Cómo están las Pymes hoy y el plan reactivación del Gobierno

El secretario de la Pymes y de los Emprendedores de la Nación, Guillermo Merediz, explicó a INFOCIELO el alcance de las cuatro nuevas líneas de financiamiento.

El secretario de la Pymes y de los Emprendedores de la Nación, Guillermo Merediz, explicó a INFOCIELO el alcance de las cuatro nuevas líneas de financiamiento.

Alberto Fernández anunció el miércoles el Plan de Reactivación e Inclusión Financiera para las Pymes, que incluye una inversión de 57.500 millones de pesos para las cuatro nuevas líneas de financiamiento destinadas a la inversión productiva de proyectos de mediano y largo plazo para los sectores industriales, agroindustriales y de servicios.

El Gobierno suma así cuatro nuevas líneas a las 17 lanzadas en lo que va del 2020, año atravesado desde el mes de marzo por la pandemia. Guillermo Merediz, Secretario de la Pequeña y Mediana Empresa y de los Emprendedores de la Nación, dialogó con INFOCIELO y explicó no sólo el alcance, sino el objetivo de las nuevas medidas.

“Nos resulta muy importante poner en agenda líneas de financiamiento que se calzan con un proceso de reactivación industrial que está siendo muy heterogéneo y que requiere financiamiento para acompañar la reactivación”, precisó Merediz, al tiempo que destacó: “Estamos pudiendo no sólo recuperar el financiamiento, sino que logramos una agenda de reactivación productiva en un contexto global muy complejo”.
-Las cuatro líneas anunciadas tienen tasas que van del 18 al 25 por ciento, muy menores a las del 90 y hasta 100 por ciento que dejó la administración de Mauricio Macri

-Los empresarios con los que hablamos nos cuentan que era muy difícil acceder a un crédito bancario y que cuando aparecía algo, la tasa era del noventa o cien por ciento. No hay ningún proyecto que pueda llevarse a cabo con ese esquema, porque es imposible apostar a la producción y a la generación de empleo. Al reducir las tasas de interés, estas nuevas líneas apuestan a la promoción de los proyectos que fomentan la producción nacional y que a su vez generan empleo.

-Uno de los objetivos del plan es potenciar la exportación, ¿esperan resultados a mediano plazo?

-También a corto plazo. La línea más grande de licitación de tasas con todos los bancos beneficia a la pyme que ya exportó con dos puntos adicionales de mejora del subsidio. ¿Por qué? Porque es una empresa que ya cuenta con todo lo necesario para exportar y puede generar un aumento en la capacidad exportadora casi inmediato. También pusimos en agenda la paridad de género.

-La línea de Desarrollo Federal bonifica parte del interés en caso de que las empresas sean lideradas por mujeres. ¿Sólo aplica en ese caso?

-Está incorporado de forma distinta en todas. La medida de cupo siempre es muy discutida, pero con ella se genera un piso que buscamos elevar. Lo que queremos hacer y lo incorporamos en una de las líneas que presentamos ayer es que las pymes lideradas por mujeres tengan un punto adicional, porque queremos que haya una búsqueda de mejorar las condiciones de los cupos, que tendrá como contrapartida una mejora en las tasas.

-Volviendo a las exportaciones, ¿cuánto representan las pymes hoy en la balanza de pagos?

-En los últimos años el universo de pymes exportadoras que son productoras de bienes cayó. Hay cerca de ocho mil empresas de bienes industriales y el segmento de exportación es muy pequeño. Esa es la tarea. Lo que buscamos es fortalecer todo lo que tiene que ver con la mejora de la productividad y la competitividad, que puedan además ser proyectos que tengan un perfil exportador. Hace una semana lanzamos con el ministro un plan de Desarrollo Federal Exportador. El objetivo es que las pymes que ya exportan tengan una inserción en nuevos mercados, lo que tendrá un impacto bastante rápido en la balanza de pagos. No es fácil que una empresa empiece a exportar, porque requiere una capacidad de ampliación que necesita de un financiamiento. Ahí también estamos presentes con las líneas que anunciamos. Por último, no hay que olvidarse de todas las empresas que exportaban y dejaron de hacerlo en los últimos años.

-¿Qué condiciones se mejoraron para reincorporar a la cartera exportadora a las pymes que en los últimos años dejaron de vender al extranjero?

-Durante la presentación del día de ayer, los dos empresarios con los que hablamos lo plantearon con toda claridad. Nosotros modificamos la política de derechos y reintegros a las importaciones que el macrismo había cambiado hacia una lógica de incentivos cruzados, que no priorizaba la generación de valor agregado. Habían reducido los derechos de exportación de bienes finales e intermedios e incrementando los reintegros de bienes finales. Nosotros recalibramos el sistema de incentivos y los empresarios nos dicen que ahora les cambió la ecuación de rentabilidad de los productos que venden en el mercado externo.

-¿Qué otros cambios apuestan a la incrementación de las exportaciones con valor agregado?

