Desesperados por EE.UU.: miles de cubanos se lanzan a un nuevo éxodo
18/01/2016 EL MUNDO
La ola migratoria alcanzó en 2015 su pico histórico en una década.
Es la «otra» crisis migratoria. Decenas de miles de cubanos llegaron en los últimos meses -y otros están en camino- al sur de Estados Unidos. Antes, debieron cruzar la frontera con México, luego de un largo viaje, similar al que hicieron quienes huyen de la pobreza y la narcoviolencia de otros países de América latina en busca de una mejor vida en el Norte.
La nueva ola migratoria cobró impulso después del deshielo entre Washington y La Habana, a fines de 2014, que empujó a más cubanos a emigrar. Temen que se elimine un tratamiento especial que reciben en Estados Unidos, donde obtienen la residencia permanente -la green card- tan sólo con pisar el país cuando llegan por tierra y vivir aquí un año.
En el año fiscal 2015, que finalizó en septiembre pasado, llegaron 43.159 cubanos, un 78% más que en el período anterior, según cifras oficiales recabadas por el Centro de Investigaciones Pew. Fue el mayor crecimiento migratorio en por lo menos 10 años.
Jens Krogstad, investigador del Pew, indicó a la nacion que la ola migratoria comenzó a crecer en 2011, luego de casi una década en la que se mantuvo estable.
Según Jens Krogstad, del Centro Pew, la ola migratoria se aceleró el último año luego que Barack Obama y Raúl Castro restablecieron relaciones diplomáticas. Hace cinco años, llegaban a Estados Unidos menos de 8000 cubanos por año.
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«A medida que Cuba se ha abierto al mundo y Estados Unidos descongeló la relación, más cubanos están evaluando irse», indicó Krogstad. «Hay una urgencia para venir porque los cubanos reciben acá un tratamiento especial, y la gente cree que con el descongelamiento de las relaciones eso terminará», agregó.
A diferencia de otros inmigrantes, los cubanos en Estados Unidos tienen derecho a obtener una residencia legal luego de permanecer un año en el país, siempre y cuando no tengan antecedentes penales. Cuba es el único país que recibió este beneficio, otorgado por una norma, la ley de ajuste cubano, aprobada por el Congreso en 1966, en plena Guerra Fría, para socavar el régimen de los Castro.
Josh Earnest, vocero de la Casa Blanca, dijo días atrás que no había planes «por el momento» para cambiar esa política. Pero La Habana y el exilio cubano en Miami presionan para que Washington elimine el beneficio, o por lo menos lo restrinja.
La nueva ola migratoria cubana es una de las más grandes de la historia. Es más pequeña que el éxodo de Mariel, en 1980, que llevó a unos 125.000 cubanos a dejar la isla, pero mucho más amplia que la crisis de balseros de 1994, que llevó al gobierno del ex presidente Bill Clinton a restringir el acceso a la residencia legal a los cubanos que pisaran suelo norteamericano. El giro fue bautizado la política de «pies secos, pies mojados»: todos los cubanos interceptados en el mar por la guardia costera norteamericana son llevados de regreso a la isla. Ahora, la mayoría de los cubanos no emigra por mar, sino por tierra.
La ruta más popular comenzaba en Ecuador -que hasta noviembre no exigía visa para ingresar al país- y continuaba hacia el Norte por los países de América Central y México hasta Texas. Dos tercios de los cubanos que llegaron al país durante el año fiscal 2015 -más de 28.000 personas- ingresaron por el área de las ciudades gemelas de Laredo, en Texas, y Nuevo Laredo, en México. A fines del año pasado, miles quedaron varados en el camino, en Panamá o Costa Rica, luego de que Nicaragua cerró su frontera.
Luego de semanas de gestiones entre los gobiernos de países centroamericanos, un grupo de 180 migrantes cubanos de los casi 8000 varados en Costa Rica desde noviembre lograron cruzar la frontera de México a Estados Unidos el jueves pasado.
