El Concejo de Rosario aprobará hoy la instalación de los novedosos food trucks

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Nueva tendencia. Los camiones de comida saludable llegan en medio de fuertes polémicas. La Capital recorrió una feria exclusiva de estos vehículos en Buenos Aires.

De no mediar sorpresas, el Concejo Municipal aprobará hoy la ordenanza que permitirá la radicación de food trucks, camiones en los que se puede comprar comida saludable, en distintos puntos de la ciudad. La Capital recorrió el fin de semana pasado una feria de estos vehículos que se montó en el hipódromo de Palermo, en la ciudad de Buenos Aires. ¿Qué son?, ¿qué venden y cómo surgieron? Crónica de una tarde junto a los camiones que marcan tendencia. Del chori y la hamburguesa a los food trucks, la evolución sobre ruedas,

Una mesa larga, limpia, cómoda y compartida. Con lindos bancos de madera que la surcan en toda su extensión. El sol potente del mediodía de octubre no tiene casi relación con la temperatura del aire, pero regala confortabilidad a la experiencia: feria gastronómica “Food trucks”, junto a las escalinatas de un vieja (y en desuso) tribuna del hipódromo de Palermo, un predio independizado del hipódromo bajo el nombre “Tribuna Plaza de Palermo”. Del otro lado, una pista auxiliar donde corren los caballos; al fondo, los bosques de Palermo y más atrás, Aeroparque y el río De la Plata.

“¿Cómo está el sándwich de berenjena ahumada en pan negro con pepinos y mostaza en granos?” le pregunta a su mujer el papá de una familia de cuatro miembros, mientras disfruta de una bondiola braseada. Con anteojos de sol modernísimos, y con la boca llena, la joven hace un gesto muy aprobatorio, usa la mano libre, y los ojos para expresarse. La música electrónica que pone el operador (DJ de la FM One 103,7, que tiene su estudio ambulante emitiendo desde la feria) coloca el ingrediente que faltaba. La mamá disfruta, mueve la cabeza suavemente con la música, saborea la berenjena y a la vez mira a sus niños pequeños comerse sendos panchos; que no son cualquier pancho: vienen con una salchicha hecha con carne de cordero.

El corazón de la feria son los camiones, food trucks que les dicen, minilocales de producción y venta de alimentos directo al público. Como los carritos de la costanera, bajan las ventanas de un lateral, y venden. Sólo en eso hay similitud. Después difieren de los tradicionales carritos donde se puede comprar chori, hamburguesa y el lomito con jamón, queso, tomate y huevo. La estética del camión (pequeño) food trucks ambulante es otra. Embellecido, pintado, iluminado y limpio.

En hilera. Los camioncitos, más de 20, colocados en fila arman el corredor al pie de la tribuna, en el hipódromo más grande de la Argentina, Palermo; el feriado nacional (12 de octubre) convocó a varios miles que caminan buscando el menú indicado. No son vecinos, ni del barrio; casi todos llegaron desde distintos puntos del gigante porteño, incluido el GBA.

Mundo Christophe (chef), Santiago Giorgini, Los Petersen Cocineros, La Cabrera ( parrilla, con locales en Palermo), Maria Felix, Delphos, Trixie, Nomade, Bon Bouquet, Compañia de Chocolate, Chef Abdalá, Queso Br–lé de Justine, Light Cooking, WOW, Cervezas Sol, La Pianca Rodando, La Comarca, La Mar Cebicheria, Coffee Drive, Logia y Green Eat, entre otros tienen algo propio y distinto para ofrecer.

“Tenemos expositores que tienen locales en la ciudad ? y el interior del país-, otros que solamente funcionan como food trucks, y otros que son chefs, que alquilan el camión para las fechas del evento específicamente”, explicó Joaquín Puente, titular de la organización, a La Capital.

La feria gastronómica se completa con baños químicos y con un área para el entretenimiento de más chicos, atendida por cuidadoras que ofrecen (sin demasiada sorpresa) una mesa amplia, papel, y lápices para dibujar y pintar.

La feria. La feria de comidas en camiones nace asociada al Luxury Outlet the Palace, una feria de ropa que ya anda por su 17 edición. Bajo las tribunas del hipódromo, muchos de los clientes primero miran (y compran) ropa en algunos de los casi 60 locales de marcas, y luego comen, y si tienen suerte, disfrutan del sol de la primavera. El concepto principal: la lógica de feria, acotada en el tiempo. Que toma una determinada locación, desembarca con su multiplicidad de oferta. Luego levanta todo, y a buscar otra fecha, y otro destino.

“Nosotros traemos gente a la zona, no le quitamos nada a los locales existentes en el barrio”, perjura Joaquín Puente. Y agrega, “todo esta gente que está hoy acá vino por la feria. Por ejemplo, la confitería que funciona en éste predio (que no pertenece a la feria) trabaja más cuando hay feria que cuando nosotros nos vamos. Se produce un efecto derrame, o porque la gente a veces no quiere esperar unos minutos parado hasta que le vendan y le preparen un plato en alguno de los camiones”, abundó.

Por lo demás, la calidad de oferta gastronómica está controlada por la organización: “Cuidamos los precios, que sean razonables, y también la calidad de elaboración. Si recibimos comentarios de que alguien está, por ejemplo, vendiendo papas fritas aceitosas, intervenimos. Si mejora sigue, de lo contrario le rescindimos el contrato”, advirtió Puente ante La Capital.

Los food trucks buscan locaciones, desembarcan, convocan y luego se van. Una lógica móvil, que se aliviana de las múltiples cargas que implica montar y mantener un local permanente en la ciudad. También le abre la puerta a nuevos emprendedores, de menor estatura, que comparten el mismo espacio con las marcas consolidadas.

Rico, sano, artesanal, precios razonables, ambiente cool, música electrónica, sol y cierto clima de pertenencia. La evolución del chori y la hamburguesa empezó a caminar sobre ruedas.

Un concepto gastronómico muy simple y efectivo

Food trucks trae un concepto (importado de Estados Unidos) simple, pero efectivo, que viene a refundar la tradición del carrito de comidas en plazas, parques y costaneras que desde hace muchas décadas funciona en distintas ciudades de la Argentina. Comida rica, sana, ingredientes de calidad, elaboración sofisticada, gourmet, higiene y precios entre medios y acomodados; un plato con una bebida ronda los 80 pesos. La bebida puede ser de la famosa marca de gaseosas, pero también se puede saborear (por caso, en Green Eat) una limonada artesanal con jengibre y sin azúcar agregada.

Fuente: La Capital, Rosario