Casi la mitad de los hogares argentinos tiene menos ingresos y un 25% acumula deudas

Unicef realizó una encuesta en todo el país y obtuvo datos del impacto económico y social en la población, y en especial entre los niños y adolescentes.

Unicef realizó una encuesta en todo el país y obtuvo datos del impacto económico y social en la población, y en especial entre los niños y adolescentes.

UNICEF Argentina presentó este miércoles los resultados de la “Segunda Encuesta de Percepción y Actitudes de la Población. Impacto de la pandemia y las medidas adoptadas por el gobierno sobre la vida cotidiana de niñas, niños y adolescentes”. Ésta es representativa de la totalidad de los hogares con niños, niñas y adolescentes del país, y es comparativa con el relevamiento realizado en abril de 2020.

El informe aclara que «si bien la niñez no es el grupo de población más afectado en términos de salud, la pandemia los afecta en su educación, los expone a mayores situaciones de violencia, impacta en su salud física y mental y genera cambios en sus hábitos y rutinas. Además, tiene efectos centrales en las posibilidades de los hogares de generar y sostener ingresos y asegurar el bienestar de niñas, niños y adolescentes».

En tal sentido, los datos de encuesta realizada a 2525 hogares entre el 14 y 26 de julio muestran que, más allá de la apertura de actividades, de la flexibilización de la cuarentena en parte del país y del programa de asistencia al trabajo y a la producción, hay 2,6 millones de hogares que tienen sus ingresos laborales reducidos. Es el 45% del total de los hogares encuestados: en abril, las reducciones afectaban al 60%.

Otro dato que arrojó la encuesta es que el 25% de los hogares tiene al menos una deuda . El 15% de las familias tuvo que recurrir a algún préstamo o fiado por parte de algún comercio para comprar alimentos (aumenta al 25% en barrios populares y al 22% para titulares AUH).

Desde Unicef destacaron los programas de protección social aunque remarcaron que el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) alcanza al 47% de los hogares, frente al 22% que lo recibía en abril. “Son 13 millones de personas que habitan en 2,8 millones de hogares donde al menos un miembro recibe el IFE”, dijo la representante de Unicef Argentina, Luisa Brumana, y destacó que la continuidad de los programas de protección social “es clave para evitar que más hogares caigan en la pobreza extrema”.

Las nuevas estimaciones del organismo alertan que, entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020, la cantidad chicas y chicos pobres pasaría de 7 a 8,3 millones. La segunda encuesta nacional genera datos actualizados sobre la ocupación de los jefes y jefas de hogar, el acceso a alimentos y la percepción de programas de transferencias sociales.

El organismo señaló que la disminución de los ingresos en los sectores vulnerables se observa en el consumo de alimentos. En el 26% de los hogares dejaron de comprar algún alimento por no tener dinero. Los programas alimentarios como la tarjeta AlimentAR alcanzan al 36% de los hogares -frente al 19% en abril- y la concurrencia a comedores populares aumentó, pasó del 8% al 10%, y mejoró notablemente el acceso. En abril el 8% de las personas que concurrieron a un comedor reportaron problemas para acceder o retirar viandas; en julio este porcentaje se redujo al 1%.

El impacto social del COVID-19

A diferencia del informe que Unicef presentó en abril, esta segunda encuesta incluyó preguntas sobre las percepciones frente al aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), situación emocional de los y las adolescentes y recepción de las salidas recreativas, entre otras .

A 160 días de conocerse el primer caso de COVID-19 en Argentina, y a 140 días de implementarse en el país el ASPO, el 87% de la población afirmó que la cuarentena obligatoria para toda la población puede evitar el contagio de coronavirus en su hogar. Si bien disminuyó casi 10 puntos porcentuales de abril a julio, la aceptación de esta medida aún es muy alta entre los hogares con niños y niñas, en una fase donde la protección dependerá cada vez más de las familias.

La población adolescente es la que más se siente protegida con el ASPO y lo apoya en el 95% de los casos. El 26,8% de los chicos y las chicas dijo sentirse angustiado (+70% que en la encuesta anterior), casi el 25% está asustado (valores similares entre abril y julio) y hay un 11% deprimido (+78%).

En tanto, 7 de cada 10 adolescentes respondió que lo que más les cuesta es “no ver a los amigos”, el 51% “no salir”, el 38% “no poder ir a la escuela”, el 38% “estar encerrado/a”. Sobre el retorno a la escuela, hay un 43% de chicos y chicas que tiene miedo a contagiarse, un 14% que teme viajar en transporte público y un 27% cuyo temor es “no poder recuperar el ritmo de las clases presenciales”.

Respecto a la primera infancia, se alertó que desde el inicio de la cuarentena un 48% de los chicos y chicas muestra alteraciones con las comidas, un 46% alteraciones con el sueño y un 16% problemas de comunicación. El equipo Unicef destacó la necesidad de que el Estado brinde apoyo psicológico, en las familias y en la comunidad, para que los chicos y chicas retomen la seguridad y la confianza en sí mismos, y fortalezcan sus procesos de socialización.

La reacción de los niños y las niñas frente a las salidas recreativas es positiva en la mayoría de los casos. Hay un 61% de chicos y chicas que dijeron disfrutarlas, un 38% que reaccionó “con atención y asombro”, un 7% que se mostró “atemorizado” y un 3% que no quiso salir.

Un punto para tener en cuenta es que el 28% de las familias encuestadas señaló que desde que se implementó la cuarentena “tuvo que dejar de asistir” a las citas médicas y vacunación de sus hijos. En tanto, un 40% de los hogares pudo retomar los controles de salud y de vacunación en las regiones del país donde se flexibilizó las medidas de aislamiento.

Fuente: Minuto UNo