De dónde provienen y qué significan los nombres “originarios” de las localidades bonaerenses

Las denominaciones de muchos pueblos y ciudades del territorio provincial encierran historias de su pasado y características de sus culturas. Un repaso por algunas de las más emblemáticas.

Las denominaciones de muchos pueblos y ciudades del territorio provincial encierran historias de su pasado y características de sus culturas. Un repaso por algunas de las más emblemáticas.

En la provincia de Buenos Aires hay una docena de distritos y un sinfín de localidades cuyos nombres provienen de vocablos originarios. Son, mayormente, topónimos mapuches, pero también los hay aimaras y guaraníes.

Las explicaciones en torno a sus significados es motivo de debate académico, aunque hay aproximaciones con mayor consenso. Estas son algunas de ellas:

DE ORIGEN MAPUCHE

Chascomús: Según la traducción del mapundungún, la lengua mapuche, significa “Agua muy salada”.
Chivilcoy: De origen araucano, podría significar “Lugar donde se reúnen las aguas”, aunque no es la única versión. Otra traducción posible es “Pueblo donde hay agua importante”. También se habla de un cacique Chivilcó y no se descarta que se trate de una palabra aimara.
Guaminí: El vocablo puede traducirse como “Isla adentro” y hace referencia a la isla Sistina -como se la conoce hoy-, ubicada dentro de la Laguna de Guaminí, frente a las costas de la ciudad.
Puan: Uno de los topónimos cuyo significado se discute más. Según consta en Toponimia de la República Argentina, una obra de Romualdo Ardissone que data de 1922, Puan significaría “Los fantasmas”. En el transcurso del siglo surgieron otras versiones: algunas refieren a la geografía del lugar, otras a la historia de algún cacique mapuche.
Salliqueló: Otro vocablo mapuche. Se lo traduce como “Médanos de los zorrinos”.
Tandil: De origen debatido, no sólo por el significado sino por el pueblo que lo inventó. Si fuera mapuche, podría traducirse como “Piedra que late”, en referencia a La Movediza. Si fuera de origen tehuelche, el significado migraría a “Lo más alto”.
Tapalqué: Se traduce como “Totoral”, en referencia al tipo de vegetación que se encuentra en los márgenes del arroyo del mismo nombre.
Trenque Lauquen: Aquí no hay demasiado margen de discusión: hay consenso en torno a que Trenque Lauquen significa “Laguna redonda”.

OTRAS LOCALIDADES

Más allá de los nombres de los partidos y sus cabeceras, hay un sinfín de localidades cuyos nombres provienen de vocablos originarios. Rápidamente podría agruparse allí a Carhué (mapuche, “Lugar verde”), Pehuén Co (mapuche, “Araucarias y agua”), Banderaló (vocablo mixto, “Médano de la bandera»), Claromecó (mapuche, “Tres aguas”), Pigüé (mapuche, “Lugar de reunión”), Quequén (Puelche, “Barrancas altas”).

Extrañamente, porque no hay noticias de asentamientos de ese pueblo en la zona, varios distritos del Partido de La Costa fueron bautizados por guaraníes. Las palabras “tuyú” y “ajó”, por ejemplo, hacen referencia al barro blando y pegajoso con el que se encontró un grupo de guaraníes evangelizados que acompañaron a los conquistadores españoles en sus primeras expediciones bonaerenses. De ahí provienen los nombres de San Clemente del Tuyú, Mar del Tuyú y Mar de Ajó, ciudades del partido costero.

TOPONIMIA INDIRECTA

Varios distritos y localidades bonaerenses adoptaron nombres de procedencia quechua, aimara, guaraní y otras lenguas, pero de manera “indirecta”. ¿Cómo? Porque en rigor refieren los escenarios de algunas de las batallas de la Independencia Americana, de guerras fraticidas o a pueblos que fueron trasladados forzosamente desde sus lugares de origen.

Rápidamente pueden agruparse en ese pelotón a Chacabuco, Maipú, en referencia a las batallas libradas por José de San Martín en el actual territorio chileno; Ayacucho (Sucre, 1823), Junín (Bolívar, 1824), Suipacha (Antonio González Balcarce, 1810).

También Pehuajó, un vocablo guaraní que refiere a una batalla de la guerra de la Triple Alianza, que enfrentó a la Argentina, al Brasil y a Uruguay contra el Paraguay. Del mismo origen es Ituzaingó, una palabra que puede traducirse como “Catarata grande” y que refiere a un enfrentamiento de la misma guerra.

Otra característica que está influenciada por la población originaria es la de los nombres en castellano que hacen referencia a su presencia. Los Toldos, cabecera de General Viamonte, debe su nombre a la toldería mapuche instalada por el el cacique Ignacio Coliqueo. Baigorrita, otra localidad del mismo partido, se llama así en honor a un afamado cacique ranquel.

Finalmente está el origen de la ciudad de Quilmes, cuyo nombre proviene del pueblo calchaquí que resistió la conquista española durante un siglo y, tras su derrota final, en 1665, fue trasladado a pie, a lo largo de 1.200 kilómetros, hasta la actual ubicación de la ciudad, donde se erigió la reducción de la Santa Cruz de los indios Kilmes.

Fuente: InfoCielo