Chile: condenaron a 74 represores por crímenes cometidos durante la dictadura

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Los dictadores recibieron entre 4 y 13 años de prisión, por el asesinato del joven militante Ismael Chávez Lobos, en la conocida Operación Colombo.

La justicia chilena condenó a prisión a 74 antiguos agentes de la dictadura de Augusto Pinochet por el secuestro calificado y desaparición de un estudiante de Derecho que figura entre las víctimas de la llamada Operación Colombo. En su fallo, el juez especial Hernán Crisosto sentenció a 13 años de prisión a los generales retirados César Manríquez Bravo y Raúl Iturriaga Neumann, y a los brigadieres Pedro Espinoza y Miguel Krassnoff Marchenko por el caso del joven desaparecido, Ismael Chávez Lobos.

Los cuatro militares mencionados ya se encontraban tras las rejas debido a las distintas condenas que recibieron por cometer violaciones a los Derechos Humanos en otros operativos ordenados por la dictadura pinochetista. Además de ellos, 39 ex agentes de la extinta Dirección Nacional de Inteligencia (DINA, la policía secreta del régimen militar) fueron sentenciados a cumplir diez años de prisión, mientras que otros 31 recibieron una condena de cuatro años por su complicidad en el caso.

Otros cuatro procesados fueron absueltos al no haberse acreditado su participación en los hechos. En la parte civil, por otro lado, el magistrado Crisosto ordenó al Estado chileno pagar una indemnización de 150 millones de pesos chilenos (unos 212 mil dólares) a la viuda y al hijo de la víctima.

Chávez Lobos, de 22 años, estudiante de Derecho de la Universidad de Chile, profesor de teatro y funcionario del Ministerio de Obras Públicas, militaba en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y fue detenido el 26 de julio de 1974 en su domicilio del barrio santiaguino Quinta Normal. Distintos testimonios señalan que el joven fue llevado al centro de detención de la DINA situado en la calle Londres, en pleno centro de Santiago, donde fue interrogado y torturado durante varios días, hasta que los represores lo sacaron del lugar con destino desconocido.

En 1975, su nombre apareció en una lista de 119 víctimas de la Operación Colombo, que consistió en un montaje de la DINA para encubrir su desaparición con la versión de que se trataba de miembros del MIR muertos en purgas internas de esa misma agrupación, que encaró la resistencia armada contra la dictadura de Pinochet. La versión fue publicada en las únicas ediciones de dos periódicos, Lea y O Novo Día, de Argentina y Brasil respectivamente, en una maniobra de distracción orquestada por las policías secretas de esos países y reproducida en Chile con titulares como «Exterminados como ratas» en los medios locales.

La Operación Colombo es considerada un adelanto del Plan Cóndor, concertado por las dictaduras militares de los países del Cono Sur de América Latina para colaborar en el exterminio de opositores. Según cifras oficiales, durante el régimen de Pinochet unos 3200 chilenos murieron a manos del terrorismo de Estado. Al menos 1192 figuran aún como detenidos-desaparecidos.

A 42 años del golpe de Estado contra el ex presidente Salvador Allende, los familiares de detenidos, ejecutados y desaparecidos por la dictadura continúan reclamando justicia. Esta semana, exigieron que un ex conscripto brinde información sobre la represión estatal del pinochetismo, luego de confesar su participación en el asesinato de 18 personas durante los años de plomo.

La Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos y otras organizaciones en defensa de los DD HH exigieron que el ex conscripto proporcione información sobre cómplices y el posible paradero de personas desaparecidas. Se referían a Guillermo Reyes Rammsy, de 62 años, quien confesó que durante la dictadura participó de una «misión especial» en la que llevaba «a varios de estos tipos» –en referencia a militantes del Partido Socialista– «a la pampa (el desierto), les pegábamos un balazo en la cabeza, dinamita, y ‘pah’, no quedaba ni la sombra».

El ex militar habló en un programa de radio, utilizando el seudónimo de Alberto. «¿Has escuchado dónde están los desaparecidos? Nadie te ha dicho dónde están los desaparecidos…», «pues es que no están, están totalmente desintegrados. No quedaba nada», agregó Reyes. Luego se justificó diciendo que «estabas obligado (a matar), si no te mataban los milicos (los militares) o te mataban ellos, estabas en medio».

Fuente: La Provincia; San Juan