Debate presidencial en Chile: DDHH, inmigración y acusación constitucional contra Piñera

De la contienda, en la que participaron una candidata y cinco candidatos, ningún aspirante logró sacar ventajas claras en lo que fue la segunda ronda donde las chicanas y los cruces bilaterales marcaron el ritmo.

De la contienda, en la que participaron una candidata y cinco candidatos, ningún aspirante logró sacar ventajas claras en lo que fue la segunda ronda donde las chicanas y los cruces bilaterales marcaron el ritmo.

Los paraísos fiscales, la inmigración irregular, los DDHH, la acusación constitucional contra el presidente Sebastián Piñera y los fuertes cruces entre los candidatos marcaron los puntos más calientes del segundo debate realizado en Chile entre las y los candidatos que competirán en las elecciones presidenciales del próximo 21 de noviembre.

En medio de una agenda repleta de temas candentes, ningún aspirante logró sacar ventajas claras de esta segunda ronda en la que las situaciones puntuales, las chicanas y los cruces bilaterales marcaron el ritmo.

En la contienda participaron una candidata y cinco candidatos.

En el bloque opositor lo hicieron quien encabeza los sondeos, Gabriel Boric, de la coalición Apruebo Dignidad (Frente Amplio, PC y ecologistas), Yasna Provoste del Nuevo Pacto Social (DC, Partido por la Democracia (PPD), Eduardo Artés ((Unión Patriótica) y Marco Enríquez Ominami (Partido progresista – PRO).

Representando a la derecha estuvieron Sebastián Sichel, la carta oficialista por la coalición Chile Podemos Más, y el ultraderechista José Antonio Kast del Partido Republicano (PLR).

No participó el candidato Franco Parisi, del partido de centro-derecha Partido de la gente (PDG) por encontrase fuera del país, igual que en el primer debate.

La exposición de los candidatos

El bloque opositor se trató con indulgencia, señala la prensa chilena, y guardó sus dardos para el bloque de enfrente, donde el pinochetista Kast viene creciendo a instancias de los votos de Sichel, quien se desploma en la intención de voto.

Sichel no logró mejorar el bajo desempeño de su primer debate –que marcó la tendencia a la baja en las encuestas– y dejó abierto el espacio para el reacomodo de los otros competidores.

La democristiana Provoste sacó de sus casillas a Sichel, cuando le preguntó si fue lobbista de empresas de gas, algo que el abanderado ligado al oficialismo no pudo responder de manera contundente.

Kast, por su parte, no mostró la seguridad de su anterior presentación y cayó «en su propia trampa», al dejarse provocar y perder el control ante un emplazamiento de Boric por los denominados Panamá Papers, que revelaron hace un par de años las millonarias inversiones que tiene en el paraíso fiscal centroamericano.

Kast perdió el control y, sin responder a la pregunta, intentó desviar el tema llevando la atención hacia una invitación a hacerse un test de drogas y abrir las cuentas bancarias, según señaló el periódico digital El Mostrador.

La Acusación Constitucional contra Piñera por su vinculación con la venta de la minera Dominga, que copa la agenda mediática chilena desde que salieron a la luz los Pandora Papers -otra investigación global referida a maniobras destinadas eventualmente a evadir impuestos-, obligó a todos los candidatos a tomar posición

Boric dijo estar «de acuerdo con seguir los caminos institucionales que permitan un juicio político a Piñera», mientras Provoste señaló que no puede expresarse en esta materia porque la inhabita de votar en el Senado, aunque «como chilena» dijo sentirse avergonzada «por la vinculación del Presidente en negocios oscuros».

Sichel, por su parte, enfatizó que se transformó «en un hábito» para el Congreso realizar acusaciones constitucionales, aunque advirtió que su postura es «investigar caiga quien caiga» y Kast, pidió «usar todas las instancias» de investigación en este caso.

Artés aseguró que «estamos con la destitución» del mandatario y Ominami directamente solicitó la renuncia de Piñera.

El líder del PRO hizo gala de su capacidad comunicacional y con mucha soltura cuestionó el nivel del debate y puso su cuota de humor e ironía, la que golpeó más duramente a Sichel, que fue el único que cayó en sus provocaciones.

En materia de inmigración encontró su fuerte y demostró un buen manejo, como fue reconocido desde los demás comandos.

Artés, quien no juega con la presión de los demás candidatos, principalmente por su bajo apoyo, continuó con su guión de descrédito hacia cada uno de sus contrincantes, pero mostró una mayor flaqueza en términos económicos, ya que no fue capaz de responder a ninguna pregunta relacionada con los costos de las propuestas en su programa de Gobierno.

Uno de los momentos controvertidos se produjo cuando Kast planteó que Chile debe salir del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y cerrar el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) del país, lo que desató críticas de los candidatos de izquierda y centroizquierda presentes.

Tras la propuesta el ultraderechista fue tildado de fascista por Enríquez-Ominami.

Boric repuso sobre la mesa el tema migratorio y remarcó que el problema suscitado hace un par de semanas en el paso fronterizo de Colchane, y que terminó con una marcha antiinmigración, es culpa de Piñera por «invitar y después abandonar» a los venezolanos a venir al país.

Sichel reconoció que «fue un error invitar a migrantes» y que el Gobierno «no ha hecho un trato humanitario» con los inmigrantes en el norte.

Uno de los momentos más tensos se vivió al comienzo de la transmisión, cuando los candidatos debían expresarse libremente durante un minuto.

Artés usó este momento para proponer un minuto de silencio en memoria de Denisse Cortes, la abogada que murió el domingo durante la Marcha de la Resistencia Indígena en circunstancias aún no esclarecidas, pero los conductores no le permitieron terminar su minuto con la excusa de que era para expresar ideas y no silencio.

Fuente: Telam