Brasil: camioneros en huelga bloquean rutas estratégicas para la exportación
Una huelga de camioneros convocada por las redes sociales que exige la renuncia de la presidenta Dilma Rousseff entre otras reivindicaciones sumó este martes incertidumbre en Brasil, donde el gobierno intenta desactivar la paralización de trabajadores de Petrobras que cumplió nueve días, mientras negocia una paz política entre sus aliados que le permita avanzar con las leyes de ajuste económico en el Congreso y desactivar los planes de impeachment de la oposición.
Choferes de camiones que aseguran no estar vinculados a ningún gremio bloquearon trechos de rutas en una decena de estados del país, entre ellos los que concentran la producción agrícola, como Rio Grande do Sul, Paraná -el segundo mayor productor de soja-, Minas Gerais, Goias y Santa Catarina. En San Pablo, el estado más rico, hicieron piquetes en una crucial vía de acceso a la ciudad.
La movilización está coordinada por el Comando Nacional de Transporte (CNT), como se autodenomina el movimiento en las redes sociales, y sus líderes se niegan a negociar con el gobierno por considerarlo «ilegítimo» y aseguran que sostendrán la protesta hasta la salida de la mandataria reelecta en las urnas el año pasado.
Sindicatos que agrupan a gran parte de los trabajadores del sector se manifestaron en contra de la huelga y el ministro de Comunicación Social, Edinho Silva, aseguró en Brasilia que el CNT busca desgastar al gobierno en función de su negativa al diálogo. El Ejecutivo teme que la iniciativa haya sido impulsada por la oposición para agravar la crisis en curso.
Por su parte, productores de pollos y cerdos se mostraron preocupados de que una extensión de la medida de fuerza afecte las exportaciones ya programadas a Rusia y países del este europeo en un mes crucial para ese segmento económico.
El gobierno intenta al mismo tiempo revertir una huelga de petroleros que ya cumplió nueve días, y que pretende la desactivación del plan de desinversión que anunció Petrobras por u$s 57.700 millones. El gremio de petroleros movilizado tiene la expectativa de reducir en 400.000 barriles diarios la producción en la Cuenca de Campos, aunque la estatal desmintió ese número y aseguró que la caída de la producción no llegará a los 200.000 barriles diarios en todo el país.
Al delicado equilibrio político por las diferencias entre el gobierno y los partidos aliados en materia económica, la escasa popularidad de Rousseff y las amenazas de la oposición de avanzar con un juicio para destituirla, se agrega la recesión económica y la inflación creciente, con expectativas que no encuentran techo.
