Con el sistema público colapsado, tratarse de coronavirus en Quito cuesta más de 30.000 dólares

Los hospitales y clínicas de la capital ecuatoriana con más de tres millones de habitantes, declararon que se encontraban al 100% de su capacidad y empezaron a rechazar pacientes.

Los hospitales y clínicas de la capital ecuatoriana con más de tres millones de habitantes, declararon que se encontraban al 100% de su capacidad y empezaron a rechazar pacientes.

En Quito, la capital de Ecuador y nuevo epicentro de la pandemia, en donde el sistema de salud público colapsó hace unas semanas, tratarse y curarse de Covid-19 puede costar entre 32.000 y 70.000 dólares en el sector privado, según informó hoy la prensa local.

Los hospitales y muchas clínicas de Quito, ciudad que registra más de tres millones de habitantes, declararon que se encontraban al 100% de su capacidad y empezaron a rechazar pacientes, una situación similar aunque no tan grave aún a la que vivió Guayaquil en abril cuando alcanzó su pico de contagios y muertos por coronavirus.

En total, Ecuador ya registró más de 77.000 contagios y de 8.800 muertes por coronavirus y tras un mes de una relativa estabilización del brote una vez que se contuvo el brote de Guayaquil, el país vuelve a sufrir un pico y un colapso del sistema sanitario.

Pese a las alertas de los últimos meses, el Gobierno ecuatoriano se niega a dar marcha atrás con su reapertura económica y, por eso, la situación sanitaria en Quito sigue empeorando.

La capital ecuatoriana tiene 12 clínicas privadas, pero solo siete atienden a pacientes con coronavirus.

Estas clínicas tienen tres tipos de pacientes: derivados del Instituto Ecuatorianos de Seguridad Social (IESS) y del Ministerio de Salud Pública (MSP), personas con un seguro médico privado, o los llamados “autoderivados” que van sin cobertura médica de manera particular por el colapso del sistema público.

En las clínicas privadas de Quito tratarse por la Covid-19 no es un trámite barato si el paciente es “autoderivado”, informó hoy el diario La Hora.

En un país dolarizado desde hace dos décadas, los precios difieren si la hospitalización es en una habitación común, que puede rondar los 12.000 dólares, o si se debe ocupar una cama de una unidad de cuidados intensivos, tarifa que alcanza los 20.000.

En muchos casos, la Covid-19 demanda ambos tipos de internación, por lo que el tratamiento arranca desde los 32.000 dólares.

Al costo del derecho de ingreso al sanatorio, se deben sumar también honorarios de médicos, residentes y enfermeros, exámenes médicos y placas, interconsultas, el oxígeno, el uso de respiradores y monitores, infusores y la diálisis, en caso de ser necesaria.

Sin una normativa del Estado que establezca los costos de las clínicas privadas, el panorama tiende a replicarse en otras ciudades, como ocurre en Guayaquil, capital de la provincia de Guayas y otra de las más golpeadas por la pandemia, donde se registraron quejas por cobros de hasta 80.000 dólares.

Lo cierto es que la solución de una disposición que regularice valores parece lejana, y ante la desesperación, los ciudadanos ecuatorianos “autoderivados” deben recurrir a préstamos para saldar las cuentas del tratamiento, que luego esperan que el Estado reintegre.

Sin embargo, la Asociación de Nacional de Clínicas y Hospitales Privados del Ecuador dio a conocer en 2019 que la deuda que mantiene el Estado con las entidades privadas asciende a 200 millones de dólares, de los cuales el 73% es de pacientes derivados del IESS; el 24% del MSP y el 3% del Sistema Público para Pago de Accidentes.

Fuente: telam