Con una rápida reestructuración, el intendente de Córdoba despejó el frente financiero

Logró el acuerdo del 84% de los bonistas. Postergó los vencimientos a la próxima gestión y redujo 24% los intereses.

Logró el acuerdo del 84% de los bonistas. Postergó los vencimientos a la próxima gestión y redujo 24% los intereses.

En la Municipalidad de Córdoba la negociación con los tenedores del bono de 150 millones de dólares emitido en 2016 bajo legislación de Nueva York se seguía con optimismo, pero ayer el cierre de la reestructuración se vivió con euforia. En una rápida pulseada y al primer intento, la gestión de Martín Llaryora logró despejar el más complicado frente financiero heredado de la administración de Ramón Mestre.

El martes en el Palacio 6 de Julio se consideraba que el acuerdo era posible, pero ayer sorprendió el nivel de aceptación: el 84 por ciento de los tenedores adhirió a la propuesta de reestructuración. El cambio de condiciones del bono requería una aceptación del 75 por ciento.

Básicamente la negociación que condujo el secretario de Economía y Finanzas del municipio, Guillermo Acosta, que contó con el respaldo de la Nación y que operativizó el banco Santander, apuntó a dejar los vencimientos de capital para la próxima gestión –en ocho cuotas en lugar de tres vencimientos pautados por Mestre–, a bajar la tasa de interés y a estirar todos los plazos.

Si no se hubiera logrado el acuerdo, la actual gestión habría tenido que afrontar vencimientos de capital e intereses por casi 140 millones de dólares hasta 2023. Con las nuevas condiciones, Llaryora deberá pagar menos de 20 millones de dólares de intereses en los próximos tres años y hasta septiembre próximo no tendrá ningún vencimiento.

Con el acuerdo, el municipio sale de la situación de default técnico en la que ingresó el 29 de octubre por el incumplimiento en el pago del segundo cupón de intereses por 5,9 millones de dólares. Para apurar la negociación, en los últimos días el municipio ofreció a los acreedores pagar el 30 por ciento de esos intereses ya devengados a quienes aceptaran el acuerdo antes del 10 de noviembre. Eso equivale a 1,8 millones de dólares, que la Municipalidad deberá cancelar en los próximos días.

“Fue una negociación constructiva, el municipio expuso la situación real de sus cuentas y también las decisiones que ya se adoptaron en materia de contención del gasto, y el mercado aceptó nuevas condiciones que son razonables y que la ciudad podrá cumplir”, indicó Acosta, quien consideró que el acuerdo inicial con el principal tenedor del bono, el fondo chileno Moneda, fue fundamental para la adhesión del resto de los bonistas.

Desde el Palacio 6 de Julio también insisten en que los acreedores dieron crédito político a la gestión Llaryora y a las decisiones adoptadas desde marzo, fundamentalmente en materia de reducción del gasto salarial. El conflicto gremial que paraliza a grandes sectores del municipio es ahora el gran desafío de la gestión.

Lo acordado

Según lo informado por la Secretaría de Economía, los nuevos términos y condiciones del título implican para el municipio una baja aproximada del 24 por ciento de la tasa de interés. Mestre tomó el crédito a una tasa del 7,875 por ciento, y tras la renegociación la tasa promedio será del 5,9 por ciento.

No hay vencimientos hasta septiembre de 2021 y la tasa que se aplicará ese año y el siguiente es sustancialmente más baja que la tasa promedio, comenzando por un 2,125 por ciento. Eso despeja por completo el panorama financiero del corto y del mediano plazo.

Por otro lado, la amortización del bono en lugar de ser en tres pagos anuales que comenzaban en 2022, será de ocho pagos iguales y semestrales que comienzan en 2024 hasta 2027, aplanando así la curva de amortización del título.

Aunque la amortización quedará por completo en manos de la futura gestión municipal, las condiciones serán menos exigentes que las previstas inicialmente por Mestre en 2016.

La regularización de la situación externa, además, permitirá que la administración Llaryora pueda continuar sin obstáculos con el uso de la única herramienta financiera de la que dispone: la emisión de Letras de Tesorería. El default técnico en que se encontraba la deuda en dólares amenazaba también esa operatoria.

Con todo, en el municipio consideran exitosa la estrategia de no pagar el último vencimiento de intereses: fue el elemento que forzó a los tenedores a negociar. Esa misma estrategia sería adoptada por la Provincia en diciembre próximo, cuando operan vencimientos de intereses de los bonos que están en proceso de reestructuración, en una negociación sustancialmente más complicada que la del municipio.

Los cambios acordados con los bonistas

Términos de la reestructuración alcanzada por el municipio

-24% baja de la tasa de interés. La tasa pasa del 7,875% al 5,9%. No hay vencimientos por un año y en 2021 y 2022 se aplicará una tasa muy reducida, que arranca en 2,125%.

3 años extensión del plazo. El municipio debía devolver 50 millones de dólares por año en 2022, 2023 y 2024. Esa amortización se realizará en ocho cuotas semestrales, comenzando en 2024 y finalizando en 2027.

Fuente: La Voz