Córdoba en “default”: Llaryora acelera la renegociación de plazo y tasa con los bonistas
La Municipalidad de Córdoba agotó ayer el plazo de gracia de 30 días que rigió tras el incumplimiento del pago de un vencimiento de intereses por U$S 5,9 millones del bono internacional emitido en 2016.
30/10/2020 ECONOMÍALa Municipalidad de Córdoba agotó ayer el plazo de gracia de 30 días que rigió tras el incumplimiento del pago de un vencimiento de intereses por U$S 5,9 millones del bono internacional emitido en 2016.
Eso colocó a la ciudad en una situación de default técnico en el marco de la reestructuración de su deuda de 150 millones de dólares iniciada semanas atrás.
En el Palacio 6 de Julio reiteran que la decisión de no pagar es parte de la estrategia de negociación, confían en que los bonistas no activen la cláusula de default pleno –debe realizar el reclamo el 25 por ciento de los tenedores– y apuran la reestructuración en marcha.
Pese a que rigen cláusulas de confidencialidad, ayer la agencia Bloomberg hizo público un documento que explicita los términos del acuerdo que busca la gestión del intendente Martín Llaryora con los acreedores. Esa difusión es parte de la estrategia municipal para llegar a los tenedores de un bono que se caracteriza por su dispersión: son más de 90 tenedores y hasta ahora las gestiones se concentraron en la decena de bonistas con más papeles en su cartera.
Según la publicación de la agencia internacional líder en temas financieros, el municipio procura patear por un año el vencimiento de intereses –se trata de dos cuotas anuales de U$S 5,9 millones, la segunda de este año, incumplida– y prorrogar hasta el año 2027 los vencimientos de capital.
El bono emitido en 2016 por el exintendente Ramón Mestre prevé la devolución del capital en tres cuotas sucesivas de 50 millones de dólares en 2022, 2023 y 2024. Según los datos de Bloomberg, el objetivo de Llaryora es no afrontar ninguno de los vencimientos que ocurren en el transcurso de su gestión y prorrogar esos pagos hasta la próxima administración.
Según ratificaron ayer desde el Ejecutivo, esa propuesta inicial incluye también una baja en la tasa de interés pautada en 2016, que es del 7,875 anual. No trascendió la reestructuración de la tasa presentada a los bonistas, que ya manifestaron su voluntad de negociar y aceptaron los respectivos acuerdos de confidencialidad.
El documento difundido en Nueva York indica que los tenedores de los bonos de la Municipalidad de Córdoba pueden aceptar la oferta de la ciudad hasta las 17 del 10 de noviembre próximo. Se aclara que el plazo en ningún caso se prorrogará más allá del 28 de diciembre.
Según las condiciones aceptadas por Mestre en 2016, para que la reestructuración sea válida debe aceptar la oferta el 75 por ciento de los bonistas. Si eso no ocurre, el municipio debería presentar una nueva oferta: en el Palacio 6 de Julio casi nadie cree que esa sea la única propuesta.
Bloomberg también informó un dato que los analistas económicos no consideran negativo, en función de lo que ocurre con los bonos soberanos de Argentina. Los bonos del municipio se negocian al 48,6 por ciento de su valor en el mercado internacional.
La Municipalidad de Córdoba es la única ciudad argentina que tiene deuda externa. La gestión financiera de la reestructuración es realizada por el Santander, el mismo banco al que Mestre le confió la colocación internacional hace cuatro años.
Los negociadores recalcan que es una gestión doblemente compleja, por la situación macroeconómica y porque los 150 millones de dólares que hoy representan un pasivo muy difícil de afrontar para el municipio son una cifra casi insignificante en el mercado internacional.
También reiteran que los bonistas en muchos casos confunden al municipio y a la Provincia. La administración de Juan Schiaretti también lleva adelante una muy dificultosa reestructuración de tres bonos bajo jurisdicción extranjera por casi 1.700 millones de dólares.
Qué condiciones quiere modificar el municipio
U$S 150 M: sin quitas de capital. Los tres pagos de U$S 50 millones anuales previstos desde 2022 se postergarían tres años.