«El viaje fue difícil, pero bueno, estoy a las puertas de la libertad ya», dijo Randy Cuevas, un joven que salió de Cuba el 25 de octubre hacia Ecuador, para luego pasar por Colombia, Panamá y Costa Rica, adonde quedó dos meses varado en un albergue luego de que, el 15 de noviembre, el gobierno nicaragüense de Daniel Ortega les cerrara el paso.
Los primeros 180 migrantes llegaron a Texas procedentes de México, en su mayoría en ómnibus, y algunos en avión.
Con las palabras «Bienvenidos a la libertad», el cubano Alejandro Ruiz recibió anteayer a algunos de ellos en la ciudad de Laredo. Ruiz, de 49 años y con 25 en Estados Unidos, creó hace unos dos años el grupo «Cubanos en Libertad» para orientar y ayudar a sus compatriotas inmigrantes.
««Soy cubano y quiero asilo político», es lo único que tienen que declarar en las oficinas de inmigración», explicó Ruiz. Después, él se encarga de conectarlos con un transporte para que los lleve «a la puerta de su casa» en los diferentes destinos en Estados Unidos. Un viaje desde Laredo hasta Miami, por ejemplo, puede costar hasta 300 dólares, con baño y comida incluida, explicó Ruiz.
Penurias
Los cubanos no sólo deciden emprender una odisea por los beneficios que podrían obtener en Estados Unidos, sino que también dejan la isla por su maltrecha economía.
«Por los problemas económicos que hay en Cuba, sigue habiendo una presión interna muy grande de la gente que quiere salir, sobre todo en el interior de la isla, fuera de La Habana», señaló a LA NACION Pedro Freyre, abogado cubano radicado en Miami, socio del estudio Akerman, donde asesora a empresas interesadas en Cuba. «Hay mucha frustración, y eso viene pasando en Cuba desde hace mucho tiempo. La mejor opción es irse», agregó.
La nueva ola migratoria de cubanos coincide con un fenómeno inverso: un movimiento de repatriación de cubanos que pasaron años en el exilio. Freyre, que confiesa tener muchísimo más trabajo desde que Obama y Castro anunciaron el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, sigue con interés este fenómeno.
«Pasa mucho con gente joven. Empieza a haber oportunidades de negocios en Cuba. La situación más clásica ahora es tratar de abrir un restaurante en La Habana», señaló Freyre. «En este momento es un fenómeno limitado. No estamos hablando ni remotamente de un número comparable con el de las personas que están saliendo. Si lo ponés en la balanza, los que salen son más que los que vuelven», agregó.
Los repatriados comenzaron así a darle forma a una nueva generación de emprendedores que, tras haber asimilado la cultura capitalista en el exilio, decidieron regresar para convertirse en la punta de lanza de la economía del futuro. Freyre destacó otro incentivo: los repatriados pueden comprar propiedades en la isla.
Para Freyre, el beneficio migratorio que reciben los cubanos que llegan a Estados Unidos tiene los días contados. Cree que Washington atará el fin de esa política al levantamiento del embargo económico, una medida que Obama pidió al Congreso, controlado por los republicanos.
El horizonte soñado a 150 kilómetros
En EE.UU. viven dos millones de cubanos, la comunidad extensa fuera de la isla, que llegó en varias oleadas desde la revolución de 1959.
78 %
Creció la migración a EE.UU.
En el año fiscal 2015 llegaron a territorio norteamericano 43.159 cubanos, un aumento del 78 % respecto del período anterior; es el mayor crecimiento migratorio en los últimos diez años.
8000
Cubanos en Costa Rica
Luego de que Nicaragua cerró su frontera a los cubanos en noviembre pasado, unos 8000 migrantes quedaron varados en Costa Rica en su ruta hacia EE.UU.; ahora hay un plan para destrabar la situación.
125.000
Migrantes
La mayor ola migratoria de cubanos se produjo entre abril y octubre de 1980 durante el llamado Éxodo de Mariel, cuando unas 125.000 personas dejaron la isla en dirección a EE.UU.