parera y Enrique Carbó; los proyectos que están en ejecución en Colonia Hocker y Puerto Alvear y el que pronto comenzará en La Clarita.
En sus 15 años de vida, Responde ha llegado a más de cien pueblos argentinos. Vale indicar que, antes de convertirse en una ONG, cuando aún era un grupo de voluntades que realizaban intervenciones sin el apoyo de las empresas y fundaciones que hoy nuclean, los integrantes de la entidad ya habían llegado a Entre Ríos, donde desarrollaron algunos pequeños proyectos en Estación Palavecino, Las Mercedes, Lazo y Líbaros.
LOS PROYECTOS. Desde la ONG, el licenciado en Recursos Humanos, Rubén Parasporo, recordó que “actualmente tenemos dos proyectos en ejecución: en Colonia Hocker y en Puerto Alvear. Este segundo tiene dos partes: la reconstrucción de una vieja casona para convertirla en un centro cultural con museo, biblioteca popular, aula virtual con computadoras, café cultural y sala donde ofrecer productos y artesanías locales. La segunda etapa busca proyectar el turismo. Puerto Alvear tiene el atractivo del río que ya es explotado; entonces la idea es capacitar a la comunidad para un mejor aprovechamiento, un aprovechamiento más integral, con más atractivos para que sus visitantes no sean sólo los turistas que van a pescar; que haya circuitos históricos, ambientales, de distinta naturaleza”.
En Enrique Carbó, la intervención comenzó en diciembre de 2012, cuando uno de los investigadores de la ONG viajó a conocer el pueblo. Según recuerda María Eugenia Tafarel, secretaria de Cultura del Municipio, “estuvimos acompañados por una semana, haciendo una investigación en la que recorrimos todo. Fue hermoso. El investigador se llevó mucha información y armó un programa donde vimos reflejado cómo estaba Carbó”.
Luego, en junio de 2013, llegó el proyecto. “Hicimos la biblioteca a través de Responde, en la sala de espera de Odontología, en el centro de salud del pueblo. Nos dieron libros, computadoras, estanterías y la verdad es que fue grandioso porque los chicos de la escuela vienen y buscan el material acá y hacen la tarea. Es la única fuente de Internet gratuita del pueblo”, destaca.
HACERLOS VISIBLES. Entre sus líneas de trabajo, además del proyecto o los proyectos económicos, culturales o sociales para cada localidad, Responde interviene desde otro lugar: haciendo visible al pueblo, tanto para sus habitantes como para todo el país.
“En el proyecto titulado La Argentina que aparece hacemos un profundo relevamiento de lo que el pueblo tiene, con el fin de mostrarlo para darle visibilidad y que eso genere oportunidades”, explica Parasporo.
Y reflexiona: “La realidad es que cada intervención, haciendo cualquier proyecto, tiene una motivación de esa ciudad. Uno primero lo advierte oralmente; si bien todos los pueblos son distintos, aparecen cosas en común y es esa circunstancia de lo importante que es que alguien ponga la mirada en ellos”.
“La gente tiene mucho apego a cada proyecto y nosotros procuramos que lo sientan propio para darle sustentabilidad en el tiempo”, indica Parasporo; señalando que es motivador para el pueblo ver que el interés ajeno no está puesto, únicamente, en la problemática, sino que también está en las posibilidades del lugar que, muchas veces, no son visibles para quienes viven allí.
“Para nosotros es muy importante el acercamiento de los pueblos. Trabajamos mucho con la intervención de la gente: que haya genuino interés de los habitantes en querer darle valor a los pueblos. Le damos mucho valor a esa participación. Es fundamental”, agrega.
Lejos de ser un proyecto “llave en mano”, cada intervención de Responde requiere la colaboración de la gente del lugar. “Tiene que haber un interés en la gente, si no esto no tiene sentido”, finaliza.
Cabe señalar que Responde es una asociación civil sin fines de lucro, integrada por profesionales de diversas disciplinas. Trabaja con el apoyo de empresas privadas y no representa a ningún sector político.
Presentación del problema
En la Argentina, y según el censo 2010, el 80% de los núcleos habitados del país son pueblos rurales de menos de 2000 habitantes. Eso significa que más allá del peso poblacional que tengan, la Argentina es un país de pueblos rurales de los cuales se sabe sólo su nombre, dónde están y cuántos son. Nada más.
Por otra parte, 17 ciudades concentran casi el 60% de la población del país aunque lamentablemente, casi el 40% vive en el 0,14% del territorio nacional.
Esta falta de conocimiento acerca de quiénes somos como país, quiénes hacen y sostienen nuestras raíces, esa aparente indiferencia y olvido real de estas poblaciones, trae como consecuencia la emigración de su gente hacia ciudades que no los esperan, no los contienen y no les ofrecen una vida mejor.
Esta emigración impacta en su pueblo y en la ciudad donde emigra, de la siguiente manera:
En el pueblo:
– Ruptura de lazos sociales y culturales
– Pérdida de infraestructura disponible por achicamiento del pueblo
– Desaprovechamiento de recursos naturales, culturales y humanos existentes
– Tejido social comunitario debilitado
– Desarraigo para el que emigra
– Crecimiento de vacíos poblacionales en el territorio
En la ciudad:
– Mínima posibilidad de absorber población que llega y ofrecerles trabajo, servicios y acceso a una vida digna
– Aumento de la marginalidad con todas sus consecuencias negativas.
– Deterioro ambiental
– Pérdida de identidad cultural.