Derecha opositora chilena pide mayor control de extranjeros

El bloque opositor de derecha Chile Vamos planteó que se deben poner exigencias a los migrantes, "Trumperizando" el debate político de cara a los comicios de noviembre de 2017.

El bloque opositor de derecha Chile Vamos planteó que se deben poner exigencias a los migrantes, «Trumperizando» el debate político de cara a los comicios de noviembre de 2017.

Parlamentarios de la Unión Demócrata Independiente y Renovación Nacional redactaron un proyecto de ley que reemplace a la legislación actual de 1975 (bajo dictadura), la cual prohibía la entrada de personas con tendencia política de izquierda. Acusando una dejación por parte del gobierno de Michelle Bachelet, el pacto de derecha sostuvo que «es en el Congreso donde debemos discutir cómo modernizamos una legislación obsoleta y no en anuncios gubernamentales que no se concretan».

La iniciativa, que dice basarse en los principios de las políticas migratorias, como fronteras abiertas, la no discriminación arbitraria y la libertad de emprendimiento, propone exigir «patrimonio suficiente para permanecer en Chile», es decir, aquel que permite cubrir las necesidades fundamentales».

Además, contar con una profesión u oficio lícito; solicitar cédula de identidad ante el Registro Civil dentro del plazo de 90 días, contados desde la fecha de entrada en vigencia del permiso de residencia, e informar cualquier cambio de domicilio.

Los extranjeros deberán acreditar el cumplimiento de dichos requisitos cada seis meses en la gobernación correspondiente.

El precandidato presidencial ex RN, Manuel José Ossandón, precisó que la nueva ley debe «acoger a los migrantes que llegan para aportar, y frenar y alejar a aquel que espera hacer de Chile un nicho para delinquir».

«El honesto y trabajador, bienvenido. El deshonesto y de malos hábitos, media vuelta que no será recibido. Las puertas del país como las de la casa se abren pero no a todos», graficó.

El ex presidente Sebastián Piñera (2010-2014) fue más allá y afirmó hoy que «se tienen que cerrar totalmente las fronteras a males como el narcotráfico, el contrabando, el crimen organizado o la inmigración ilegal». Coincidiendo con Ossandón, aseguró que «de esa forma vamos a lograr que la inmigración sea un aporte para nuestro país y vamos a dejar fuera lo que no queremos que entre a nuestro país».

El oficialismo calificó la propuesta de «peligrosa, xenofóbica y errónea». El diputado demócrata cristiano Matías Walker la consideró «demagógica y fascista» ya que vincula a inmigrantes a delitos, siendo que cifras de las policías dicen que un 0,36% de los extranjeros en el país cometen ilícitos.

El diputado socialista Daniel Melo pidió no criminalizar al extranjero ni replicar el modelo «Trump» en Chile. La población extranjera no sólo se duplicó en los últimos cinco años -alcanzando en 2014 a 410.988 personas- sino que a la tradicional llegada de peruanos, argentinos y bolivianos se sumó la masiva entrada de colombianos, dominicanos y haitianos.

En un país con un fuerte clasismo y racismo, que abrió sin problemas las puertas para la migración europea en el siglo XIX y a los árabes 100 años después, tiene problemas ahora con los migrantes afrodescendientes que provienen del Caribe.

Fuente: Tucumán Hoy