Comprar en la fábrica: un nuevo recurso para ahorrar en los alimentos en Mendoza

El fenómeno que se observó en los últimos días con la leche se extendió a otros productos de los rubros de alimentos y de limpieza.

El fenómeno que se observó en los últimos días con la leche se extendió a otros productos de los rubros de alimentos y de limpieza.

Las alternativas para bajar costos en las compras familiares no son nuevas. Ya es común ver familias que se organizan para dividir compras en mayoristas, ferias y otros mercados concentradores, pero las recientes subas en los alimentos y productos de limpieza hicieron que los mendocinos agudizaran el ingenio y se inclinaran por las compras directas en fábrica.

Es que según señalaron los referentes del sector, los ahorros rondan el 40% en relación a los precios que se encuentran en otros negocios. Para entender este fenómeno se debe recordar que durante los primeros meses del año se aceleraron las subas de precios de los alimentos.

De hecho la inflación de febrero alcanzó el 4% y en lo que va del año el acumulado es de 6,9%. Además, los aumentos más fuertes se vieron en el rubro Alimentos y Bebidas (1,7% en comparación con febrero).

La empresa Molinos, por ejemplo, anunció aumentos en sus productos del 15,5% en promedio, que terminarán repercutiendo en la canasta de este mes, aunque en menor medida de  lo hicieron las carnes en enero (20%).

En este contexto, el salario de las familias mendocinas, sin actualizaciones de por medio, pierde poder de compra y los consumidores buscan alternativas para estirar el dinero sin resignar el consumo de productos considerados básicos comolácteos, aceites, pastas secas y artículos de otros rubros como limpieza o aseo personal.

Diferencias de costos  
En todos los casos, la premisa es comprar en mayores cantidades para tener que acudir menos veces al comercio y así ahorrar tanto en combustible (o el tipo de movilidad utilizada) como en precio, pero igualmente es posible hacer comparaciones por litro, o peso, y observar las grandes diferencias de precios entre supermercados y fábricas.

Orlando Pelichotti / Los Andes
“Cada vez se acercan más clientes que buscan productos para consumo familiar. El litro de aceite cuesta uno $ 40 y tienen la posibilidad de llenar sus propios bidones y recargar para ahorrarse el precio del envase”, explicó Martín Federici, de la aceitera La Joya.

Por el contrario, las ventas de aceite de oliva por litro han disminuido en al menos un 30%. Según indicó el empresario, los clientes que ya eran asiduos siguen comprando, porque el litro cuesta menos que en góndola ($ 215 por litro), pero ha caído el consumo.

El precio por litro indicado por el comerciante en el caso del aceite de girasol resulta un 28% más económico que el que puede encontrarse en los supermercados ($ 55,76), según la lista de Precios Cuidados.

Igualmente, y aunque su precio es muy superior, el aceite de oliva es un 49% más económico que el precio por litro de las grandes cadenas (cerca de $ 358,70 de marca blanca).

Las diferencias en el precio de la leche también llamaron la atención de los mendocinos.

Tal es así, que la fábrica Yogurlac tuvo que cuotificar sus ventas a 3 litros por cliente. Es que comprar allí significa un ahorro del 37% con respecto a la primera marca que se consigue en supermercados.

La misma fábrica ofrece a sus clientes el litro de yogur por un valor de $ 35 cuando en Precios Cuidados se puede observar uno a $ 41,18.  También entre los lácteos, puede resultar más conveniente comprar directamente en el tambo.

Mientras que Guercio vende el queso cremoso a $ 160 el kilogramo por horma, el producto que figura en el programa del Gobierno, también por kilo y por horma sale $ 207,03.

Hasta hace dos días promocionaban también la venta del litro de leche a $ 20, pero desde la municipalidad de Guaymallén los intimaron a “comercializar sus productos en envases herméticos” para poder seguir vendiendo.

Las pastas secas también son una opción para comprar directamente en fábrica, y tal como explicó Betina Morelatto, encargada de la fábrica Bauzá, los clientes van a comprar por los precios bajos ($ 23 en la versión más económica), y también porque pueden obtener descuentos especiales por volumen.“Los viernes tenemos descuentos para jubilados del 10%”, comentó.

Los huevos no se quedan fuera de la lista. Es que mientras en la feria o en las avícolas pueden conseguirse a $ 130 por maple, en el supermercado el precio supera los $ 209.

Limpieza y aseo personal
Las compras directas de fábrica no son algo exclusivo del rubro alimentos. En los productos de limpieza y aseo personal también se puede notar un ahorro significativo.

Laura, encargada de la fábrica LimpiaSol, aseguró que en fábrica se pueden conseguir productos de ese rubro un 50% más baratos que en otros canales de venta.

“Siempre hemos trabajado como mayoristas, tanto para quienes revenden, como para quienes compran para su casa”, indicó y dio ejemplos de las diferencias de costos, como el detergente para la ropa que cuesta $190 por cinco litros, o el shampoo para el cabello que se vende en la misma cantidad de litros a $ 200.

En enero cayó 5% la facturación en “súper”
Mientras el consumo directo de fábrica va en aumento, las ventas de los supermercados siguen cayendo de forma pronunciada. Según estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en enero se contrajo 5% la facturación de los grandes hipermercados de Mendoza, un resultado que dio continuidad a una larga tendencia negativa.

Los números indican que en el primer mes del año los súpers de la provincia facturaron $ 2.432,5 millones, mientras que en el igual mes del 2018 lograron $ 1.684,2 millones en ventas. Si bien eso marca una diferencia positiva del 44%, cuando se toma en cuenta el efecto de la inflación se observa un resultado adverso.

Según la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza (DEIE), durante los doce meses analizado el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 52,2%. Eso quiere decir, que el monto facturado por los súpers en enero de este año es en realidad un 5% menor que el de enero de 2018.

De esta manera, ya son diez los meses consecutivos con resultados negativos para el sector supermercadista. La baja comenzó en abril del año pasado y se profundizó en los meses siguientes, tras la fuerte devaluación del peso y su impacto directo sobre la inflación.

Fuente: Los Andes