Brasil: record de deforestación en la Amazonia
El denominado pulmón verde perdió en total 9.762 kilómetros cuadrados de su cobertura vegetal en un año, una superficie equivalente a cerca de 10 mil campos de fútbol.
20/11/2019 EL MUNDOEl denominado pulmón verde perdió en total 9.762 kilómetros cuadrados de su cobertura vegetal en un año, una superficie equivalente a cerca de 10 mil campos de fútbol.
La deforestación de la Amazonia brasileña aumentó 29,5 por ciento entre agosto de 2018 y julio de 2019, totalizando 9.762 kilómetros, un récord en diez años, informaron el lunes fuentes oficiales. El periodo de referencia incluye los siete primeros meses de gestión del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, partidario de la apertura de la selva tropical a las actividades agropecuarias y mineras.
Las cifras oficiales del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) confirman que la deforestación viene en aumento desde agosto de 2018. El incremento es aún mayor desde la llegada al poder de Bolsonaro. Los datos fueron presentados por el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, que atribuye exclusivamente el aumento de la tala a las «actividades ilegales» en el mayor bosque tropical del planeta. Ambientalistas expresaron su preocupación y llamaron al gobierno a tomar medidas urgentes.
La Amazonia perdió en total 9.762 kilómetros cuadrados de su cobertura vegetal en un año, una superficie equivalente a cerca de 10 mil campos de fútbol, de acuerdo a los datos del INPE. La destrucción del denominado pulmón verde fue un 29,5 por ciento superior al mismo periodo del año anterior, cuando fueron arrasados 7.536 kilómetros cuadrados, y la mayor desde 2008 (12.911 kilómetros cuadrados).
La deforestación de la Amazonia brasileña alcanzó su récord en el año 2004 (27.772 kilómetros cuadrados), pero desde entonces empezó a descender con fuerza, hasta llegar al mínimo histórico en 2012, cuando se perdieron 4.571 kilómetros cuadrados. De acuerdo con los datos del INPE, cuatro de los nueve estados amazónicos de Brasil concentraron el 80 por ciento de la deforestación entre agosto de 2018 y julio de 2019: Pará, Mato Grosso, Amazonas y Rondonia.
Los datos fueron presentados por el ministro Salles, quien señaló que esos números muestran la necesidad de que los gobiernos federales y estatales adopten una «estrategia diferente para frenar la tala».
El ministro se comprometió a buscar soluciones para hacer frente a la creciente deforestación, y anunció una reunión el próximo miércoles con los gobernadores de los nueve estados amazónicos para discutir nuevas formas de enfrentar la tala de árboles. «Necesitamos adoptar medidas diferentes para el combate de la deforestación», admitió en una rueda de prensa en la localidad de São José dos Campos, al interior del estado de São Paulo.
La deforestación descontrolada fue la principal causa de los incendios en la Amazonia que en agosto de este año sacudieron a la opinión pública, una tragedia ambiental que, sin embargo, no mereció la atención del ministro durante su conferencia.
La destrucción de la Amazonia fue atribuida por los ecologistas a la retórica antiambientalista del presidente Bolsonaro, que en plena campaña electoral llegó a proponer, entre otras medidas, una disminución de la fiscalización ambiental en la región, y la reglamentación de la minería en las reservas indígenas.
Según ambientalistas, los madereros aumentaron la tala de los bosques y los agricultores la expansión de sus áreas de cultivo en la región, amparados por los discursos de Bolsonaro sobre la Amazonia. Ese fue el caldo de cultivo de los masivos e históricos incendios. Durante la presentación de las cifras, sin embargo, Salles salió en defensa del mandatario y descartó que el aumento de los índices de deforestación tenga que ver con su llegada al poder.
Los datos divulgados este lunes encendieron de nuevo las alarmas de grandes organizaciones medioambientales como World Wildlife Fund (WWF) y Greenpeace. «La deforestación ha crecido de forma vertiginosa y, si el Gobierno Federal no modifica profundamente su postura en relación al tema, tenderá a crecer todavía más el próximo año, haciendo con que el país retroceda 30 años en términos de protección de la Amazonía», resaltó WWF a través de un comunicado.
«Es inaceptable que la Amazonia continúe siendo destruida. Nuestra posición es clara: deforestación cero ya. Cerca del 20 por ciento de la Amazonia ya fue destruida y el bosque se aproxima a un punto de no retorno, en el que la Amazonia se transformará en una sabana», alertó WWF.
La ONG recordó que los datos divulgados este lunes ya habían sido anticipados por el sistema de alertas del propio INPE, instituto cuestionado públicamente en julio pasado por el propio Bolsonaro, y que derivó en la renuncia del por entonces presidente de la institución Ricardo Galvao. El mandatario consideró en ese momento que los datos presentados por ese organismo estatal eran falsos y, a su juicio, fueron divulgados de mala fe por funcionarios públicos con intereses políticos.
Por último, Greenpeace denunció la reducción de medios para combatir la deforestación desde la llegada de Bolsonaro al poder. «Su gobierno está echando a la basura prácticamente todo el trabajo realizado en las últimas décadas por la protección del medio ambiente», afirmó Cristiane Mazzetti, de la campaña Amazonia de la organización ecologista.
“El proyecto antiambiental de Bolsonaro ha eliminado la capacidad de combatir la deforestación, favorece a quienes practican delitos ambientales y alienta la violencia contra los pueblos (nativos) del bosque”, agregó la ambientalista. La guerra declarada de Bolsonaro contra los grupos ecologistas tuvo su inicio incluso antes de asumir, cuando en un acto proselitista manifestó su rechazo hacia los defensores del medio ambiente: “Si llego a la presidencia no habrá dinero para las ONG, esos inútiles van a tener que trabajar».