El gobierno italiano salva a Roma de la inminente bancarrota

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El decreto establece la transferencia de 570 millones de euros a Roma, que permitirán pagar los salarios de los empleados municipales y asegurar servicios básicos como el transporte público y la recolección de basura.

El Consejo de Ministros italiano aprobó ayer un decreto de emergencia para rescatar al Ayuntamiento de Roma, cuyo alcalde Ignazio Marino había advertido de que si no se llegaba a una solución tendría que dejar de prestar servicios esenciales. El decreto establece la transferencia de 570 millones de euros a Roma, que permitirán pagar los salarios de los empleados municipales y asegurar servicios básicos como el transporte público y la recolección de basura.

Sin embargo, el premier Matteo Renzi estableció condiciones al rescate, al ser presionado por varias formaciones, que critican que Roma recibe un trato de favoritismo. Tanto el alcalde como Renzi forman parte del Partido Democrático (PD). Roma deberá especificar cómo controlará su deuda, justificar la cantidad de funcionarios que dispone, buscar formas más eficientes de administrar sus servicios públicos, además de vender varios de sus bienes inmuebles.

Situación de las cuentas

Las cuentas de Roma han estado en peligro desde hace años, al contar con deudas valoradas en unos 14.000 millones de euros que prevé pagar de forma gradual hasta 2048. Los sectores críticos acusaron a Roma de contar con una cantidad excesiva de empleados públicos. La ciudad cuenta con 25.000 funcionarios, además de otros 30.000 que trabajan para municipios o para alguna de las 20 empresas municipales que proporcionan numerosos servicios, desde la electricidad a la recolección de basura. A la vez, la empresa de transporte público, ATAC, cuenta con una plantilla de 12.000 personas, casi los mismos que la aerolínea Alitalia.

El alcalde de la “ciudad eterna” justificó los elevados costos en los servicios extraordinarios que tiene que proporcionar como capital, tales como la sede del Ejecutivo, asegurar el orden público debido a las numerosas manifestaciones, además de indicar que recibe millones de turistas cada año.

El alcalde romano llegó a amenazar con “suspender los servicios municipales” si el Ejecutivo de Renzi no garantizaba la situación financiera de la ciudad. “No seré un nuevo Nerón”, advirtió Marino, haciendo alusión al terrible emperador romano, quien tocaba la lira mientras miraba cómo la ciudad se incendiaba.

Fuente: La Capital de Rosario