El macrismo agrandó el Estado de cargos jerárquicos
La Alianza Cambiemos llegó a armar uno de los gabinetes más grande de América latina.
10/11/2019 El PaísEl reporte “El GPS del Estado. Radiografía y balance de la Administración Pública Nacional 2015-2019” advierte que los sucesivos cambios de gran escala en la estructura organizacional de la administración pública nacional central “manifestaron la dificultad de desplegar una estrategia consistente de gobierno”. La evaluación del CIPEC considera que “la volatilidad en la estructura organizacional no contribuye a generar los horizontes institucionales de largo plazo que se requieren para implementar políticas públicas de largo aliento”.
El informe revela que, a contramano del discurso oficial, la austeridad en la estructura de los ministerios consistió en despedir trabajadores mientras que se registró una expansión significativa en los puestos jerárquicos. Como revelaron las sucesivas investigaciones realizadas por el Observatorio de las Elites Argentinas del CITRA que depende de la UMET ese proceso fue abastecido por ex gerentes, empresarios y directivos de compañías locales y extranjeras. Shell, Techint, Socma, LAN, JP Morgan, HSBC, Axion, La Nación, Newsan, Pan American Energy, Deutsche Bank, Farmacity, ICBC y Consultatio fueron algunas de las empresas donde se desempeñaron los funcionarios de Cambiemos que desembarcaron en la extendida estructura estatal. “Con la llegada de Macri a la Casa Rosada la articulación entre elites económicas y políticas adquirió rasgos cuantitativos y cualitativos distintivos. La novedad no reside en la existencia del fenómeno en sí mismo sino en la magnitud, la extensión y la visibilidad que presenta. El grado de exposición a los conflictos de interés es elevado y atraviesa a todo el gobierno”, indican los investigadores del Observatorio de las Elites Argentinas.
El relevamiento elaborado por el CIPEC muestra que durante el primer año de la gestión de Cambiemos, el andamiaje burocrático administrativo creció en sus distintos niveles: ministerios (de 18 a 23), secretarías (de 69 a 85), subsecretarías (de 165 a 204), direcciones nacionales (de 290 a 398) y direcciones generales (de 127 a 144). “Esta tendencia incremental se sostuvo en 2017 y llevó a que el gabinete del Poder Ejecutivo nacional alcanzara su máximo histórico desde el regreso a la democracia y se posicionara entre los gabinetes más grandes de América Latina”, expresan los encargados del reporte Gonzalo Diéguez, José Gasparín, Jimena Rubio y Lucía Aruanno.
Pero “pasaron cosas” y la estructura ministerial se redujo. En el marco del programa de austeridad pactado con el Fondo Monetario Internacional: “El gobierno eliminó 10 ministerios en septiembre de 2018 para dar una señal de austeridad fiscal a los organismos internacionales de crédito. Estos ministerios fueron absorbidos como secretarías dentro de las órbitas de grandes estructuras ministeriales”. La cantidad de ministerios pasó así de 18 a fines de 2015, a su pico máximo de 23 a fines de 2016 y finalmente a 13 en el año 2019.
Así, entre 2015 y 2017 la estructura organizacional de la administración pública creció un 32 por ciento, para luego volver a reducirse un 22 por ciento entre 2017 y 2019. “Esto hizo que muchos ministerios, secretarías, subsecretarías y direcciones que se crearon, luego perdieran su jerarquía, se fusionaran o incluso desaparecieran”, indican los técnicos del CIPEC. “Estos cambios generaron nuevos y diversos problemas de articulación y coordinación en el funcionamiento de la administración pública”, advierte el reporte al señalar que “la creación de secretarías de gobierno genera confusión en la jerarquía de la estructura organizacional mientras que las grandes estructuras ministeriales favorecen la desarticulación de las redes de política con las que cada ministerio se vincula tradicionalmente”.
Del total de funcionarios políticos (secretarios y subsecretarios) que ocuparon cargos durante el período de gobierno de Mauricio Macri, sólo el 24 por ciento se mantuvo en este nivel de dirección durante los cuatro años de gestión. Las cifras caen al 17 por ciento para el caso de los funcionarios técnicos (directores nacionales y directores generales). “La volatilidad en la estructura organizacional no contribuye a generar los horizontes institucionales de largo plazo que se requieren para implementar políticas públicas de largo aliento”, expresa el reporte.