Biden, el presidente que ganó perdiendo
Si bien la mayoría de los analistas pronosticaban un arrollador triunfo republicano porque estos comicios son históricamente favorables a la oposición, los números reflejaron un resultado apretado que todavía no se ha logrado dilucidar y le dan aire al mandatario para continuar con su gestión.
09/11/2022 EL MUNDOSi bien la mayoría de los analistas pronosticaban un arrollador triunfo republicano porque estos comicios son históricamente favorables a la oposición, los números reflejaron un resultado apretado que todavía no se ha logrado dilucidar y le dan aire al mandatario para continuar con su gestión.
El demócrata Joe Biden tuvo el mejor desempeño en 20 años de un presidente de Estados Unidos en elecciones legislativas de mitad de mandato, aunque se verá obligado a ajustar su agenda pese a haber desafiado la historia y evitado una fuerte derrota gracias a sus logros, sobre todo económicos, dijeron analistas.
Autoridades seguían contando este miércoles los votos tras las elecciones del martes en Estados Unidos para renovar el Congreso, en las que una mayoría de analistas pronosticaban un arrollador triunfo republicano porque estos comicios son históricamente favorables a la oposición y por la situación actual de descontento con la alta inflación.
Sin embargo, más de 24 horas después del cierre de las mesas en medio país, los republicanos aún no habían logrado tomar la Cámara de Representantes, un cambio de manos que ha sido cuestión de pocas horas en todas las últimas elecciones de mitad de mandato en las que sucedió, mientras que en el Senado la paridad era casi total.
«La opinión especializada volvió a errar», dijo a Télam el analista y profesor argentino Silvio Waisbord en comunicación telefónica desde Washington.
«La duda era cuán grande iba a ser la derrota (demócrata), si relativamente pequeña o si a Biden le iba a ir como a la mayoría de los presidentes recientes, que perdieron 40, 50 y hasta 60 bancas de la Cámara de Representantes. Pero está claro que no, que si pierden la Cámara Baja, lo cual parece muy probable, será por pocas bancas», prosiguió.
«El Senado sigue abierto. Y el escenario parece propicio para que los demócratas logren retenerlo», agregó.
Valeria Carbone, doctora en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y docente de la cátedra de Historia de Estados Unidos, coincidió.
«Biden hizo una de los mejores elecciones de mitad de mandato de tres de los últimos cuatro presidentes», dijo.
Los estadounidenses renovaron ayer los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 35 de los 100 del Senado, en unas elecciones que afectarán la capacidad de Biden de sacar adelante sus prioridades legislativas de acá a final de su mandato, en dos años.
«Por más que (Biden) termine perdiendo la Cámara de Representantes y que quede dos bancas abajo en el Senado -y creo que hay chances de que el Senado siga 50 a 50 y que siga desempatando la vicepresidenta Kamala Harris- es un muy buen resultado para la administración Biden», señaló Carbone.
Los comicios se celebraron con un ojo en las presidenciales de 2024, porque Biden, de 79 años, indicó que tiene intenciones de buscar la reelección y porque se espera que su rival de 2020, su antecesor republicano Donald Trump, de 76 años, también anuncie en breve una candidatura para volver a competir por la Casa Blanca.
Para Waisbord, una derrota más contundente de Biden lo hubiera forzado, probablemente, a desistir pronto de una nueva candidatura presidencial, pero los resultados de las elecciones, aun parciales, son «un triunfo para él» y sería sorprendente que hubiera anunciado en poco tiempo que no competiría en las generales de 2024.
«Será el presidente que menos escaños perdió desde (el expresidente republicano George) Bush en 2002», dijo el analista y profesor de la Escuela de Medios y Asuntos Públicos de la Universidad George Washington.
Según Waisbord, el desempeño de Biden podría tener diversas explicaciones, entre ellas que la inflación, aunque era la mayor preocupación de los votantes, según los sondeos -más entre los republicanos que los demócratas-, no parece haberlo sido entre los independientes, cuyo parecer suele inclinar finalmente la balanza.
Carbone dijo que los pronósticos de que la inflación sería el factor decisivo del voto se fundaban sobre una mala lectura de la realidad económica.
«La economía estadounidense viene creciendo en los dos años de la gestión Biden. O sea, la economía no es solo inflación. La administración Biden logró recuperar los índices de empleo y se crearon puestos de trabajo a una gran velocidad», destacó.
Además, los demócratas hicieron del acceso al aborto una de las prioridades de campaña luego de un fallo de la Corte Suprema de julio que acabó con este derecho federal y lo dejó en manos de los estados, aprovechando una gran movilización por la cuestión.
«El tema de los derechos reproductivos también llevó a muchas personas a las urnas. Esto se confirma no solo en los representantes que eligieron sino también en que en todos los estados en los que se puso en la boleta una consulta popular relacionada con proteger los derechos reproductivos ganó el sí», dijo Carbone.
Finalmente, «esto refleja que la agenda legislativa de Biden, que fue bastante prolífica en estos dos años, tuvo su efecto», agregó.
Waisbord dijo que, no obstante, son tan pocas las bancas que los republicanos deben dar vuelta para pasar a controlar la Cámara Baja -cinco-, que incluso con un triunfo menos amplio que lo que esperaban, podrán «embarrar al cancha constantemente» y frustrar la agenda de Biden, que deberá transigir en muchos temas, pero con mayor margen.
Carbone coincidió, pero con matices.
La buena elección de Biden «no significa que no se le haga más complejo en los próximos años avanzar en ciertas leyes, pero este va a ser un Congreso más equilibrado. No va a ser fácil legislar con una mayoría simple, como hasta ahora», dijo.
La elección no fue buena para Trump, que había predicho una «gran noche» para las decenas de candidatos por las que hizo campaña, pero el expresidente se las arregla para aparecer como «totalmente inmune a la realidad», dijo Waisbord.
«Trump es Trump y no se va a bajar fácilmente. Y el Partido Republicano sabe que Trump es un salvavidas de plomo, pero sigue apostando a él como una forma de movilizar a su base, porque su carisma moviliza a gente en todo el país», agregó.
Carbone llamó a distinguir la relación entre «Trump y trumpismo» y dijo que «lo que se viene es un «trumpismo sin Trump».
«La mayoría de los candidatos respaldados por Trump perdieron. Sin embargo, la mayoría de los republicanos trumpistas que adoptaron su retórica y desconocen el resultado de las elecciones del 2020 sí ganaron. Me parece que en el Partido Republicano se va a empezar a consolidar este fenómeno que veo hace tiempo de un trumpismo sin Trump», dijo.