Cambio climático: cómo los países centrales se están beneficiando económicamente de los periféricos

Japón, Francia, Alemania y Estados Unidos están canalizando parte del dinero de programas para reducir emisiones a sus propias economías

Japón, Francia, Alemania y Estados Unidos están canalizando parte del dinero de programas para reducir emisiones a sus propias economías. Un ejemplo es el préstamo de Francia a Ecuador para el teleférico Aerovía, que resultó en ganancias significativas para el país europeo.

Japón, Francia, Alemania y Estados Unidos están obteniendo beneficios económicos significativos de un programa global destinado a ayudar a los países en desarrollo a lidiar con los efectos del cambio climático, de acuerdo con un análisis realizado por Reuters y Big Local News (un programa de periodismo de la Universidad de Stanford), datos de la ONU y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). A pesar de haber prometido enviar 100 mil millones de dólares anuales a países más pobres para ayudarlos a reducir emisiones y enfrentar el clima extremo, los países centrales están canalizando parte de ese dinero de vuelta a sus propias economías.

Un ejemplo registrado es el de Francia y Ecuador. En 2017, el país europeo otorgó a la ciudad de Guayaquil un préstamo no concesional de 118,6 millones de dólares para construir el teleférico Aerovía como una solución climática. Sin embargo, cuatro años después de su inauguración, Aerovía transportaba solo una quinta parte de los pasajeros proyectados, resultando en menores ingresos y beneficios ambientales. El préstamo, con una tasa de interés proyectada del 5.88 %, exacerbó el déficit presupuestario de Guayaquil y se espera que Francia gane 76 millones de dólares en intereses, una tasa inusualmente alta para financiamiento climático.
Además, al menos otros 11 mil millones en préstamos, casi todos de Japón, requerían que los países receptores contrataran o compraran materiales de empresas en los países prestamistas.

En algunos casos, como Reino Unido, Canadá y los Países Bajos, se presentan informes detallados. Pero países como Japón, que es el principal financiador, apenas presenta datos.

En contraste, los países en desarrollo enfrentan un ciclo de deuda: los pagos limitan la capacidad para invertir en soluciones climáticas, mientras que los eventos climáticos extremos provocan pérdidas económicas severas, llevándolos a endeudarse todavía más.

Liane Schalatek, directora asociada de la sección en Washington de la Fundación Heinrich-Boll, un grupo alemán que promueve políticas medioambientales, dijo a Reuters: «La provisión de financiación para el clima no debería ser una oportunidad de negocio. Debe servir a las necesidades y prioridades de los países en desarrollo receptores».
Según lo analizado por la agencia de noticias, Argentina recibió un préstamo de 726,2 millones de dólares, 8,6 millones de dólares como beca y 50,1 millones de de dólares en calidad de otro tipo de prestación.

Fuente: El Litoral