Desolación en el Chaco salteño: así viven los desplazados por la crecida del Pilcomayo

La crecida devastó la comunidad La Estrella y expulsó a sus habitantes chorotes, los que ahora se asentaron a la vera de la ruta 54, en la zona del desastre.

La crecida devastó la comunidad La Estrella y expulsó a sus habitantes chorotes, los que ahora se asentaron a la vera de la ruta 54, en la zona del desastre. Agradecen la ayuda del Gobierno provincial, pero insisten en la necesidad de la construcción de baños y piden chapas.

La comunidad de La Estrella se asentó en un campamento improvisado en la zona del desastre. Foto: Javier Rueda.
Todo es barro, lodo y desolación. La furia del río Pilcomayo dejó una huella imborrable en la comunidad La Estrella, en el Chaco salteño. Su crecida devastó la comunidad integrada por la etnia Chorote, expulsó a sus habitantes y los dejó sin nada, tal como ocurrió con otros parajes en el departamento Rivadavia.

Un equipo de El Tribuno recorrió la zona y presenció la tragedia: casas destruidas, barro cubriendo todo a su paso, y familias enteras que perdieron todo. Esas mismas familias hoy viven en campamentos improvisados, a la vera de la ruta provincial 54, intentando volver a empezar.

Durante la recorrida se puede apreciar hasta donde subieron las aguas y que afectaron las precarias construcciones. En algunos casos, esa marca se veía por arriba de un metro en las paredes.

«La situación es muy crítica para nosotros», expresó Víctor García, segundo cacique de los chorotes. «Perdimos nuestras nuestras casas, nuestras cabras», lamentó.

La comunidad, que albergaba a unas 70 familias, ahora se encuentra bajo el frágil refugio de unas lonas, luchando por sobrevivir.

La ayuda del Gobierno y más necesidades
García agradeció la asistencia del gobierno provincial, pero insistió en las principales necesidades de los suyos: conseguir chapas para reconstruir sus hogares. «Las que teníamos ya no sirven», explicó. «Necesitamos ocho chapas por familia para hacer cercos y protegernos». Además, expuso que la falta de baños es un problema urgente.

En la comunidad La Estrella viven aproximadamente 200 niños. La inhabilitación de la escuela, producto del lodo, añade una preocupación a la ya difícil situación. Con el reinicio de clases programado para el lunes, la comunidad se enfrenta al desafío de encontrar un lugar seguro y adecuado para que los niños puedan continuar su educación. «La escuela está llena de barro, no sé dónde vamos a ubicar a los chicos», lamentó el cacique.

García destacó la ayuda recibida por el Gobierno, especialmente en colchones, «pero necesitamos más», insistió.

Las familias Chorote, que ahora se encuentran en la zona donde está el cartel de la comunidad La Estrella, esperan con ansias iniciar la reconstrucción de sus hogares y de sus vidas.

La imagen es desoladora. Algunos deciden volver para intentar retomar lo poco que les queda. A algunos, nada.

Fuente: El Tribuno