Debido a la crisis generada por el coronavirus, hay 250 jardines de infantes porteños al borde de la quiebra
En el nivel inicial está la situación más angustiante porque muchos padres decidieron sacar a sus hijos y solo se sostienen con las cuotas. . Lanzarán una línea de créditos blandos para auxiliarlos
16/04/2020 MUNICIPIOSEn el nivel inicial está la situación más angustiante porque muchos padres decidieron sacar a sus hijos y solo se sostienen con las cuotas. . Lanzarán una línea de créditos blandos para auxiliarlos
Luisa Carvajal tiene 51 alumnos en su jardín maternal, Escuela Infantil Tiempo de Crecer, en San Cristóbal. Tenía, más bien. Ya tres familias decidieron dar de baja a sus hijos. Otras nueve todavía no definieron qué harán mientras que un grupo de padres, comerciantes y monotributistas no perciben ingresos desde que empezó la cuarentena.
“Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para no cerrar, pero la situación es insostenible. No recibimos ningún tipo de subsidio y las familias están dejando de pagar las cuotas o incluso sacando a sus hijos”, contó a Infobae la directora, que conduce un jardín con 15 empleados, entre docentes y personal de maestranza.
La situación se repite en muchos colegios privados, pero en los jardines recrudece. Por un lado, están los padres que ya no pueden pagar. Por otro, aquellos que sí pero que no le encuentran sentido sin la función de guardería que los establecimientos suelen cumplir. Entonces, optan por anular la matrícula y volverlos a anotar el año que viene. Más incluso en las edades no obligatorias (sala de 2 o de 3).
En la ciudad de Buenos Aires está el foco del problema. La matrícula privada es la mayor del país: escala hasta el 50%. Hay un total de 1.550 centros educativos. De ellos, el 62% están subsidiados por el Estado en el pago de salarios. El resto, unos 500, solo dependen de las cuotas que pagan las familias. Entre ellos, los 250 jardines que hoy atraviesan el momento más angustiante.
Pía Zembo es dueña de dos jardines en Palermo, uno con 115 alumnos y otro con 60. En lo que va de la cuarentena, se le dieron de baja 30. “Dependemos de si la comunidad quiere seguir acompañando. Yo mucho no lo voy a poder sostener. Tengo una estructura gigante, con muchísimas maestras. Hay jardines directamente a punto de cerrar. Solo queremos que nos ayuden con los sueldos hasta que la actividad se reanude”, comentó.
El gobierno porteño lanzará en las próximas horas una línea de créditos blanda para que los establecimientos educativos puedan pagar los sueldos de abril, según supo Infobae. Los salarios representan entre el 70 y el 80 por ciento de la facturación de los jardines.
Todavía restan definir detalles, pero la tasa será apenas más baja de la que propusieron a las pymes. El Banco Ciudad habilitará préstamos con tasas de entre 21 y 23 por ciento, con montos aún no definidos. Nación también evalúa anunciar créditos flexibles para los colegios y jardines de otras provincias.
Luis Bullrich, a cargo del ministerio de Educación porteño, señaló: “Es una situación compleja que se da entre privados. Sería una irresponsabilidad absoluta anunciar medidas desde el Estado. Ya tanto el ministerio de Educación nacional como nosotros emitimos una serie de recomendaciones para que se permita el prorrateo y se planteen planes de pagos. Creemos que los créditos que vamos a lanzar, a tasa muy baja, va a aliviar al menos por un tiempo”.
En el mientras tanto, los jardines buscan soluciones fuera de los manuales, apuestan a modos de pago extraordinarios. Rebajas, planes del arancel en cuotas sin intereses, hasta descuentos para el año que viene. En el Jardín de los Cerezos, en Palermo, tienen 140 niños en dos turnos. En marzo, cuenta su directora Mercedes Carbonella, pagó el 70% de las familias y pudieron sostenerse. Ya tramitaron un préstamo con un banco privado para abonar los salarios de abril y mayo. “Somos de los pocos privilegiados que tenemos un margen de sostén, pero en junio quizás empecemos a teclear. No sé cómo sigue”, indicó.
También en el mientras tanto abordan el desafío complejo de sostener las clases a distancia con chicos de 5 años. De igual modo, los jardines se la rebuscan para dar continuidad pedagógica. “Los maestros están trabajando a destajo, más incluso que antes. Armamos un esquema por días: los lunes, miércoles y viernes hacemos actividades con los chicos a través de Zoom, mientras que los martes y jueves mandamos videos anticipando lo que se va a hacer”, subrayó Carbonella.
Al mismo tiempo, las directores esperan que la presencialidad se reanude lo antes posible para frenar la pérdida de matrícula. Tal como sucedió en países del hemisferio norte, como Noruega o Dinamarca, plantean que sea el primer nivel en regresar a las aulas. Eso también permitiría que los padres puedan concurrir a sus trabajos.