U$S 11,8 M: postergación de intereses. Se propone no pagar por un año. El municipio debe abonar dos cupones anuales de U$S 5,9 millones.
7,875%: baja de interés. Aunque no trascendió la propuesta municipal de baja de tasa, sí se confirmó que la reestructuración en marcha la incluye.
La UCR defendió el endeudamiento y apoya la renegociación
El bloque de la Unión Cívica Radical en el Concejo Deliberante de Córdoba defendió la toma del crédito de 150 millones de dólares por parte del municipio durante la gestión de Ramón Mestre y también apoyó la renegociación que ahora lleva adelante la gestión de Martín Llaryora. El resto de los bloques se mostraron más críticos y reclamaron más información económica y financiera de la actual administración.
Ayer el municipio agotó el plazo de gracia de 30 días que rigió tras el incumplimiento del pago de un vencimiento de intereses por U$S 5,9 millones del bono internacional emitido en 2016.
El titular de la bancada radical, Alfredo Sapp, opinó que el intendente –en razón de las circunstancias excepcionales de la pandemia– debe negociar “con firmeza con base en esta situación y debe lograr el refinanciamiento en términos similares al acuerdo que llegó el Gobierno nacional, con flexibilidad de los bonistas”.
El edil aseguró que, cuando la gestión de Ramón Mestre tomó el crédito, el dólar estaba a un valor conveniente y que se obtuvo una tasa de interés que se aplicaba a un mercado emergente como el de Argentina. “Fue crédito con una tasa muy conveniente. Pero se desmadró todo por la pandemia y por la devaluación”, señaló Sapp.
“La Nación logró un excelente acuerdo con los bonistas privados. Con una caída de recaudación del 40 por ciento, nuestro bloque propuso un adelanto de Comercio e Industria a actividades que tuvieron ganancias extraordinarias y el Gobierno municipal no accedió. Ahora tiene que buscar una renegociación que no sea onerosa”, acotó el titular del bloque.
En términos defensivos, advirtió que “Llaryora no puede generar ninguna responsabilidad hacia atrás, porque Mestre hizo una infinidad de obras en la ciudad con ese crédito”.
El presidente del bloque Córdoba Cambia, Juan Negri, consideró que la estrategia de Llaryora de forzar un acuerdo que alivie el calendario de vencimientos y reduzca la carga de intereses “se chocó de frente con la falta de credibilidad”. El concejal aseguró que el ajuste económico que realizó Llaryora al inicio de la gestión se “disolvió rápidamente”.
“Llaryora, contrariamente a su discurso, no ha traído orden a las finanzas municipales, sino que se ha dedicado pura y exclusivamente a tratar de consolidar su proyecto político. Y lo hace en un marco de ausencia casi total de transparencia”, dijo Negri.
Y sentenció: “El mercado exige certidumbre. Y eso se construye con nitidez y responsabilidad en el manejo del erario municipal, lo que no tiene Llaryora”.
Apoyo y críticas
Rodrigo de Loredo (Evolución Radical) se quejó de la falta de información cierta de cuál es la propuesta que ha acercado el gobierno de Llaryora. “Pero esperamos que traiga un beneficio real en términos económicos para el municipio y no se trate solamente de trasladar los pagos para más adelante”, remarcó.
No obstante, anticipó que su bloque está dispuesto a acompañar al municipio por el contexto complicado y “debería contar con el respaldo de todo el arco político para darle certeza y seguridad jurídica”.
El concejal Juan Pablo Quinteros recordó que en la campaña ya había planteado que en intereses sumaba 81 millones de dólares. “Tendrían que haber hecho un canje de deuda de arranque. Hoy el margen de negociación es muy escaso, por eso creo que deben buscar el rescate por parte de la Nación”, afirmó.
Olga Riutort, por su parte, manifestó: “Espero que se pueda renegociar porque no hay otra posibilidad de pagar esa deuda en dólares si no es a partir de una renegociación”.
Laura Vilches, concejala del Frente de Izquierda, dijo que hay que desconocer la deuda. “Es la única ciudad que tiene una deuda en dólares, y cuya renegociación se inscribe en la política de servir al capital financiero, al capital especulativo que multiplicó sus fortunas mientras millones de personas se hunden en la pobreza”.