Apuran la liquidación de invierno en Rosario para afrontar el próximo stock y las tarifas
Los descuentos ya van del 20 al 50 por ciento y también abunda el "dos por uno". El frío parejo ayudó a las ventas, pero no llega a compensar la malaria.
13/07/2018 ECONOMÍALos descuentos ya van del 20 al 50 por ciento y también abunda el «dos por uno». El frío parejo ayudó a las ventas, pero no llega a compensar la malaria.
Lo único que ayudó este año a las ventas del invierno fue el frío, que llegó bastante temprano y sobre todo se mantuvo parejo. Por lo demás, indumentaria, calzado, marroquinería y abrigo de cama al menos hasta junio vinieron francamente para atrás: entre un 4,8 y un 7 por ciento abajo del 2017. Para colmo, con peores expectativas para los meses que vienen. Por ende, las liquidaciones de invierno ya marchan a pleno, con descuentos que van del 20 al 50 por ciento y combos de «dos por uno». El titular de la Asociación Empresaria de Rosario, Ricardo Diab, sostiene que «la consecutiva negatividad mensual en las ventas y una mala expectativa en cuanto a poder adquisitivo empujan a los negocios a liquidar para hacerse del efectivo que necesitan para poder comprar nuevos stocks y pagar alquileres y altas tarifas».
Los últimos números que difundió la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) volvieron a mostrar un retroceso en las ventas minoristas al comparar junio 2017 y 2018: el promedio de caída rondó el 4,6 por ciento, pero en los rubros que suelen renovarse cada invierno las bajas fueron más en picada, con la peor performance en marroquinería, que llegó al 7 por ciento.
«Arrancamos la temporada con precios mucho más altos que, incluso pese a la devaluación, hubo que bajar porque si no no se vendía», contó Cristian, desde Midway, un local céntrico de indumentaria que por estos días exhibe carteles de liquidación de «20-30-50 por ciento» y de dos camisas al precio de una.
Un ex dirigente de Came e histórico del comercio local, Elías Soso, atribuye esa situación a la «decisión de resignar el margen de ganancia» para enfrentar la crisis. «Realmente se está haciendo un gran esfuerzo comercial», afirma. «Incluso muchos desconocimos el aumento del dólar», ejemplifica.
Frío sostenido
La única buena noticia de la temporada es que, a diferencia de la anterior, esta vez sí hizo frío sostenido, un factor clave para que los hogares decidieran invertir algo de sus menguados ingresos en productos típicamente invernales como indumentaria de abrigo, ropa de cama (acolchados y frazadas), botas y calefactores.
Por eso Soso es optimista: cree que finalmente se podría cortar la mala racha y, quizás, julio de este año termine, liquidaciones mediante, con ventas «emparejadas o levemente por arriba» del mismo mes del 2017.
Pero hasta hoy los números no fueron favorables. «Ahora estamos liquidando todo lo de invierno incluso a menos del 50 por ciento. Y ahí se ve: bajás precios y vendés», sostuvo Andrea, empleada de la cadena Pola Nola.
Como siempre, los primeros en encarar las rebajas estacionales son los comercios con mayor espalda. Ayer, por ejemplo, en Falabella se veía mucho público eligiendo productos con descuentos de entre el 30 y el 50 por ciento que la tienda de capitales chilenos promociona en sus vidrieras como la «gran liquidación».
Zapaterías y locales de cuero como Borsalino, Ky West, La Barranca, Cianciature, Humanic y otras también buscan tentar a los clientes con grandes ofertas. Lo propio hacen marroquinerías como X Large, Cecchini y Top 3, donde los descuentos rondan el 25 por ciento; los locales de ropa de hombre, como Mr Otto, Oliver o Vincenzo; y por supuesto buena parte de los de indumentaria de mujer. Cuanto más pequeños los locales, más tardan en lanzar la liquidación.
Con todo, en la mayoría de los negocios afirman que, pese a la malaria, los descuentos no empezaron antes de lo habitual. Es más, apuntan a hacerlos de manera progresiva, cada vez mayores, para llegar a fines de julio tratando de sacarse gran parte del stock.
Y otra singularidad: la mayor parte de carteles que anuncian «rebajas», «liquidación», «barata» o tanto por ciento «off» se ubican sobre las peatonales y galerías. Por calle San Luis es otra la realidad: muy pocos locales promocionan descuentos de fin de temporada o cambio de precios, pero de hecho los costos terminan siendo menores.
«Ni empezamos con la liquidación todavía porque nos sigue entrando mercadería», explicó Marcela, encargada de Shine, un local de San Luis al 1100. «La temporada empezó muy mal, incluso mucho peor que la del año pasado, que ya había sido mala», se sinceró, por lo que los precios se acomodaron solos a la baja.
Sobre esa arteria, la más popular del centro, se repite la escena: precios notablemente más económicos que en las galerías y poca publicidad sobre rebajas de estación. Los comerciantes saben que no les esperan buenos tiempos. «Si el propio gobierno dice que van a ser duros, van a ser durísimos», sentencia Diab.
Para el directivo, «los análisis de Came (entidad de la que además es vicepresidente segundo) muestran mes a mes una negatividad constante respecto del año anterior. Bajo esa circunstancia y una mala expectativa en cuanto a la pérdida del poder adquisitivo del salario, los negocios deben sacarse de arriba el stock», explica, de modo de hacerse del dinero que les permita afrontar tarifas, alquiler y las próximas compras. «En ese marco —dijo— trato de liquidar todo lo que puedo».
En busca de mover el amperímetro
La continuidad del frío, las vacaciones de invierno y la aceleración de las liquidaciones podrían contribuir a mover el amperímetro y, de esta manera, «salvar las papas» del comercio minorista, confirmaron algunos referentes del sector en la ciudad. Es que, después del alivio por el Día del Padre, esta área de la economía viene sufriendo una fuerte retracción en la demanda. Luego se acercará otra fecha clave para el comercio, el Día del Niño.