-Llevó un trabajo muy fuerte mejorar la ecuación de rentabilidad de derechos y reintegros. También hay deficiencia energética. Otro dato no menor es que el producto que se vende en el mercado interno, a veces necesita algunas modificaciones para su exportación: cambio de diseño, de comunicación. Hemos presentado muchísimos programas de asistencia en estas temáticas de innovación, de eficiencia energética para mejorar la gestión de costos de la empresa y que la ecuación tenga un margen favorable que permita exportar.

-La medida fue celebrada por el sector, pero se cuestionó la falta de políticas para financiar el capital de trabajo

-Hay distintas políticas para promover líneas de capital de trabajo. De hecho, hay varias medidas que están activas para las empresas que atraviesan una situación más compleja, como las vinculadas al sector turismo y cultura, que tienen hasta un año de gracia en muchos casos. El Estado tiene un rol importante en este proceso de recuperación. La industria está creciendo, la construcción está creciendo y hemos recuperado en algunos sectores la actividad con índices incluso superiores a los que se registraron antes de la pandemia.

-¿Cómo se explica que haya en pandemia indicadores mejores que los que se registraron en septiembre del 2019?

-Gobernaba Mauricio Macri, gobernaba un proyecto político que les decía a los empresarios que no contrataran empleados y que dejaran de producir, porque era mejor quedarse con la marca y mandar a producir a China. Acá hay un proyecto que busca cambiar el modelo especulativo. En esta etapa de reactivación productiva se necesita financiamiento y el Estado está haciendo ese trabajo.

-¿En qué situación se encuentran hoy las pymes?

-Hay situaciones muy diversas, porque depende la rama productiva. Lo más importante que podría decir es que lo que uno veía en los meses de abril y mayo, es que la preocupación más grande de las pequeñas y medianas empresas radicaba en la inexistencia de financiamiento y la ruptura de la cadena de pagos. Esa preocupación fue muy significativa y hoy nadie habla de cheques rechazados. Las pymes se financian de forma distinta: con crédito bancario y con el giro de caja, que es un instrumento central. Los números lo que muestran es en la medida en la que se fue recuperando la actividad y se reactivó el circuito de compra y venta, la preocupación sobre la estructura del financiamiento se fue achicando. Hoy uno ve que las pymes en la medida en la que el circuito funciona empiezan a normalizar toda su estructura financiera.

-En el mes de septiembre, CAME sacó un informe en el que aseguró que 60 mil pymes “cerraron o están por cerrar” como consecuencia de la pandemia. ¿Qué números manejan ustedes?

-Es un tema que monitoreamos muchísimo. Me parece importante aclarar que para saber si una pyme cerró, hay ciertos indicadores que se toman en cuenta en una determinada cantidad de tiempo. A saber: si se bajaron de ciertos impuestos como las contribuciones patronales o si se dio de baja el cuit. Lo que uno ve es que en los primeros meses de la pandemia, abril y mayo, hubo una dilación importante en el pago de las contribuciones patronales; pero esa situación se fue normalizando conforme se fue recuperando la actividad. Ese indicador no señala que hubo un cierre, sino que la empresa tuvo dificultades para cumplir con esos compromisos. Recordemos que ni bien asumió el Gobierno hubo una moratoria de una magnitud con pocos precedentes en la historia argentina: había una inflación del 55 por ciento y muchas empresas se financiaron con el retraso en el pago de las contribuciones.

-Este año hubo una caída del 2.5 por ciento del empleo privado, la mitad de la que se registró en Chile y un tercio de la de Brasil. ¿Esto se debió a programas como el ATP y el IFE?

-Es una caída fuerte del empleo privado, nadie dice lo contrario. Es importante tomar los valores comparativos de la región para ver el impacto que tuvo en países más similares al nuestro, porque siempre se compara con Alemania o el Reino Unido que tienen otro colchón para enfrentar crisis como la que generó la pandemia. El ATP fue significativo para cuidar a los trabajadores en blanco y el IFE ayudó a los que están en el mercado informal. Hay que recordar también que la Argentina estaba en default y no pudo pagar ni siquiera su deuda en pesos. Nuestra balanza de pagos tiene un problema recurrente que es la escasez de dólares. Pero lo que sucedió fue que el Gobierno anterior no sólo nos endeudó en dólares, sino que además nos dejó en una situación más compleja y es que no podíamos siquiera pagar la deuda en divisa local. La pandemia llegó en un momento en el que el país ya atravesaba una crisis previa muy fuerte.

-¿De qué manera se busca ahora volver a generar todas esas fuentes de trabajo en blanco?

-La dinámica de una pyme, sobre todo las más pequeñas, te obliga a mejorar sus condiciones para que después puedan formalizar nuevos puestos de trabajo. En general, el esquema de bajar impuestos y reducir las contribuciones no ayudó. Ya se hizo y se terminó desfinanciando de una forma estructural el sistema de seguridad social que nos costó mucho recuperar. La forma no es sólo reducir la carga impositiva, sino trabajar en un doble esquema que pondere también la demanda de productos. Este año, el programa Ahora 12 creció un treinta por ciento con compras que se empiezan a pagar recién en el 2021. Las tasas de interés también mejoran la situación real. Estimular la demanda, con herramientas como el IFE cuando había muchas actividades paradas, es un ejemplo.

Fuente: InfoCielo