Arrancó el invierno y te invitamos a visitar tres destinos en las sierras cordobesas

Comenzó la estación más fría del año y se renuevan las ganas de seguir recorriendo y descubriendo los diversos destinos de nuestra provincia. Acá un puñado de propuestas.

Comenzó la estación más fría del año y se renuevan las ganas de seguir recorriendo y descubriendo los diversos destinos de nuestra provincia. Acá un puñado de propuestas.

Llegaron los días fríos y, oficialmente, ya estamos en invierno. Hay quienes son team de esta estación y les encanta aprovecharla para salir a pasear y hay quienes prefieren el verano para disfrutar principalmente de los ríos y sus cascadas. Pero para los que somos del team viajero, cualquier estación está bien para hacerse una escapada por las sierras y realizar otro tipo de actividades.

Para aquellos que no se dejan intimidar por el frío, van una serie de lugares recomendados para visitar este invierno en nuestra provincia.

La Cumbrecita

En un valle de las Sierras Grandes hay muchos destinos para recorrer en esta temporada, sobre todo porque el paisaje, en el que prevalecen los pinos, se vuelve de tonalidades ocres, marrones y hasta rojizas.

Con varias localidades con aire centroeuropeo, La Cumbrecita es un “pueblo de cuentos” como dice su propio slogan.

Su arquitectura de techos a dos aguas, la abundancia de madera en sus construcciones y un paisaje donde abunda la vegetación, con el río que atraviesa el pueblo, la localidad invita a sumergirse en sus callecitas y entrar en esta especie de cuento.

La Cumbrecita es además un pueblo peatonal así que se puede recorrer con total tranquilidad. Y también seguir sus senderos para llegar a sus bosques, a su cascada y continuar el curso del río.

Otro imperdible de este pueblo es su gastronomía: hay productores de cervezas artesanales y también restaurantes donde se sirven platos inspirados en la cocina centroeuropea, confiterías y casas de té donde la pastelería es el producto estrella.

Nono
En el valle de Traslasierra, la localidad de Nono ofrece tranquilidad y uno de los paisajes más bellos, no solo del valle sino de la provincia.

La localidad cuenta con senderos para recorrer caminando, en bici o haciendo cabalgata, dos ríos que recorren el pueblo y el famoso cerro Los Nonos que da origen a su nombre.

También es muy conocida su feria de artesanos y productores que se instala los fines de semana en la plaza central. Y, para recorrer, a la vuelta de esta hay restaurantes y bares para probar la gastronomía local.

El Rocsen
Un imperdible para visitar en invierno es el Museo Polifacético Rocsen que está a pocos kilómetros del casco céntrico. Este espacio creado por Santiago Bouchon cuenta con más de 55 mil piezas divididas en más de un centenar de temáticas.

Se podría decir que objetos de las diferentes culturas del mundo tienen un lugar en este ecléctico museo. Hay cámaras fotográficas, medios de transporte, medios de comunicación, piezas arqueológicas, elementos médicos, diversos ejemplares embalsamados (donde sobresalen rarezas como un ternero con dos cabezas), entre tantos otros objetos de todas las épocas.

Un paseo ideal para hacer en familia y pasar horas aprendiendo y descubriendo sobre la historia y las culturas del mundo. Por estar entre las Sierras Grandes, en invierno en esta zona es posible disfrutar de la nieve, lo que lo convierte en un atractivo eventual pero muy buscado por los turistas.

Cerro Colorado
En otro extremo de la provincia, está Cerro Colorado, conocida también como la tierra de Don Atahualpa Yupanqui, esa a la que tantos versos le dedicó en sus canciones.

Este pueblo tranquilo, de tierra rojiza, rodeada de monte nativo y cerros, es una postal que vale la pena conocer. Es además una reserva natural y cultural porque allí se encuentran aleros con representaciones de los pueblos sanavirón y comechingón de hasta 2000 años de antigüedad.

Hay también un Museo Arqueológico Cerro Colorado que permite observar piezas precolombinas y utensilios utilizados por los pueblos originarios.

La huella de Atahualpa
La huella de Don Ata está muy presente en todo el pueblo. Pero fundamentalmente en su Casa Museo que es efectivamente donde él vivía y donde descansan sus restos en el patio de tierra debajo de uno de sus árboles centenarios.

Don Ata eligió el lugar donde instalarse, en una parte de las tierras que le obsequió un amigo. Hoy, este lugar conserva objetos personales y parte de su paso por este lugar.

El paisaje que rodea a la vivienda explica por qué se enamoró de este lugar: un arroyo bordea el patio, detrás de él, los cerros de tonos colorados y una vegetación autóctona que le da un marco inigualable.

Por todo esto, Cerro Colorado es una localidad que hay que visitar y recorrer para conocer parte de la historia de esta provincia.

Fuente: La Nueva Mañana