Autonomías municipales, entre el discurso político y la realidad constitucional

En la Reforma de la Constitución sancionada en 1994 se modificaron varios aspectos del texto original. Sin embargo, también hubo grandes olvidos. El más recordado es el de la autonomía municipal.

En la Reforma de la Constitución sancionada en 1994 se modificaron varios aspectos del texto original. Sin embargo, también hubo grandes olvidos. El más recordado es el de la autonomía municipal. A veintitrés años de aquella modernización de las normas, Buenos Aires sigue en estado de rebeldía, no cumple con la regla y vuelve a abrir el interrogante: ¿los distritos pueden gobernarse por sus propios medios o tienen las manos atadas?
La respuesta parece parte del camino. En la actualidad, son 20 las provincias que se adecuaron a la ley constitucional. Santa Fe y Mendoza son las otras dos díscolas. Sin embargo, hay otras provincias en las que la autonomía es parcial.

El debate

El artículo 123 de la Constitución Nacional es claro: “Cada provincia dicta su propia constitución, conforme a lo dispuesto por el Artículo 5° asegurando la autonomía municipal y reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político, administrativo, económico y financiero”.
Javier Varani, docente y consultor especialista en asuntos municipales, refuerza el concepto: “La autonomía municipal no es algo sujeto a debate. Las provincias tienen la obligación de actualizar sus constituciones. Es un mandato”.
Buenos Aires, por caso, modificó su constitución un mes después de la reforma nacional, pero luego no cumplió con lo que dicta su propio estatuto. De esta manera, los municipios funcionan más cerca de la autarquía que de la autonomía. Una diferencia que fue clave a la hora de establecer la ley y que hoy parece parte de un juego de palabras.
En la actualidad, la provincia de Buenos Aires, por citar un ejemplo concreto, le dice a cada municipio cuántos son los montos máximos que se pueden utilizar. Cómo tiene que mover su plata. De esta manera, todo lo que un distrito quiera hacer para modificar la vida de la gente o para ofrecer diferentes oportunidades debe pasar por la provincia. Todo lo que es política pública conlleva, en la mayoría de los casos, un 80 por ciento de lo que genera desde su propia economía. En la misma línea, un municipio dispone de 68 mil pesos para una compra directa.

Federalismo con contradicciones

Delfina Irazusta, coordinadora de la Red Innovación Local, toma la posta y se pregunta: “¿Cómo puede ser que un municipio de 5 mil habitantes y uno de 900 mil se rijan por la misma norma?. El hecho de que no haya autonomías en provincias con municipios tan distintos es una locura”, dice a favor de la autonomía. Sin embargo, su mirada es más amplia. “El problema aparece cuando a un municipio les das herramientas que no está preparado para usar. Hoy deben existir sólo cinco municipios que pueden vivir con su autonomía financiera. Tres de Febrero, por ejemplo, tiene el 26 por ciento de su presupuesto general en sueldos, por lo que puede valerse por sí mismo”. ¿Entonces? “Hay que ir hacia un sistema de autonomía mixto, donde según tus competencias y capacidades puedas ir solicitando distintos grados de autonomía. El Ministerio de Economía en provincia detecta la debilidad financiera, deja en evidencia que hay algo por solucionar. A los municipios les cuesta trabajar en el aumento de los recursos y la mejora de eficiencia. Creo que un cierto centralismo ayuda a mejorar la calidad institucional, pero es un debate que a muchos intendentes les parece inadmisible. A veces, el centralismo, incentivando con premios y castigo, sirve. Es complejo, pero no hay que generalizar. Centralismo, a veces, sí. Autonomía, a veces, sí”.

Antecedentes y pasos a seguir

Desde hace muchos años existen diferentes iniciativas para modificar la Constitución y de esa forma hacer valer el artículo 123. Sin embargo, no prosperan. Los intereses son muchos. “Si hay algún político que cree que puede discutir se equivoca. No hace falta. Lo que la dirigencia debe hacer es cumplir”, retoma Varani. Y agrega que “hay que volver a hacer una convención constituyente para su aplicación. Está claro que hay diferentes grados de autonomía, pero no se puede discutir ‘sí o ‘no’.

La bendita provincia de Buenos Aires

Es hora de encontrarle la definición adecuada a los municipios”. Y ante la consulta de cuáles son los pasos para hacer cumplir la ley, Varani sostiene que “primero hay que ver cuántos municipios verdaderos hay. Definirlos. Es una discusión que debe puede darse en el ámbito legislativo. Pero es mejor que sea a través de constitución provincial. Una vez que se defina ese mapa, ver cuáles son las libertades que se le reconocen porque a esta altura Buenos Aires atrasa un siglo”.
En ese mapa al que hace referencia Varani se encuentran los 135 municipios que conforman la provincia. Sin embargo, a partir de la descentralizar podrían pasar a ser muchos más. ¿Cuántos? Podrían ser mil. Pero para alcanzar esa categoría es necesario que haya un análisis tipológico que ayude a comprender las complejidades de cada sociedad y dictaminar municipios de diferentes niveles. “Hay que entender que esto no es desmedro de nadie afirma Varani. Hay una mala concepción política que de cuánto mayor concentración de personas y recursos se tiene, es mejor. Y no. Hay más recursos para más personas para que vivan peor. Tenemos que entender que la descentralización es mejor. ¿Qué poder puede tener un gobernador con municipios raquíticos?”

Cada Provincia debe aprender a dar libertad

Los números son concretos en lo que respecta a lo poblacional, otros de los parámetros fundamentales para alcanzar la categoría de municipio. En su carta orgánica cada provincia deja en claro el límite. Algunos arrancan en 5 mil y otros en 20 mil. Si se toman en cuenta los 2200 municipios que hay en Argentina, el promedio de habitante por municipio es de 17 mil personas. Pero Buenos Aires parece romper todos los parámetros. En los 135 municipios viven 17 millones de personas. La cuenta es más complicada: 125 mil personas por distrito. Sin embargo, en Tordillo viven 2 mil personas y en La Matanza casi 2 millones.
Varani vuelve a aclarar las dudas. “No sólo es lo cuantitativo. Retiro a las 12 del mediodía tendría que ser un municipio. Esta comprobación no la tienen que hacer los políticos, sino los sociólogos, los urbanistas y demás especialistas”.

El reconocimiento y la trampa económica

Córdoba es la provincia con más cantidad de municipios con carta orgánica. Un ejemplo constitucional. Pero no así en lo que refiere a la distribución de su riqueza en estos distritos. De esta manera la autonomía de la que se pueden engalanar sus distritos termina siendo un mito cuando termina cayendo en la dependencia no sólo provincial, sino también nacional.
“Como en toda cuestión legal, lo mixto es complicadísimo. Pero se está empezando a estudiar eso en Buenos Aires ya que justamente a veces no se busca la eficiencia y parece como más fácil generar cosas nuevas para tapar problemas que solucionar los problemas preexistentes”, retoma Irazusta.
La lectura final es más simple. La autonomía municipal en todo el país pone de manifiesto dos cuestiones centrales: las diferentes normativas en las constituciones provinciales sobre el reconocimiento de la autonomía municipal y la trampa económica. “En la primera parte del siglo XX la autonomía estaba más cerca del mito, pero en los últimos años nos terminamos acercando más a la realidad. Es cierto que todavía queda mucho por recorrer, pero de hace 20 años a esta parte se ganaron muchas libertades municipales”, sostiene Varani.

Fuente: El Diario de Madryn