Bochorno electoral antes de las municipales en Chile

Casi medio millón de personas aparecen registradas en mesas que no son de sus ciudades; el error masivo afecta al 3% del padrón.

Casi medio millón de personas aparecen registradas en mesas que no son de sus ciudades; el error masivo afecta al 3% del padrón.

Guillermo Ponce vive en Las Condes, Santiago de Chile, y este domingo tendrá que votar en la Antártida para elegir alcalde. Como él, otras 463.421 personas aparecen en una mesa de votación de otra ciudad para las elecciones municipales 2016.

El cambio arbitrario de domicilio corresponde a un error masivo e inédito en la historia de las votaciones chilenas y afecta al 3,3% del padrón electoral. Aunque aún no hay responsables, hay antecedentes desde junio que indicaban del cambio que efectuó el Registro Civil y recién durante el fin de semana pasado el gobierno tomó cartas en el asunto.

Algunas comunas verán afectado su padrón en más de 12.000 electores. Ante la protesta y la preocupación por la poca legitimidad que podrían tener los resultados, La Moneda envió una ley corta al Congreso para que fuera aprobada ayer.

Consistía en habilitar a los votantes afectados para sufragar en su antiguo domicilio electoral y también en el nuevo. Cuando los parlamentarios ya discutían la iniciativa, Michelle Bachelet ordenó retirar la ley exprés, pues podía ser inconstitucional y también porque no estaban los votos para aprobarla, pese a que la coalición oficialista de Nueva Mayoría podría haber asegurado su promulgación.

El bochorno es el mayor que se recuerde en la historia electoral chilena. El caso llegó además a los tribunales, porque se debe investigar si hay fraude electoral y en ese caso dolo. El director del Registro Civil, Luis Acevedo, declaró ayer ante una fiscal por la posible negligencia que le corresponda al organismo que encabeza.

Desde la oposición y desde el oficialismo hubo voces que incluso sugirieron suspender los comicios, como proponían los expertos en derecho constitucional.

Sin embargo, una vez que el gobierno dio marcha atrás con la ley corta, el presidente de la Unión Demócrata Independiente, puso una lápida sobre la gestión de Bachelet. «No podemos tener un gobierno con gente tan inepta. Este episodio sella un ciclo de ineptitud completa. Todo lo que Nueva Mayoría toca se convierte en un fracaso», criticó Hernán Larraín.

Desde la Democracia Cristiana, La Moneda también recibió fuego amigo. «Una vergüenza el retiro de la ley corta y la falta de apoyo. Por darse gustos políticos quedan cientos de miles de chilenos sin poder votar», escribió en Twitter el diputado Matías Walker.

Nueva Mayoría pidió que caigan los responsables del caos, mientras que los candidatos de las comunas con mayores problemas se mostraron preocupados por el posible «acarreo» de electores.

El vocero del gobierno, Marcelo Díaz, explicó que no perseveró en la ley exprés porque se requería «un acuerdo político y parlamentario amplio. No era un proyecto improvisado o desprolijo», defendió.

Fuente: Sin Mordaza