De la prohibición al dilema: qué tiempo llevará la inclusión laboral de los ex trapitos en Santa Fe

Desde el municipio deslizan que ya son “unos 40” los ex cuidacoches y lava autos incorporados en tareas formales. ¿Tienen capacidad las cooperativas de trabajo?

Desde el municipio deslizan que ya son “unos 40” los ex cuidacoches y lava autos incorporados en tareas formales. ¿Tienen capacidad las cooperativas de trabajo?

Tras la entrada en vigencia de la prohibición de la actividad de los cuidacoches en la ciudad de Santa Fe, con un operativo de control desplegado entre los agentes municipales y la policía provincial, los interrogantes empiezan a resonar por estos días, pasado ya un tiempo prudencial. ¿Y ahora, qué?

¿Cómo incluirá el municipio capitalino a los ex “trapitos”? ¿Adónde, en qué tareas, bajo qué condiciones, con qué retribución económica? ¿Tienen capacidad operativa las cooperativas de trabajo para tomar gente? ¿Cuántas personas están aptas físicamente para realizar una labor de zanjeo, por ejemplo, que demanda un esfuerzo importante? ¿Hay financiamiento en las arcas municipales para atender esta cuestión social?

Desde el municipio prefieren ser cautos respecto de cuántos ex cuidacoches se incluyeron a un trabajo formal a la fecha. “Serán unas 40 personas, estimativamente. Pero es un número variable, cambiante… Más adelante se darán datos certeros”, se limitan a deslizar desde el entorno del intendente Juan Pablo Poletti.

Lavadero y gomería
Como contó El Litoral, se está afinando la idea de habilitar un lavadero de autos con prestación de servicio al automotor (gomería) para que allí trabajen estas personas que ya no pueden ni cuidar ni lavar autos en la vía pública.
Pero para eso, hay que firmar un convenio de colaboración. En principio, sería con un sindicato que nuclea varias cooperativas de trabajo en la ciudad y la región. Hasta 10 ex cuidacoches podrían trabajar allí.

Esta especie de lavadero social de autos funcionaría en un corralón ubicado en el barrio Barranquitas, en calle Brasil al 3900. En una primera instancia, allí podrían trabajar hasta 10 personas, de manera formal (con obra social, seguro de vida y aportes jubilatorios). Aquí se incluye asistencia al automotor, como gomería.

“De momento, no hay nada firmado… Hay ideas, hay contactos, pero por ahora en nuestras cooperativas no se incorporó nadie, porque no hay convenio rubricado”, dicen por lo bajo fuentes del cooperativismo local consultadas por este diario.

“Imposibilidad”
“Yo creo que hay una imposibilidad operativa de incluir en las cooperativas de trabajo a todos los ex cuidacoches que el municipio tiene censados, que según dicen, son unas 70 personas. Hoy, no son más de 20 los ex trapitos incorporados a tareas laborales formales”, asegura a El Litoral un referente cooperativista de la ciudad, que tiene años de trabajo en la economía social circular, y que pide reserva de nombre.

“El gran problema que hay es que el programa de Iniciativas Comunitarias, el área que contiene a las cooperativas, no está funcionando al ciento por ciento. Está trabada con los pagos, hay cooperativas a las que se les adeudan dos o tres meses. Los convenios son bajísimos. Y no hay presupuesto…”, agrega la fuente consultada.

La otra pregunta es cómo el municipio implementaría la inclusión laboral de los ex cuidacoches. No es fácil ensamblar equipos de trabajo con una dinámica que funcione. “Pero además, hay entre 260 y 300 ex cuidacoches en la ciudad, sin censar, en un número global. Quizás hubiese sido bueno incorporarlos en un programa con tareas específicas de acuerdo a cada cada caso, a cada persona, a las edades, estado de salud, aptitudes. Quizás incluirlos en la parte hídrica, que se están necesitando zanjeos permanentemente”, opina.

Pero también, hay una particularidad biográfica de una persona que subsistió por años en la calle cuidando coches.

No es fácil de un día para el otro instalarlo en una dinámica, una forma, una rutina laboral diaria.

“Hay gente muy mayor, que físicamente no podría hacer un zanjeo o un barrido… Otros no tienen los hábitos de horarios, o no socializan en grupo porque se acostumbraron a sobrevivir de forma solitaria en las calles. Hay muchos factores que deberían tenerse en cuenta para darle viabilidad a la inclusión laboral de los ex cuidacoches”, concluye el referente interrogado.

Fuente: El Litoral