El acuerdo constitucional muestra sus primeras grietas

El senador oficialista Andrés Allamand sostiene que el acuerdo depende exclusivamente del quórum de dos tercios, mientras la oposición se muestra más flexible y pide "abrir la democracia".

El senador oficialista Andrés Allamand sostiene que el acuerdo depende exclusivamente del quórum de dos tercios, mientras la oposición se muestra más flexible y pide «abrir la democracia».

El acuerdo constitucional alcanzado por legisladores chilenos días atrás pone en evidencia sus primeras fisuras. El senador oficialista Andrés Allamand, que integra la Comisión de Constitución, manifestó que de no lograrse el quórum de dos tercios «se mantiene vigente la actual Carta Magna», lo que desató un amplio rechazo del arco opositor. Allamand sostuvo además que para alcanzar el quórum es necesario acordar en todos los puntos del proyecto de reforma, mientras la oposición plantea que aquellos puntos en los que no se logre acordar pueden ser incorporados mediante leyes particulares de quórum simple. El otro frente legislativo abierto en las últimas horas es la acusación constitucional que enfrenta el presidente Sebastián Piñera. Para el mandatario se trata de una acusación «sin fundamentos».

El senador de la derechista Renovación Nacional aseguró que la decisión de mantener el quórum de dos tercios en el acuerdo constitucional busca que los constituyentes «estén obligados a ponerse de acuerdo» en todos los puntos y no significa que las materias en donde exista disenso puedan ser tramitadas por separado como una ley, tal como señalan desde la oposición.

Allamand sostiene que el texto final debe ser aprobado por los dos tercios de la convención encargada de la redacción de la nueva Carta Magna, una mirada también objetada por otros espacios políticos. “Es evidente que una nueva Constitución requiere necesariamente de una votación en general. Una Constitución debe ser un todo coherente y armónico, y ello debe ser cautelado en el proceso de votación”, agregó el legislador.

Allamand también amenazó con la continuidad de la Constitución de 1980, planteando que «si no se alcanzan los dos tercios para ninguna de las normas fracasó la convención, si fracasó la convención no hay plebiscito de ratificación y si no hay plebiscito de ratificación, aunque a algunos les moleste no hay nueva Constitución. Por lo tanto, rige la Constitución vigente».

Los dichos del senador fueron rápidamente rechazados desde la oposición. Así lo hizo el presidente del Senado, Jaime Quintana, quien recordó que el «objetivo del acuerdo es abrir la democracia. Es increíble que algunos aún se aferren a la idea de cerrarla».

Desde el Partido Comunista, la diputada Karol Cariola volvió a poner en duda la legitimidad del acuerdo sellado en el Congreso. «Desde un principio dijimos que el proceso Constituyente debía ser transparente y con el movimiento social. Que abriera cauce a la democracia y que no fuera otra forma de mantener actual orden heredado de Pinochet. Hoy Allamand y la derecha sinceran que su voluntad siempre fue hacer trampa», indicó la parlamentaria.

Otros dirigentes que sellaron el pacto apuntaron a las trabas que puso Allamand durante todo el proceso de negociaciones. Así lo hizo el diputado frenteamplista Gabriel Boric, quien apuntó que «Allamand desde el primer minuto hizo todo para que no haya acuerdo. El periodismo puede verificarlo».

Para el presidente del Partido Socialista, Alvaro Elizalde, Allamand sólo está buscando resquicios para justificar su postura. “Si quiere mantener la Constitución del 80, que llame a votar rechazo en el plebiscito y no busque leguleyadas. En abril de 2020 el pueblo de Chile se pronunciará sobre la nueva Constitución. Todos los demócratas debemos respetar el resultado de ese plebiscito”, indicó.

El exministro de Defensa Allamand es sindicado como uno de los principales negociadores del gobierno en la mesa instalada en la sede del Congreso en Santiago, y uno de los más duros a la hora de buscar acuerdos. Algunos de los participantes de las negociaciones apuntan al senador como uno de los responsables de que las tratativas por momentos cayeran en un punto muerto.

La reforma constitucional no es el único frente legislativo abierto en las últimas horas. Por la mañana, el presidente Sebastián Piñera se refirió por primera vez a la acusación constitucional que enfrenta, luego de que diputados opositores ingresaran el documento respectivo en la jornada del martes.

En su visita a la región de Valparaíso, en el contexto de los incendios forestales que afectan a la región, el mandatario criticó en duros términos la medida que contó con la firma de once parlamentarios. «Yo creo que es una acusación que no tiene ningún fundamento», indicó Piñera. El presidente piensa que la acusación difiere totalmente de lo que Chile necesita, que «es paz, es unidad, es acuerdos, soluciones a los problemas de los chilenos”, explicó.

El texto acusatorio detalla la responsabilidad de Piñera frente a las violaciones a los derechos humanos. La oposición cuestiona en ese sentido la acción de Carabineros y Fuerzas Armadas durante el estado de excepción y los toques de queda decretados desde el estallido del conflicto el pasado 18 de octubre.

Fuente: Página 12