El gabinete nacional, cerca de la paridad de género

Alrededor del 40 por ciento de los puestos jerárquicos es ocupado por mujeres, un récord histórico. Advierten sobre los "techos de cristal".

Alrededor del 40 por ciento de los puestos jerárquicos es ocupado por mujeres, un récord histórico. Advierten sobre los «techos de cristal».

A tono con el clima de época, las mujeres avanzan posiciones también en la política: ocupan más de uno de cada tres puestos jerárquicos del gabinete nacional. La cifra, récord para la historia argentina, contrasta no sólo con lo que sucedía en el gobierno de Mauricio Macri, sino también en el de Cristina Fernández de Kirchner.

Así se desprende del informe «Género y poder en el gabinete de Alberto Fernández», elaborado por la socióloga Paula Canelo, directora del Centro de Innovación de los Trabajadores (Citra), dependiente de la Umet y del Conicet.

«El gobierno de Alberto Fernández reconoció el cambio en la agenda pública a partir del intento de aprobación de la interrupción voluntaria del embarazo y se hizo cargo. Los indicadores que había como antecedentes en cuanto a la participación de las mujeres en los espacios ejecutivos eran muy pobres y todo lo que había que hacer era mejorar», indica Canelo a La Capital.

Efectivamente, el 37,3 por ciento de funcionarias mujeres implica un avance con respecto al 23,5 por ciento en el caso de la gestión del antecesor de Alberto Fernández y 22,8 por ciento en el segundo mandato de la actual vicepresidenta.

Dos aclaraciones metodológicas: el relevamiento sólo considera los gabinetes iniciales y a la administración pública centralizada, es decir que se excluyen a organismos como la Anses, la Afip o el Pami.

Para Canelo en el diseño del actual gabinete hubo un cuidado especial en lograr equilibrios, tanto entre las distintas fuerzas del Frente de Todos como en la participación paritaria de varones y mujeres.

En seis ministerios las mujeres representan al menos la mitad de los altos cargos: Mujer, Género y Diversidad (100 por ciento); Seguridad (61,5 por ciento); Educación (53,3 por ciento); mientras que en Cultura, Ambiente y Turismo y Deportes ocupan exactamente la mitad.

En tanto, otras carteras habitualmente muy masculinizadas como Interior, Defensa y las del área económica las funcionarias ganaron posiciones e igualan o superan el 30 por ciento del total de cargos.

Sin embargo, Canelo advierte que a pesar de estas mejoras en ciertas áreas hubo regresiones.

Ese es el caso de Relaciones Exteriores (21,4 por ciento) y de otros tres ministerios que no tienen a ninguna mujer en puestos jerárquicos: Obras Públicas, Transporte y Trabajo.

De acuerdo a la especialista en esas áreas predomina hace un tiempo una forma de ejercer el poder «muy masculinizada». En su opinión, esto no implica tanto una cuestión de género como una forma particular de hacer política. «No necesariamente la presencia de una mujer representa un avance en la paridad de género, muchas veces las mujeres buscan acompañarse de hombres para gobernar; no es automático», plantea la también docente de la UBA.

Por caso, durante la gestión de Patricia Bullrich en Seguridad, las mujeres tenían sólo el 15,3 por ciento de los cargos de esa cartera.

De todos modos, más allá del aumento de la presencia de mujeres en segundas líneas jerárquicas, como secretarías (40 por ciento) y subsecretarías (38 por ciento), el informe ilumina un «techo» con el que se topan las funcionarias: su exclusión para ocupar la jefatura de los ministerios. Sólo el 19 por ciento está dirigido por mujeres.

En este sentido, Canelo plantea que así como existe una ley de cupo para los ámbitos legislativos se avance con una norma similar para los Ejecutivos. «La presencia de las mujeres tiene que dejar de estar librada a la voluntad del presidente y del ministro —sostiene la investigadora—.Mujeres talentosas hay en todos lados y están preparadas para asumir las funciones más diversas».

«Debería haber una ley que regule esta situación y que obligue a que si no aparece espontáneamente se busque a la mujer más indicada para el cargo», argumenta.

Con todo, Canelo reconoce que la confianza es un atributo central a la hora de reclutar personal para el gobierno, y que una ley de paridad entraría en un terreno delicado. «Sería un desafío al poder, que a pesar de los cambios en los últimos años sigue siendo una práctica muy masculina», admite.

Fuente: La Capital