Brasil presenta modelo de seguridad alimentaria a países africanos
Brasil y los países africanos comparten un objetivo común: garantizar la seguridad alimentaria, con el fin de erradicar el hambre entre sus poblaciones, poniendo alimentos saludables en las mesas de las familias.
21/05/2025 EL MUNDOBrasil y los países africanos comparten un objetivo común: garantizar la seguridad alimentaria, con el fin de erradicar el hambre entre sus poblaciones, poniendo alimentos saludables en las mesas de las familias.
Para conocer la experiencia brasileña, que logró acabar con el hambre de decenas de millones de personas, 150 representantes de 40 países africanos están en Brasilia para participar, hasta el jueves (22), del 2º Diálogo Brasil-África sobre Seguridad Alimentaria, Combate al Hambre y Desarrollo Rural.
Este martes (20), muchos de los trabajos desarrollados por la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) fueron presentados a las autoridades africanas. En particular, políticas públicas como el Programa de Adquisición de Alimentos (PAA), así como aquellas de formación de ganado y de incentivo a la agricultura familiar.
El encuentro contó con la presencia del ministro de Desarrollo Agrario y Agricultura Familiar, Paulo Teixeira, quien fue el encargado de explicar algunas de las políticas del Estado orientadas a erradicar el hambre en el país.
En la reunión también participó el ministro angoleño de Agricultura y Bosques, Isaac dos Anjos. A través de una asociación con la Conab, está en marcha una nueva capacitación para 75 técnicos angoleños sobre políticas y programas de abastecimiento social, costos de producción, almacenamiento, control de calidad e inspección.
En la primera etapa, el año pasado en Luanda, la capital angoleña, se capacitaron 97 profesionales en temas como agricultura familiar, monitoreo de cultivos, análisis de mercado y precios mínimos.
Soberanía alimentaria
“La soberanía alimentaria es, ante todo, la producción de alimentos. En segundo lugar, la producción de alimentos saludables, que también es importante para la prevención de enfermedades”, declaró el ministro Paulo Teixeira al inicio de su participación en el evento.
Destacó los frentes de acción orientados al crédito a los pequeños productores, así como las compras públicas y las políticas orientadas a la reforma agraria.
“Además de esto, asistencia técnica y rural y programas dirigidos a regiones específicas”, añadió Teixeira, poniendo como ejemplo algunas iniciativas destinadas a incentivar, en la Amazonía, bosques productivos de “especies con resultados económicos para los productores, como el açaí, el cacao y el aceite de palma”.
Agricultura familiar
Teixeira recordó que, mientras la agricultura familiar produce una variedad de alrededor de mil alimentos, la agroindustria produce solo 15. Según el ministro, esto demuestra que es precisamente la agricultura familiar la que lleva alimentos a las mesas de las personas.
En este sentido, Teixeira afirmó que dichas políticas deben centrarse en la diversidad alimentaria, lo que incluye la “recuperación de las culturas alimentarias de nuestros pueblos, apuntando especialmente a los alimentos saludables de nuestros antepasados”.
Para Teixeira, esta es una alternativa a lo que ofrece la industria alimentaria, que no siempre es saludable.
Ayuda gubernamental
El ministro explicó que algunas de las medidas adoptadas por el Gobierno, a la hora de ayudar a los pequeños productores, garantizan la seguridad alimentaria de la población.
“La primera ayuda es a través del financiamiento”, afirmó el ministro. “Cada año se proporciona financiación, lo que ha contribuido a las cosechas récord que hemos logrado [recientes]”.
Si por razones climáticas se produce una pérdida de cosecha, una solución es un seguro dirigido a los productores. “Esto es algo que ocurre con frecuencia en tiempos de cambio climático”, argumentó el ministro.
La segunda ayuda mencionada por Teixeira son las políticas de compras públicas y las existencias públicas, algo que, según él, se retomó durante el actual gobierno.
“Al menos el 30% de las compras que realizan instituciones como las Fuerzas Armadas, restaurantes universitarios y hospitales deben provenir de agricultores familiares”, explicó Teixeira, informando que, en el sector salud, también hay un incentivo para el uso de fitoterapéuticos como plantas medicinales de pequeños productores.
Muchas de estas compras, realizadas en granjas familiares, se destinan a escuelas, pero también pueden donarse a organizaciones que atienden a poblaciones vulnerables.
“Finalmente, como tercera forma de ayuda [del gobierno federal] están las compras públicas que permiten a los asentamientos de la reforma agraria acceder a nuevos mercados”, añadió.
Angola
Presente en la reunión, el ministro angoleño Isaac dos Anjos recordó que las asociaciones entre los dos países no se limitan a la Conab, sino que también incluyen al Ministerio de Agricultura y a la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa).
Hemos recibido algunas visitas de Embrapa. Además, yo mismo ya completé un curso de especialización en agricultura forestal en Bahía. Hemos aprendido mucho. Ahora buscamos experiencias brasileñas enfocadas en el desarrollo industrial, dijo Isaac dos Anjos.
Según el ministro, Angola fue en el pasado el cuarto mayor exportador de café. “Queremos volver [a esa posición], pero no al molde colonial, que explotaba la mano de obra barata de nuestro país”, añadió.
Reparación histórica
Para el presidente de la Conab, Edegar Pretto, las alianzas con países africanos representan la posibilidad de que Brasil haga reparaciones históricas a los pueblos del continente, ya que gran parte de la riqueza brasileña fue generada a partir de los esclavos que fueron traídos de allí, contra su voluntad, por los países colonizadores.
“Cuando fui a Angola, vi abundancia de agua, tierra y mucha tierra fértil. Allí también, si se siembra, todo crece”, dijo Pretto. Espera que, a través de estas cooperaciones, Brasil muestre a los países africanos cómo fijar el precio de los productos agrícolas, mediante políticas centradas en la cosecha y el almacenamiento.
Según el jefe de la Asesoría de Relaciones Internacionales de la Conab, Marisson de Melo Marinho, al mismo tiempo que enseña, Brasil aprende mucho de los países africanos.
“Ganamos experiencia con ellos, a partir de las técnicas de producción que aplicaban, en sus condiciones”, afirmó Marinho, quien mencionó, entre las lecciones aprendidas en ese continente, el uso de residuos y salvado de producciones como el trigo para la alimentación animal.
Al mismo tiempo, se acabaron abriendo nuevos mercados agrícolas para Brasil. “Al extender nuestras manos, beneficiamos nuestra balanza comercial”, añadió.
Ganar-ganar
Según el secretario ejecutivo adjunto del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, Cléber Soares, el comercio bilateral con los países africanos posibilita “una relación win-win”.
“Tenemos mucho que ofrecer y recibir, como fue el caso del intercambio y trueque de material genético”, afirmó Soares. Mencionó también, entre los beneficios de esta asociación, el cultivo, en Brasil, de una gramínea africana altamente eficiente para la alimentación animal.
Con el fin de promover las asociaciones, el Ministerio de Agricultura ha estado ampliando las asociaciones agrícolas en otros países. “Pasamos de 22 agregados a 40, de los cuales siete están en países africanos”, explicó el secretario.
Cléber Soares agregó que Embrapa creó una oficina específica en Etiopía para asociaciones con la Unión Africana, organización que representa a los 55 estados miembros del continente africano para promover la integración y el desarrollo socioeconómico de sus miembros.