Con el 32%, Mestre obtiene cuatro años más como intendente de Córdoba

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El radical obtuvo el 32,51% y gobernará la ciudad otros cuatro años. Tomás Méndez no dio el batacazo, pero hizo una elección sorprendente, y quedó segundo, con el 22,6. Juez salió cuarto, con 15,7%.

Ramón Mestre retuvo con comodidad la intendencia de la ciudad de Córdoba con el 32,25% de los votos, en una elección que no tuvo el escenario reñido que anunciaron algunas encuestas, pero donde el experiodista Tomás Méndez logró un sorprendente debut electoral: con el 23,17% de los sufragios, se ubicó en el segundo puesto y liderará un bloque de seis en el Concejo Deliberante. Con su performance, Méndez cambió el mapa electoral capitalino y, salvo el ganador, en nada se parece al escenario de hace cuatro años.

La jornada dejó mucha tela para el análisis. Un intendente con el piso mínimo en la historia posdictadura de las elecciones municipales, con reparto del grueso del voto entre cuatro listas. Por otro lado, el cuarto lugar de la fórmula de pesos pesados integrada por Luis Juez y Olga Riutort y un Daniel Giacomino que le dio un porrazo al Frente para la Victoria con un paupérrimo séptimo puesto.

Con este resultado, Mestre, asociado al PRO de Mauricio Macri, se consolidó como el natural candidato a gobernador del radicalismo para 2019 y como joven dirigente no peronista de proyección nacional. La dispersión de voto opositor y el apoyo que concita en esta Capital la alianza de centroderecha entre radicales y macristas (que ya se exhibió en las Paso y en las elecciones para gobernador del 5 de julio pasado), explican el triunfo de un jefe comunal que poco más de año y medio atrás atravesó una fuerte crisis política y de gestión que lo obligó a cambiar prácticamente todo su Gabinete municipal. Su principal denunciante, Méndez, se convirtió ayer en la segunda fuerza electoral, y prometió controlar desde el bloque legislativo la gestión del binomio Mestre-Felipe Lábaque.

El candidato del Movimiento ADN no dio el batacazo que prometió, pero supo capitalizar el voto de los cordobeses enojados con el sistema político tradicional. De alguna manera, Méndez está haciendo un recorrido similar al del Juez del 2003, recostado en promesas de transparencia y de “nueva política”.

Si logra construir políticamente con el capital electoral que atesoró, podría convertirse en un actor importante de la ciudad para los próximos años. Como buen centro urbano, Córdoba tiene un voto móvil y fragmentado, lo que obliga a ganarlos en cada elección.

Esteban Dómina, con el sello de Unión por Córdoba, se ubicó en tercer lugar, con el 17,31% de los votos. El candidato del delasotismo-schiarettismo repuntó en la última semana de campaña, pero no logró arrastrar los votos del PJ y quedó lejos de su volumen en la ciudad. Hay que recordar que a Juan Schiaretti, aun perdiendo en la Capital la elección para gobernador, lo votó el 29,3%, y que al frente UNA (De la Sota y Sergio Massa) lo apoyó el 33% de los capitalinos en las Paso del 9 de agosto. Con todo, Dómina superó el piso del 15,4% del delasotista Roberto Chuit en la elección de 2007.

La cuarta ubicación de fórmula Juez-Riutort, con el 15,81%, fue el gran fracaso de los comicios y esta fue la peor elección de Juez desde 2003. La dupla, que tanto dio que hablar cuando se lanzó a la Intendencia, no rindió como sus arquitectos supusieron. En 2011, la actual concejala había salido segunda, con el 27,6%, y el juecista Frente Cívico, 7,7% (con Dómina como candidato a intendente).

Ese caudal se diluyó en la fórmula conjunta, y ni hablar del 42,45% de Giacomino y el 55% de Juez del 2003. El resultado abre un signo de interrogación sobre el futuro político de ambos, aunque el ahora ex candidato aseguró que no habrá “jubilación anticipada”.

En el caso de Riutort, tras dos períodos como concejal, no podrá asumir la banca. Juez renunció a su candidatura a senador nacional por el espacio Cambiemos, y a partir del 10 de diciembre será un edil de peso.

El quinto lugar fue una sorpresa: el Frente de Izquierda y de los Trabajadores estuvo a punto de conseguir la primera banca de la izquierda en la historia del Concejo Deliberante cordobés. Javier Musso se quedó con el 3,32%, y con un quinto lugar que las encuestas le habían dado a Giacomino, uno de los grandes perdedores de la jornada. El MST, con Luciana Echeverría como única mujer candidata al Palacio Municipal, quedó sexto, con el 2,83%. La pregunta del millón es qué hubiera sucedido si la izquierda iba unida a las elecciones. Seguramente, hoy habría un edil de ese palo.

Del octavo al decimotercer lugar se ubicaron Encuentro Vecinal Córdoba, Liberal Republicano, Alianza Progresistas, MAS, Movimiento de Unidad Popular, y Partido Intransigente, todos con menos del 1,5% de los votos cada uno.

Fuente: La Voz del Interior