Con ofrendas, rezos y altares, los jujeños recibirán a sus difuntos
Miles de familias agasajarán hoy en sus hogares a las almas de sus fallecidos. Mañana irán a los cementerios.El escritor y músico jujeño, Fortunato Ramos, habló sobre el significado de esta creencia popular.
01/11/2022 FIESTAS Y CONGRESOSMiles de familias agasajarán hoy en sus hogares a las almas de sus fallecidos. Mañana irán a los cementerios.El escritor y músico jujeño, Fortunato Ramos, habló sobre el significado de esta creencia popular.
Miles de familias comenzaron anoche a preparar las ofrendas y armar el altar para recibir a las almas de sus difuntos. Los homenajearán con aquellas cosas que a ellos les gustaba en vida, como comidas, bebidas, coca, cigarrillos y ofrendas. Mañana, 2 de noviembre, se reunirán para rezar y algunas visitarán los cementerios para embellecer las tumbas, poner flores y coronas. También hay quienes lo harán para asistir a los oficios religiosos. De esta manera, hoy y mañana habrá cuatro misas en las necrópolis capitalinas en los horarios de 8, 10, 16 y 18. El obispo Daniel Fernández brindará las misas del miércoles 2, desde las 10, en el Cementerio del Rosario, y a las 18 en El Salvador. Ambas necrópolis abrirán de 7 a 19.
Para conocer más sobre esta creencia popular, este diario dialogó con el músico, poeta, recitador y escritor jujeño Fortunato Ramos, quien destacó que desde muy niño pudo experimentar esta costumbre milenaria, «que alegra y marca sentimientos especiales».
El escritor dijo que es una creencia respetada en toda la región y de la cultura ancestral. «Según la tradición, las almas llegan hoy y se quedan hasta mañana, tanto mayores, niños y las personas que en vida nos acompañaron. Y tal vez, algún día nos toque a nosotros también ser almas que visitaremos a las almas vivas. Es una creencia que alegra a los pequeños, porque ellos tienen otra forma de recibir a las almas, van con su bolsita en los despachos donde hay dulces», sostuvo.
Al respecto, el músico compartió un poema que escribió recientemente y que hace referencia a esta costumbre popular, el cual se denomina «El topamiento de las almas vivas y las almas muertas».
«Las almas tienen licencia del tata Dios, de los santos. Las que fueron olvidadas con el polvo de los vientos, más las nuevas que dejaron llantos, dolor y lamento, volverán pa’ todos santos siquiera pa’ compartir un rato. Lo vieron al finado Cipriano cruzando los cementerios, dejando su burra vieja con una carga de penas, más cerca el amanecer volaban los angelitos sobre una mesa servida con dulces y rosquetes blancos. Hay guaguas, coronas y cruces. Hay palomitas de pan, escaleritas que llevan hasta el amor celestial. Palomas con ojos negros por almas del purgatorio, palomas con ojos rojos a las almas de los cielos.
Voy a quemar la coquita pa’ coquear con mis almitas, voy a clavar un cigarro humeando sobre la tierra, rosarios y padre nuestros, cantiqueando para las almas y dulce Jesusito mío dirá con piedad: ‘un alma perdida por culpa y mortal’. Las almitas de los vivos con las almas de los muertos, cerquita del amanecer, con rosquete, pan dulce, con un acusi de coca, con el estrago de yerbiado, entre el luto y entre el llanto, un rato se han de topar», dice Ramos en su poema.